Agustín Vila, director de América: “Después de Twitter, se acabaron las primicias”

Creció entre medios de comunicación y sigue sintiendo la misma pasión que el primer día. No tiene el minuto a minuto en el celular y tampoco miedo a probar nuevos formatos en la búsqueda de crecimiento para la industria. En exclusiva en esta charla con Teleshow: las llegadas de Angel de Brito y Florencia Peña, el final de Intratables y qué talentos de otros canales le gustan

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Agustín Vila en exclusiva con Teleshow

A sus 39 años, Agustín Vila lleva una vida en los medios. Y aunque suene a frase hecha es la más estricta verdad. Su padre, Daniel Vila, director del Grupo América, empezó su aventura en el rubro con Radio Nihuil de Mendoza, un mes antes de su nacimiento. Agustín hizo propio ese guiño del destino y lo alimentó con pasión y dedicación. Y causalmente empezó con la radio, el gran amor de su vida, el escenario de sus juegos de niño, su compañía cotidiana en el desembarco en Buenos Aires y el motor de su desarrollo profesional al frente de Radio La Red hace casi diez años. “Es difícil levantarse a la mañana sin pasión”, asegura al llegar al estudio de Infobae para resumir desde dónde encara cada una de sus tareas.

A medida que se fue perfeccionando en la profesión, encontró una faceta a explorar en los medios digitales, primero en Mendoza y luego en Buenos Aires, hasta que una serie de casualidades lo llevaron al cargo de director ejecutivo del grupo. “Mi padre estaba bastante dolorido de la espalda y no se podía hacer cargo y estar las 24 horas, y me tocó salir a la cancha rápidamente”, dice sobre un desafío que le llegó en un momento de permanentes transformaciones en la industria audiovisual. En diálogo con Teleshow, Vila hablará del fin de Intratables y de las llegadas de Ángel de Brito y Florencia Peña al canal, de lo relativo del rating y de los egos de las figuras, de la relación personal y profesional con su padre, y de su mirada joven y deconstruida sobre una industria que defiende a capa y espada.

—¿Discutís con tu papá?

—Muchísimo.

—¿Cuánto fue el mayor tiempo que pasaron sin hablarse?

—Hemos pasado meses. Somos los dos muy calentones, tenemos la chispa rápida. Hoy está mucho más maduro y más sereno y cambió un poco, hoy yo tengo la mecha más corta.

—¿Quién es el que habitualmente vuelve?

—Es un mix. Los dos en algún punto confluimos y tratamos de volver a charlar porque la verdad son peleas banales, nunca son peleas profundas.

—¿Qué es lo mejor que tenés de él?

—La perseverancia. Mi viejo es un tipo que siempre va para adelante, con muchas convicciones y, sobre todo, con argumentos. Y con tenacidad para sacar adelante un montón de cosas. Un tipo que empezó de la nada en los medios y ha creado esto, es un ejemplo a seguir.

Agustín Vila: "Los medios de comunicación no desaparecen, se transforman"

—¿Cómo ves la industria hoy en general?

—A nivel mundial y particularmente en Argentina la industria se está readaptando. Yo soy un convencido de que los medios de comunicación no desaparecen, sino que se transforman. Claramente hoy es un mundo de contenidos, en el que lo que sale en América por ahí no lo ves en directo, pero más tarde lo ves en YouTube, Facebook, Instagram o Infobae.

—Pasa algo hoy en LAM y mañana lo vemos en todas las redes.

—Exactamente. El mundo está basándose en los contenidos, y dentro de los contenidos tenés diferentes ramas donde uno puede entrar. Claramente hay un foco en los canales deportivos donde una mega empresa se está quedando con la mayor cantidad de derechos deportivos en el mundo. Después tenés las plataformas, que están generando contenidos on demand. Las señales de noticias, que en Argentina tenemos una sobresaturación. Y los canales de aire, que para mí no existe más el aire: es muy poca gente la que ve televisión con la antena. Hoy, si no es por el sistema pago o por Internet, el contenido no llega.

—Nada desaparece, todo se readapta, pero la plata de la pauta sigue siendo más o menos la misma y hay que distribuir entre todos.

—Sí, con la pauta privada ocurre eso, y por eso hay que tratar de reconvertirse y estar preparados para generar ingresos a través de otras plataformas. Si nos quedamos haciendo lo mismo que hacíamos hace 10 años, claramente el negocio va en decrecimiento. Igualmente, la tele sigue teniendo una importancia para mí gigante dentro de la industria. La penetración sigue siendo muy alta y cuando el usuario quiere, el contenido llega. El contenido de Masterchef llegó a una clase milleninial como no había penetrado la televisión hacía mucho tiempo.

—¿Los anunciantes siguen viendo el rating a la hora de pautar o ya no?

