La estrategia que utilizó Ricardo Darín para evitar ser golpeado en la escuela

El actor les contó una falsa historia a sus compañeros de la primaria para no sufrir bullying

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(Verónica Guerman / Teleshow)
(Verónica Guerman / Teleshow)

Antes de convertirse en un actor famoso, Ricardo Darín (60) no fue muy popular entre sus compañeros de colegio. El protagonista de La Cordillera reveló que cuando estaba en la primaria tuvo que inventar una historia para no ser golpeado por sus compañeros.

"Yo era muy delgadito, muy chiquito, muy frágil y vulnerable", relató en una entrevista con el programa español El hormiguero 3.0.  "Yo formaba parte de un grupito mínimo de la división que éramos los más rezagados. Había otro gran grupo, que era comandado por otro, que era muy valiente y corajudo, nos atosigaban todo el tiempo", agregó.

En una charla con el conductor Pablo Motos, el ganador del Oscar por El secreto de sus ojos detalló: "Como no me sentía en condiciones de enfrentarme a golpe de puño con ninguno, todos eran mucho más grandes que yo y más fuertes, empecé a inventar una historia. La habilidad consistió en no hacerla grande, sino que se la conté a mis más allegados y ellos se encargaron de distribuirla".

"La historia era que mi padre había recibido en mi casa a un amigo japonés que era cuarto Dan de karate y que en la cotidianidad del día a día me había enseñado karate. En poco tiempo, me había convertido en una especie de experto, con la única condición de que no lo usara para agredir a nadie, solo para defenderme. Durante varios años fui sobreviviendo con esta mentira ridícula", dijo Darín, entre risas.

Luego, uno de sus compañeros quiso averiguar si realmente era un karateca y lo enfrentó: "Había uno de ellos Falcón —que era casualmente el más grandote de todos— que por algún motivo no le cerraba lo que yo había contado y había estado acumulando durante dos o tres años una gran incógnita… Finalmente en sexto o séptimo grado en el recreo no aguantó más y me dijo: 'Te voy a matar'. Me tiró una trompada y me la embocó justo y yo volé y fui a caer al lado de una estatua de un prócer argentino, Sarmiento".

"Todo el colegio estaba esperando mi reacción, el experto en karate. Tenía una lista de espera para pegarme. Desde el suelo, pegué un salto en el aire como había visto en las películas, como se cuadraban los ninjas. Ante mi estupor, Falcón salió corriendo. Lo gracioso es que yo lo iba corriendo para no alcanzarlo nunca. Así sobreviví", finalizó Ricardo.

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