¡No pararon! La visita de Susana Giménez a Verónica Castro: cantaron en un karaoke, pescaron y hasta manejaron motos de agua

En su segundo programa especial del año, filmado en México, la diva realizó una degustación de tequila y nadó en mar abierto

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Para su segundo programa especial del año, Susana Giménez viajó a Acapulco para visitar a su gran amiga, Verónica Castro. Fueron días de relajación y risas, pero no pararon un segundo: cantaron en un karaoke, pescaron, corrieron en motos de agua y hasta nadaron en mar abierto.

El especial de Susana Giménez
El especial de Susana Giménez con Verónica Castro

Si bien la diva le confesó a Verónica que no consume alcohol hace más de tres meses, se dio un gusto y realizó con su amiga una degustación de tequila y otros tragos tradicionales de México.

Uno de los momentos que seguramente la conductora nunca olvidará en su vida fue cuando practicó tirolesa. A más de 100 metros de altura, Susana y Verónica vivieron una experiencia extrema. "¡Consagrados a la Virgen de Guadalupe, qué bendición! ¡Cómo amo mi tierra!", exclamó la madre de Cristian Castro mientras "volaba".

"Al principio te entregas. Decís: 'Que pase lo que Dios quiera'. Qué emoción cuando empieza. Es fuerte pero fue muy lindo, ¡me encantó!", dijo la diva cuando pisó tierra firme.

Acompañadas por Mercedes Sarrabayrouse, la hija de Susana, fueron a un karaoke. Lejos de sentirse inhibidas por la gente que se encontraba en el lugar, la diva y su amiga se pusieron a cantar. Juntas, entonaron el famoso tema Rata de dos patas y otros éxitos.

Susana se mostró íntima como nunca en este viaje. Siempre acompañada por su amiga, se subieron a un barco para pescar. La diva se animó a probar suerte ¡y le fue muy bien! Sin embargo, férrea defensora de los derechos de los animales, rápidamente lo devolvió al mar. "¡Ay, qué suerte (que no lo mató)! El anzuelo le debe doler, pobrecito", dijo.

Después se bajaron del barco en mar abierto y se animaron a nadar y, muy cancheras, manejaron motos de agua. De esta manera, recorrieron una parte de la hermosa costa de Acapulco.

Después de tanta actividad, un poco de relax. Ante una imponente vista del mar, las amigas se relajaron e hicieron yoga. Una excelente de manera de cerrar un viaje que disfrutaron, pero que casi no tuvo pausa.

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