—A veces sí, a veces no. El otro día leía la entrevista que le hiciste a (Darío) Turovelzky. Hoy la tecnología está preparada para saber el verdadero minuto a minuto sobre una masa de hogares gigante donde realmente te daría qué es lo que está viendo esas personas y no sobre 1.700 hogares distribuidos geográficamente donde yo creo que no representan la realidad. No lo digo por América sino por la industria en sí misma. Salvo el deporte y las noticias, que son para verlos en vivo, para el resto de contenido la gente no te espera.

—Ahora uno llega informado al noticiero y lo que busca es un periodista particular o un tono de análisis de la noticia.

Después de Twitter se acabaron las primicias. Las redes sociales son un condimento fuerte para la realidad de los medios, y tenés un círculo vicioso y un círculo virtuoso. Si las sabés aprovechar y no te afectan tanto, te ayudan a generar contenido; pero si vos generás tu contenido por lo que dicen las redes sociales… Bueno, ya hemos visto a muchos periodistas pisar el palito.

—Si el rating ya no lo miran tanto los anunciantes, ¿es más para el ego de las figuras?

—Absolutamente.

—¿Como director de un canal no te importa el rating?

Me importa, porque afecta el ego de mis artistas, pero no tengo el minuto a minuto en mi celular. Creo que la muestra no es representativa de lo que pasa en la sociedad, y eso es lo que me afecta. Y claramente para los inversores o la gente que viene a poner pauta privada también afecta, pero trato de no guiarme con el minuto a minuto porque es enfermizo.

—Hablando de egos, ¿cuál es el pedido más disparatado que te haya hecho una figura?

—Hace muy poco me pidieron una cláusula en un contrato de que tenía prohibido contratar a otro artista y me pareció muy injusto para el trabajo de otro artista, por ende no lo cerramos.

—¿Me vas a decir quién?

—Ni loco (risas).

—O sea, era: “Contratame a mí, yo firmo…”.

—”...pero tenés prohibido contratar a Fulano”. A veces se cree que hay solidaridad en el medio pero muchas veces no, o sea, negarle el trabajo a una persona me parece en contra de los principios de muchos.

Agustín Vila confiesa el pedido más egoísta que recibió a la hora de firmar con una figura

—¿Qué ves en otra pantalla y te gustaría tener en América?

—Me gustó mucho el contenido de Masterchef del año pasado. Muy bien hecho, entretenido, cero agresivo, para la familia. Me gustaba mucho Ariel (Rodríguez Palacios) en Canal 9, me parece un genio. Y soy un fanático de Guido Kaczka, y Darío Barassi también. Me estás haciendo hablar de lo de afuera.

—¿Y de los tuyos, quién es el preferido?

—Eso es una recontra maldad. Hay gente que ya lleva mucho tiempo en el canal. Hay muchos nuevos también que nos estamos conociendo. Creo que hay un lindo grupo.

La nueva pantalla. A comienzos de año, América reorganizó buena parte de su estructura. Los primeros cambios llegaron en el área de contenidos, con Fernanda Merdeni como gerenta de Producción, Verónica Cerban como subgerenta y José Núñez como consultor artístico. El canal de Palermo reorganizó su grilla con movimientos en la conducción –Intrusos, Es por ahí-, poniendo fin luego de diez años a Intratables y reformulando su prime time con las llegadas de Ángel de Brito, Florencia Peña y el regreso de Animales Sueltos. “Era necesario. Durante mucho tiempo se pensó que los programas tenían que quedarse para toda la vida, y yo soy un convencido de que hay que poner todo lo mejor, probar, hacerlos descansar si es necesario, y volver”, explica Agustín.

—¿Qué balance hacés de los diez años de Intratables?

Intratables logró que se hable de política, de esas discusiones familiares de la famosa grieta que nos maldice a la Argentina, y se generaron personajes divinos que traspasaban la pantalla. (Diego) Brancatelli nos ha hecho discutir más de una vez, lo mismo pasó con Paulo (Vilouta). Y Santiago (del Moro) fue un hallazgo absoluto, de mi viejo. Fue un producto hermoso, pero a los programas hay que dejarlos descansar.

—¿Qué te pasa con esos hallazgos de América que después se los lleva otro canal?

—Si son buenos y me gustan, me duele muchísimo. De los últimos artistas que se fueron, el único que todavía tenía mucho más para dar y para crecer juntos fue Jey. Y otra vez me saco el sombrero por mi viejo, que le dijo ‘sacate el traje de Estelita’. Jey hizo un trabajo excelente y es una excelente persona con quien me gustaría volver a trabajar. A Santiago lo entiendo mucho más, le dio todo lo que tenía para darle a Intratables, le sacó hasta el último jugo. Santiago quería hacer entretenimiento, y si te gusta el entretenimiento no hay ningún lugar mejor en la Argentina que Telefe.

—Y de Telefe te trajiste a Flor Peña, que tuvo un arranque que generó mucha controversia. ¿Cómo lo vivieron en el canal?

—Con controversia. Nosotros hacemos los análisis puertas adentro, cosas que nos gustaron, cosas que se están corrigiendo todo el tiempo, con la misma Flor, que es una profesional sin igual con un talento único. Por ahí arrancamos con el acelerador muy a fondo y se dio cuenta el equipo de Jotax, con Fernanda, Vero y José, y le están encontrando la vuelta.

