Entre bromas, anécdotas, cábalas incumplidas y mucha complicidad, Pablo Echarri, Fernán Mirás y Mike Amigorena palpitan el estreno de ART

“Es un privilegio volver al teatro”, dice Mike Amigorena, acompañado por Pablo Echarri y Fernán Mirás. Es una tarde de sol de invierno en Buenos Aires. La cita es en el hotel Alvear Icon de Puerto Madero. Los actores van ingresando uno a uno por la puerta del lobby, y con cada llegada se potencia el clima de risas hasta que los límites de la conversación se desdibujan entre la realidad y los chistes.

Nada puede salir mal. ART es una obra de la dramaturga francesa Yasmina Reza que la rompió en Argentina durante 12 años con un elenco de lujo: Ricardo Darín, Germán Palacios y Oscar Martínez. Esta es su versión 2021, lista para estrenarse el 5 de agosto, de miércoles a domingos, en el Multitabaris: la complicidad entre Echarri, Mirás y Amigorena augura un nuevo éxito. Además, la dirección a cargo de los que conocen la pieza de punta a punta -nada menos que Darín y Palacios-, confirma que no hay nada librado al azar.

“Si dura una semana, seríamos los que arruinaron ART...”, bromea ahora Mirás, aportando su toque de humor ácido que estará presente durante toda la entrevista. Profundizando ese tono y apelando a los códigos entre ellos que sobran a montones, Teleshow propone un desafío al que los tres suman sin dudar.

¿Cholulearon a algún famoso? ¿Robaron alguna vez? ¿Fingieron dolor de cabeza para no tener sexo? ¿Sufrieron alguna infidelidad? “Que me pasó, seguro...”, dice Fernán en relación a esta última pregunta. “Pero que lo haya descubierto, no”, remata. “Sí, yo sé que te pasó con una”, lo chicanea Echarri. “¡Claro!, pero yo no lo sé todavía”, le retruca su compañero.

Mike se hace cargo de que fingió algún malestar físico para no tener relaciones sexuales. “Many times”, dice, y Mirás no pierde oportunidad para el remate: “El dolor de cabeza es muy clásico. Alguna vez he dicho: ‘Mirá amor, tengo una fractura expuesta’” (risas).

Amigorena choluleó a Al Pacino y a Carlitos Balá. Echarri se hizo pasar por Pablo Rago para conquistar a una joven tucumana en Mar del Plata, y de los tres, solo dos admiten hacer pis en la ducha. Uno dice que limpia después de hacerlo y el otro se le ríe en la cara, incrédulo. Dale play al video y enterate de todo.

Pero no solo el clima divertido se hizo presente mientras recordaban anécdotas en el juego: toda la entrevista que el trío mantuvo con Teleshow de desarrolló entre carcajadas.

—¿Cómo se llevan adentro y afuera del escenario?

Echarri: —Fernán, irónicamente, te va a decir que nos matamos.

Mirás: —Yo me llevo muy bien con Mike.

Echarri: —Yo con Mike también me llevo bien.

Amigorena: —Sí, es verdad. No hubo afinidad nunca y vengo a ser como una especie de celestino, un puente, un mediador.

—¿Cómo fue la convocatoria a este proyecto?

Amigorena: —Por Zoom.

Mirás: —Pasó en el medio una pandemia. Tuvimos reuniones y ensayos por Zoom. Recuerdo uno: fui unos días al Tigre, y fue muy bueno porque leímos toda la obra, y yo no tenía señal. Entonces, decía mi frase calculando que hablaban cuatro frases ellos a ver si entraba, y me quedaba congelado y después los veía volver.

Echarri: —En esa reunión casi que desistí.

Amigorena: —Claro, en ese momento dijimos: “Nos vamos”.

Mirás: —Después tuvimos juntadas, empezamos a reunirnos. Después volvimos al Zoom, después ensayamos un mes. Después paramos porque cerraron los teatros. En un punto no podemos creer que sea…

Echarri: —Que estemos estrenando.

