Escandalosa pelea en vivo y a los gritos entre Yanina Latorre y Luciana Salazar

La panelista de "Los ángeles de la mañana" protagonizó un fuerte cruce con la modelo, que estaba del otro lado del teléfono

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"Las voces de estas dos mujeres a la mañana son un tormento. Lo entiendo a (Martín) Redrado si se fue, porque despertarte con esta voz a la mañana es para matarte. Y vos también tenés una voz que es insoportable. Algunos tenemos el oído sensible".

Nacha Guevara se refirió al fuerte escándalo que protagonizaron Yanina Latorre y Luciana Salazar este jueves en vivo en Los ángeles de la mañana. Todo comenzó cuando la modelo contó, en una entrevista telefónica, que le iniciaría acciones legales a su ex pareja Martín Redrado.

La panelista dio su opinión y comenzó un fuerte ida y vuelta entre las mujeres que terminó a los gritos y con la intervención de Ángel de Brito y Nacha Guevara, que está como panelista invitada por hoy y mañana en el ciclo de las mañanas de El Trece.

Yanina Latorre: —Tenés que soltar a la familia Redrado si realmente te querés separar.

Luciana Salazar:—Vos hay muchas cosas que no sabés y hablás de más.

Yanina:—No, yo no hablo de más, hablo de todas las pavadas que tuiteás vos.
Luciana:—Vos seguís diciendo algo que te costó una pelea con Ana Rosenfeld.

Ángel de Brito:—¿Lo del acuerdo (de Salazar) con Redrado?

Luciana:—Sí.

Yanina:—Mirá, te voy a decir algo, que Rosenfeld se cague y se vaya para atrás no es mi problema, lo tengo escrito en mensajes. Por algo tuve un juicio con Redrado y salí sobreseída. Yo te aclaro que lo único que no hago es mentir.

(Video: Los ángeles de la mañana, El Trece)

Luciana:—¡Demostralo, demostralo!

Yanina:—No lo voy a mostrar porque no se me canta y no hay nadie que me importe menos que vos. Si hay algo que yo no hago es mentir, trabajo de esto y me va muy bien. Pero lo que te digo es que, si te querés separar de Redrado y no es el padre de tu hija, soltalo. Tenés una obsesión con estas cosas.

Luciana:—Te voy a hacer un juicio a vos, porque si seguís diciendo algo, mostrá las pruebas.

Yanina:—¿Por qué las voy a mostrar? Intimame a un juicio y te las muestro. ¿Quién sos vos para decir que la gente muestre las pruebas? Luciana, estás muy aburrida, andá a cuidar a la nena.

Luciana:—Yo cuando hablo de cosas concretas muestro las pruebas.

Yanina:—¿Qué pruebas? Es la vida tuya a través de Twitter. No hay nada más berreta.

Luciana:—Podés quedar como mentirosa…

Yanina:—De la misma forma que escuché cosas tuyas en privado, que no mediaticé y que un día las puedo contar, y vos vas a negar que me las contaste. Con Rosenfeld me pasó lo mismo. Lo niega.

Luciana:—Yanina, contá lo que quieras, no me importa, pero te puede traer problemas…

Yanina:—No voy a contar nada tuyo porque tengo códigos. No tengo ningún problema personal con vos. ¡Me aburre tu cuento con Redrado!

Luciana:—Listo, listo. Lo que yo te digo es que si estás hablando de algo tan serio y das tanta seguridad…

Yanina:—Lo tengo hasta escrito por Redrado. Haceme otro juicio que me encanta verte en Tribunales a cara lavada.

Luciana:—El juicio te lo va a hacer Ana, porque vos estás exponiendo a Ana.

Yanina:—(risas) ¡Qué hermoso! ¡Me encanta! ¿Vos te das cuenta que tu vida mediática está atravesada por juicios y demandas? ¿No te da vergüenza tanta pavada? ¿Qué juicio me va a hacer Ana, por contar que Redrado tenía un acuerdo con vos?

Luciana:—¿Vos me hablás de vergüenza? ¿Querés que diga lo que vos viviste el año pasado? ¡Y vos hablás de vergüenza!

Yanina:—¿Qué tiene que ver? Decir que me metieron los cuernos. ¿A ver, qué vergüenza hice? ¿Sostener una familia? ¿Perdonar a mi marido? A mí no me da vergüenza perdonar a mi marido, me da más vergüenza leer las pavadas que escribís vos de otras familias.

Luciana:—¡Ay, Yanina, vos nunca hiciste nada! No hables de vergüenza.

Yanina:—¿Y qué hice? ¿Por qué no puedo hablar de vergüenza? ¿Yo qué vergüenza hice? ¿Por qué tengo que tener vergüenza, porque me metieron los cuernos? Nunca hablé del padre de mis hijos, ni de mis hijos. ¿Por qué tengo que tener vergüenza? ¡Decímelo vos! ¡Que me conteste!

Luciana:—Yanina, no hablemos de vergüenza.

Yanina:—Hablemos de vergüenza.

Luciana:—Bueno, si vos decís que tenés pruebas, ¿qué es lo que te da vergüenza (de mí)?

Yanina:—No vayas a las pruebas. Estás obsesionada con Redrado. ¿Decime qué hice, además de ser víctima de un cuerno? No le hablo más. Vos no tenés vergüenza, estás obsesionada con un tipo, que es el padre, que no es el padre (de su hija, Matilda).

Luciana:—Vos tenés problemas con todo el ambiente artístico, por algo debe ser.

Yanina:—Yo digo la verdad.

Luciana:—Entonces te exijo que me lo demuestres.

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