—Y Flor es una número uno.

—Sin dudas. Uno no toma dimensión si no se pone a mirar retrospectivamente todo lo que ha hecho y lo que ha generado a lo largo de su vida. Me encanta tenerla en América.

—¿Cómo fue la llegada de Ángel de Brito y sus angelitas al canal?

—Maravillosa. En enero nos pusimos en la cabeza ir a buscar a Ángel y lo fui a taladrar a Mariano Chihade. En un punto casi se nos había caído la operación y gracias a Dios se hizo, creo que particularmente porque Ángel tenía ganas de venir a América. Ángel es América: lo ves en pantalla y es como si hiciera 15 años que está trabajando acá.

—Y hablábamos un poco de esto que logra Ángel en el programa, donde aparte de tratar los temas de actualidad, son generadores de contenido.

—Es un reality, y Ángel lo lleva de taquito. Es una grata sorpresa porque sabe trabajar en equipo y es agradecido del lugar donde labura. Y es muy profesional.

Intrusos en una marca registrada del canal, que a pesar de todos sus cambios le está yendo muy bien.

—Muy bien. La verdad que fue una apuesta de Fernanda y de Vero, que vieron a Flor. Cuando hay una vacante, siempre tratamos de buscar adentro primero. Y Flor estaba muy bien los sábados. Es una laburante que se arremanga, que en algún momento de su vida también ha tenido sus choques y sus traspiés, pero eso creo que te curte a lo largo de tu vida laboral.

—La tenés a Karina Mazzocco a la tarde.

Karina encontró un lugar que, la verdad, me saco el sombrero, y lo está explotando al máximo. Jotax estaba haciendo un programa que iba a ser medianamente transitorio, pasaron Fantino y un montón de personas, y apareció Karina y le encontró la vuelta a la tarde: la levantó, sacan temas todo el tiempo. Y ella, profesionalmente, es única.

—Y volvió Animales Sueltos.

—En América siempre necesitamos nuestra cuota de política, y Animales, si bien fue mutando, es una marca. Había que enfriarlo un tiempo y pudo volver bien.

—¿Cómo vivió el canal la salida de Jorge Rial después de tantos años?

—Raro, porque él tiene la marca América en la frente. Pero Jorge es un tipo que se auto descubre todos los años de una forma distinta, y para mí es un profesional sin igual y un número uno en su materia. Las salidas nunca son para siempre, y más cuando te vas muy bien del canal, como se fue Jorge. No te digo que tenemos una relación porque no somos amigos, pero cada vez que necesitamos algo, el teléfono estuvo a disposición. Las puertas nunca se cierran para la buena gente.

—Algo que cambió en la industria tiene que ver con el trato cotidiano, en las conversaciones, en las negociaciones. Y eso, las direcciones de todos los canales tuvieron que incorporarlo.

—Totalmente. La deconstrucción que hemos tenido que hacer todos, por ahí nosotros menos porque somos más generacionales con todo lo que está sucediendo, y no te llama la atención que tengas ganas de que te traten bien, poder mantener un tono, darte cuenta de que el mundo se fue para otro lado, y que está bien que así sea. Y por sobre todo, que la mujer tiene que ocupar un lugar por encima de todo, y está perfecto. Es un buen cambio de era.

—¿Te encontraste con estructuras muy difíciles de desarmar cuando desembarcaste?

—No sé si difíciles. Yo creo que todos teníamos que empezar a escucharnos un poquito más. Y en América hoy nos estamos escuchando, y el clima laboral es muy bueno.

—El próximo va a ser un año de elecciones ¿Cómo va a impactar en el canal?

—Particularmente, la política a América le hace bien. Nos gusta hacer programas políticos y siempre inventamos algún formato para ello.

—¿Se puede pensar en una vuelta de Intratables en año de elecciones?

—Podría ser, perfectamente. Hay que ir viendo qué es lo que quiere la sociedad. La gente no tiene más ganas de discutir de política ni que le digan lo que está bien o lo que está mal. Creo que hay que encontrar una forma nueva de hacer política sin ver el mensajero, sin estar analizando permanentemente el mensaje. Entonces, a tu pregunta, la respuesta es podría ser. Intratables es un formato que me gusta.

—Si hablamos en un año, salió todo genial, ¿cómo te voy a encontrar?

—Ya con 40 años. Tratando de darle lo que a mí me toca a la industria. Además de que crezca América quiero que crezca la industria. Me gustan los medios de comunicación y disfruto haciéndolos. Y si en algún momento la gente se enoja con los medios, está buenísimo: el abanico que tenemos es interminable y nos permite cambiar a otro. En la diversidad cada uno tiene que encontrar el lugar donde se sienta cómodo y no enojarse tanto con el que hace medios de comunicación. Al fin y al cabo somos todos personas, somos todos subjetivos, y tratamos de hacer lo mejor para nuestra audiencia.

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