Podría haber hecho una coreografía común, con esos trucos y acrobacias que tan bien le salen. Sin embargo, Flor Vigna decidió utilizar su momento en el Aquadance para trasmitir un mensaje sobre las exigencias estéticas de las mujeres, que muchas veces terminan en trastornos de bulimia y anorexia, y el verdadero rol que éstas deben cumplir en la sociedad.
"Quise tanto que me quieran, que me dejé de querer a mí misma. Pensé que la solución estaba en ser hermosa. Linda. Flaca. Y, ahí, apareció esa voz que me decía: 'Aguantá la respiración, hasta el aire engorda'. Observé todos mis defectos. Cerré mi boca. Y silencié mi panza. Todo valía. Huelgas de hambre. Ayunos de felicidad. Y vómitos de angustia", comenzó diciendo el recitado de Flor, que se escuchaba en off mientras ella y Facundo Mazzei comenzaban la coreo.
Y luego siguió: "Pero me di cuenta de que estaba flaca de ideas. Famélica de amor. Y que lo más delgado en mí era el amor propio. La enfermedad me había atrapado. Yo necesitaba salir. Y para eso luchar. Porque sí, mujer bonita es la que lucha".
Entonces comenzó el momento más intenso de la coreo, mientras el recitado de Flor seguía: "¿De qué sirve? ¿De qué sirve adaptarse al molde si lo que vale es ser auténtico? ¿De qué sirve censurar mi boca si es tan bello alzar la voz? ¿De qué sirve que otros me deseen, sin tener mis propios deseos?".
Y, sobre el final, el mensaje terminó diciendo: "Es ahora el momento de crear un nuevo estándar de belleza. Donde el concurso lo gane la mejor sonrisa. Alimentá tu alma, nutrite de experiencias hermosas. Amigate con tu cuerpo, es tu compañero de vida. Liberate. Sé feliz, te lo merecés".
La coreografía creada por la coach Carla Lanzi se llevó un buen puntaje del jurado, que destacó la innovación y el mensaje: Ángel De Brito le puso 7, Laurita Fernández anticipó un buen voto secreto, Florencia Peña le puso un 10 y Marcelo Polino un 5.
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