—¿Hay cábalas pre estreno? ¿Algún ritual?

Echarri: —Las mías son bastante comunes: no pasar debajo de las escaleras, no usar amarillo. Son un poco clásicas y viejas. Trato de no sumarme nuevas. Mike tiene una mochila amarilla que…

Mirás: —Es verdad.

Echarri—Se la vamos a robar, a esconder. Hasta ahora le dejamos que la traiga, pero…

Amigorena: —No soy cabulero. Vocalizar, pero no de cábala, para la suerte. Incluso, el otro día pasé por debajo de una escalera, estaban poniendo luces. Llevo una mochila amarilla.

Echarri: —Le falta el paraguas bajo techo…

Mirás: —¡Hace todo! Yo también soy un poco anticábala. Cuando debuté, recuerdo que me dieron algo para la suerte y dije: “No, si lo pierdo me voy a poner paranoico”.

—¿A quién le costó más aprender la letra?

Echarri: —Fuimos bastante parejos. Hubo un poco de esquizofrenia con el texto. Es la primera vez que tenemos una experiencia de proceso creativo tan frenado, con tanta incertidumbre. La letra la tuvimos bastante temprano y en un momento, cuando tuvimos el parate de las nuevas restricciones, teniendo toda la letra aprendida, cuando volvimos al escenario teníamos dificultades.

Amigorena: —Sí, nos costó.

Echarri: —No la habíamos logrado encallar bien y se nos iba.

Mirás: —Lo más largo del proceso, que nunca pasa, es arrancar y frenar. Te ponés, engranás, te metés la obra en la cabeza, parás, te quedás en tu casa, hacés otras cosas. Y de golpe: “Che, mañana volvemos a ensayar”. Pero también hubo alguna de esas pausas que hicieron decantar cosas y lo que fue complicado, en más de un aspecto, fue muy bueno. Ya las últimas dos semanas estamos llegando con mucho tiempo. Tenemos ganas de que venga el público ya.

—¿Cómo están con Ricardo y Germán en la dirección? ¿Qué tal son ellos como directores?

Echarri: —La tienen atada. Conocen la obra en profundidad. Un texto maravilloso y complejo para entender. Entonces, contar con dos directores que la han hecho durante tanto tiempo y que tienen al detalle los trucos, los niveles de profundidad adonde hay que llegar... A veces hasta le pedimos algunos tonos: no sabés cómo resolver algo y preguntás cómo lo harían y vamos por ese lado. En lo personal, soy un actor que acepta bastante cuando alguien sabe hacer algo.

Amigorena: —Esa obra es una partitura. No permite cosas externas que le puede llegar a dar un actor. Es muy fácil ver lo que está de más porque no surte efecto o porque no es así la obra, no es el pensamiento de la escritora. Tenemos todo por delante, es una ventaja tener dos personas que la hicieron tantos años. Es solamente escuchar y llevar a cabo la propuesta de ellos.

—Imagino que ellos también saben la letra, incluso más que ustedes.

Mirás: —Ese es un problema porque es muy humillante. Además, la asistente, el utilero, Gonza, el maquinista, hicieron la obra durante años. Entonces, decís: “Es un cuadro blanco”, y desde el puente escuchás que el maquinista te dice: “Es una pintura blanca”. Te corrige la letra. Nunca trabajé con un equipo en el que todos sepan la letra menos nosotros. Los primeros 15 días era muy humillante... Los dos son muy buenos directores independientemente de lo que podrían ser como actores, que ya todo el mundo lo sabe. Conocen mucho el trabajo del actor y saben en qué punto del proceso estás. También nos decían al principio que para ellos fue desandar el hecho de decir: “Esta es la obra de ustedes”. Pero si hiciste la obra 12 años, conocés mucho de lo que pasa, de lo que genera. Es un bagaje impresionante. Todavía no tenemos el público y saben dónde se van a reír. O sea, tratás de tener orgánicamente esa pausa porque sabés que se van a reír.

