Están en esa etapa de novios donde todo es pasión y romanticismo en una pareja. Sin embargo, más allá del tono de humor que le ponen a la hora de contar sus reclamos, Jimena Barón y Mauro Caiazza tuvieron un divertido intercambio de "facturas" en su regreso a la pista del Bailando.
"Estamos bien, lo que pasa es que no es fácil estar con ella", se sinceró el bailarín.
"¿Es muy intensa?", le preguntó Marcelo Tinelli.
"Bastante. Primero que es muy intensa, y como que todo lo tengo que exponer, entonces yo nunca digo nada de ella, pero ella como que cuenta todo", confesó Caiazza, quien eligió contar algunos de los secretos de la actriz y cantante.
" Cuando empezamos a ensayar yo en un momento le dije a Mati (Matías Napp, su coach) en un ensayo que estaba soltero y a los dos o tres días sentí que empezó a venir vestida un poco diferente, tipo medias de red en el ensayo, nunca usaba corpiño", confesó, y acto seguido llegó el turno de ella.
"Ayer terminamos tarde, comimos en casa y dije eh, vamos, arriba, yo tengo energía, y él 'no, bueno, los gemelos'", lanzó.
"Pero sabés lo que es llegar a la noche y que te aparezca la hermana de Cristian Grey", redobló la apuesta su pareja, entre risas.
"¿Qué mejor que una mujer esté así? Usted como que no está acostumbrado, tiene otro timming", le dijo el conductor.
"No, yo estoy bien, pero ella dice un montón de cosas y por ejemplo en la casa yo voy a bañarme y me dice agarrá una toalla, y por ahí veo una montaña así de toallas que tienen como una marca de torneos. Un día le pedí a Momo una pelotita para hacerme masajes, me llevó a su cuarto que tiene los juguetes y me dice ¿querés una?, y tenía un balde así de pelotitas de tenis", recordó él.
"Perdón, la única vez que me invitó a su casa fue como una cosa pedorra, subimos, ¿qué me muestra, qué había comprado?, un espejo que cubría toda una pared. Bueno, se estrenó el espejo por supuesto para ensayar ponele y después me dice yo re quiero que te quedes a dormir, pero yo mañana me despierto a las 7, porque entreno, y tampoco hay nada para desayunar, abro la heladera y había como un jenjibre rancio de 1920. Claramente era 'usemos el espejo y tomate el palo'. Yo le dije venía acá y prendeme fuego, pero no vas a poder porque lo estoy dando todo", concluyó.
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