“Fuera de joda, paréntesis, ¿lo puedo contar?”, sorprendió Beto Casella en su programa Bendita (El Nueve) este jueves por la noche, cuando le preguntó a Aníbal Pachano, panelista del ciclo, que se destaca por su elaboradores informes sobre lo que pasa en la televisión, sobre un estudio que el padre de Sofía se había realizado en horas de la tarde.
“Aníbal se ha hecho una resonancia muy profunda, de estas que te miran bien por dentro y... ¿qué apareció...? Nada...”, contó Beto, feliz por la noticia y por la situación que atraviesa su compañero.
“Ustedes saben que Pachanito ha peleado y pelea porque esta lucha son de por vida, son cosas bravas”, disparó Casella con el consentimiento de Aníbal, que agregó: “Parece que no encontraron nada, parezcó normal - bromeó-, emocionalmente estoy muy bien”.
Hace casi dos años al creador de Botton Tap le diagnosticaron un cáncer de pulmón con metástasis en el cerebro. Una semana después entraba de urgencia al quirófano. “El pronóstico era tremendo, pero yo le puse humor. ‘De ésta voy a salir’, me dije. Y así fue. Me gusta dejar el mensaje de que se puede”, explicó en una entrevista durante el verano con revista Gente.
Este año, cuando visitó Almorzando con Mirtha Legrand, reflexionó sobre ese instante que requirió de toda su fortaleza: "En el momento del diagnóstico no estaba asustado, estaba ansioso (...) a mí me ayudó mucho el humor, el poder meditar, y ahora quiero ir para adelante porque no me siento enfermo", remarcó el actor que pasa un gran momento profesional.
El momento que le anunciaron la enfermedad
En junio del año pasado, en diálogo con Teleshow, Aníbal Pachano se encontraba en pleno proceso de recuperación. Distendido y con ganas de hablar de todo, el actor, bailarín y hasta arquitecto reveló cómo se enteró de su enfermedad.
"Primero me dijeron que tenía un punto y en realidad era en los dos pulmones. Y cuando me dicen lo de la cabeza, eran seis. Les digo: 'Pero, ¿tanto tengo en la cabeza?'. Empecé a tomarlo por el humor. Los médicos no entendían nada".
“Sofía (Pachano, su hija) estaba con una alteración, pobre santa, y re preocupada. Estaba Ana (Katz), mi ex mujer; también mis hermanas, mis amigos. Y de golpe me empecé como a tranquilizar diciendo que iba a estar todo bien. Que me sentía bien y que no estaba con miedo. Me divertía con los médicos”.
"Obviamente tuve miedo, cuando te ponen aparatos y cosas decís: 'Bueno, ¿qué es todo esto que pasa?'. Ahí aprendí que me tenía que quedar quieto: no te podés rascar, ni guiñar el ojo. Las máquinas hacen unos ruidos espantosos. Lo superé poniéndome creativo y haciendo que la cabeza funcionara".
“El que transcurre la enfermedad soy yo. Hay momentos que acepto la crítica externa y hay momentos que digo: ‘¡Stop! Este es mi problema’. Porque si no, te comés también los miedos ajenos”.
SEGUÍ LEYENDO