Amigorena: —Ojalá, ¿no?

Mirás: —Si no se ríen donde nos dijeron, nos matamos.

—Hay una presión ahí.

Mirás: —La obra es una genialidad. Como comedia, de lo que habla, que toda la pelea sea sobre un cuadro blanco. Entonces, trato de pensar en que nos salga bien. Después, no sabés qué va a pasar. Nunca se sabe. Y si no nos va bien ya sabemos de quién fue la culpa: de la mochila de Amigorena.

—Ahora que volvemos al tema de la mochila, recuerdo, Fernán, que la última vez que hablamos estabas haciendo vos mismo una mochila de Los Cazafantasmas para tus hijos. ¿La terminaste?

Mirás: —No, no la terminé, pero tengo todo para hacerla.

Echarri: —En el cumple de los mellis les voy a regalar dos mochilas de Los Cazafantasmas. Las voy a comprar en un lugar que es más fácil, casi hasta más barato...

Mirás: —Nancy (Dupláa) y él fueron de viaje, volvieron y trajeron unas espadas láser. Se las regalaron a mis hijos diciendo: “Esto es un juguete, no lo que te hace tu papá”.

Echarri: —Vos querés darle un juguete a tu hijo, vas a una juguetería. No le hacés un juguete con telgopor, con papel, con elementos que no…

Amigorena: —Ellos a vos te hacen eso en la escuela.

Echarri: —Claro, exacto. Y te lo regalan para el Día del Padre.

—En cambio, Fernán hace al revés: le fabrica él los juguetes a sus hijos.

Echarri: —Es un gran padre y nos hace quedar a todos terriblemente mal porque vos vas y compras en la juguetería...

Amigorena: —Vas, comprás. ¿Viste el barco pirata? Él te lo va haciendo con telgopor.

Mirás: —Me acababan de hacer mierda y ahora la dieron vuelta... Esto son los actores: te pueden remontar cualquier cosa.

—Pablo y Fernán ya son dos padres experimentados, con hijos en distintas edades. ¿Lo aconsejan a Mike, que es papá primerizo?

Echarri: —No, salvo que seas un excelente padre, a la vanguardia de los cuidados de los hijos... Las generaciones van cambiando mucho en muy poco tiempo. Las nuevas camadas de chicos vienen con características muy diferentes. Le recomendamos comprarse un iPad, alguna tablet, como para cuando tengan que meterles el chupete electrónico.

Amigorena: —Solo aplicaciones que enseñen. Eso está bueno: darle un aparato a la criatura para que teclee solamente aplicaciones que enseñen. Letras, números. No Twitch, Tik Tok...

—A los cuatro años te va a pedir su propio canal de YouTube.

Amigorena: —La voy a encerrar.

Mirás: —Yo no quiero tener más hijos, quiero tener más aplicaciones.

—Hace poco, Fernán dijo que si Pablo se presentaba en algún cargo político, lo votaba.

Mirás: —¿Estuve mal? Te pido disculpas.

Echarri: —Él siempre dice que Joaquín Furriel sería mejor candidato. Cosa que a mí me pega verdaderamente muy profundo porque Joaquín no tiene ninguna intención Pero sé que en silencio, y en el cuarto oscuro, me daría un voto.

—¿Vos a él lo votás, también?

Echarri: —No, no. Lo iría a ver a una obra de teatro, iría a ver sus películas porque es un excelente director. Vería todas sus series y sus novelas, pero no lo votaría jamás.

—Se viene el estreno entonces. ¿Vamos por 12 años?

Mirás: —Vamos por estrenar; llego hasta ahí.

Echarri: —Vamos por estar hasta fin de año.

Amigorena: —Vamos por lo que quiera el bicho.

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