El año pasado Mariano Martínez se animó a mostrar por primera vez la cicatriz que le dejó en una pierna el accidente que sufrió durante su infancia. Lo atropelló un colectivo y no pudo caminar por tres años; un hecho que lo marcó para siempre.
El domingo pasado el actor contó con detalles qué fue lo que sucedió: "Me había reventado la pierna, me enyesaron y me agarró gangrena. Estaba internado en el Fiorito y al mes mi vieja sintió olor a podrido y se peleó con los médicos. Firmó un papel en el que se hacía cargo de mí y los médicos ya no eran más responsables si me pasaba algo".
"Me llevó al Garrahan y me atendió un médico cubano que me metió un alfiler y me dijo 'cuando sentís dolor avisame'. No sentí nada hasta que llegó casi al hueso", contó en Debo Decir. Finalmente lo operaron y mejoró, pero la rehabilitación para volver a caminar fue muy larga.
Luis Novaresio, conductor del programa, le preguntó por el rol de su madre, llamada Patricia, no solo en su recuperación sino también en su vida. Y el actor no pudo evitar las lágrimas: "A mi vieja la amo profundamente. Es una mina luchadora que se superó: estudió de grande, se recibió de enfermera y se gana la vida".
"La pasó mal porque su mamá la abandonó, el papá era bueno pero vago… Ella tuvo fiebre reumática porque no comía para que comieran los hermanos. Estuvo en silla de ruedas. Es una gran mujer", dijo hasta que se le cortó la voz por la emoción.
"Tu mamá debe estar orgullosa", le dijo Margarita Stolbizer, también invitada al ciclo. Él asintió y confesó: "Mi vieja es todo. Tenemos una gran relación".
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