Marcelo Tinelli íntimo, a horas de volver a la televisión: el nuevo ShowMatch, la expectativa por el rating, su incursión en la política

“Es muy importante entretener en momentos de dificultad e incertidumbre como los que estamos viviendo”, reflexiona el conductor número uno de la TV en esta charla exclusiva con Teleshow. Además adelanta los secretos de los nuevos segmentos, La Academia y Politichef, habla de la vacunación contra el Covid y explica que no se deja arrastrar a la grieta: “No es uno u otro. Siempre estoy de un lado y del otro”

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 Marcelo Tinelli en exclusiva con Teleshow comparte los secretos de la nueva temporada de Showmatch (Cristian Welcomme)
Marcelo Tinelli en exclusiva con Teleshow comparte los secretos de la nueva temporada de Showmatch (Cristian Welcomme)

Llegó el día del regreso más esperado. “Me cuesta pensar que hace un año y casi siete meses que no estoy al aire”, dice el número uno de la televisión argentina, Marcelo Hugo Tinelli, que este lunes a las 21 se meterá en todos hogares con una propuesta recargada que, una vez más, levanta la vara que él mismo deja temporada tras temporada.

Desde marzo de 1990, Tinelli acompaña a los argentinos desde un estudio de televisión. Entonces con Videomatch, a la medianoche, y un año más tarde con Ritmo de la Noche, cada domingo, fue ganándose un lugar en cada uno de los hogares. En estas tres décadas, el pibe de Bolívar que conquistó a todo un país estuvo solo dos años ausente en la pantalla: en 2013 y en 2020, el año en el que el mundo se dio vuelta y nada ocurrió como se había planeado.

Son 31 años haciendo el programa. “Y seis presidentes...”, reflexiona ahora un Tinelli, que se anima a coquetear con la política. En los últimos días se lo vio en un vacunatorio con Horacio Rodríguez Larreta y se ausentó de la Mesa del Hambre de Alberto Fernández. Las especulaciones no tardaron en llegar, pero en esta entrevista con Teleshow, el presidente de San Lorenzo se despega de la grieta y aclara que para él no es “uno o el otro” sino que, por el contrario, se ubica “de un lado y del otro”.

Con un formato distinto, pero sin hacer a un lado la impronta con la que supo mantener un éxito indiscutido a lo largo de todos estos años, la vuelta de ShowMatch en su versión La Academia augura sorpresas. El conductor se anima a ponerse un objetivo claro y exigente: dos dígitos de rating. “Hay un prime time muy fuerte que ha armado Telefé y la competencia es muy grande, pero vamos a dar batalla”, afirma.

Ya falta poco para volver a escuchar su clásico “¡Buenas noches, América!”, el saludo que más se extrañó en el último tiempo.

Marcelo Tinelli: "Discutimos cualquier cosa y las redes sociales amplifican todo. En la Argentina o estás de este lado o estás del otro" (Cristian Welcomme)
Marcelo Tinelli: "Discutimos cualquier cosa y las redes sociales amplifican todo. En la Argentina o estás de este lado o estás del otro" (Cristian Welcomme)

—Mucha expectativa con tu vuelta a la tele después de un año imposible para todos.

—Ojalá haya expectativa; nosotros tenemos mucha. Como conductor y productor estoy muy expectante. Toda la gente de LaFlia, también. Parece que fue ayer el último programa, pero el año pasado, por todas las condiciones sanitarias, no pudimos estar. Vamos en un momento difícil, contra una competencia muy fuerte, pero lo más importante es que volvemos, ponemos en marcha la estructura, “la nave”, como la llamamos internamente, para darle laburo a 300 familias que trabajan con nosotros. Ojalá sea un big show que pueda convivir con otros que hay en la tele, que están muy bien.

—Volvés con un formato distinto y muchas novedades.

Ya habíamos bailado mucho. Más allá de que el programa que se viene también tiene que ver con el baile, está bueno darle al formato una academia donde se puedan aprender otras disciplinas. En ShowMatch, La Academia las parejas no solamente van a tener que bailar sino cantar, imitar. El jurado va a tener que descubrir atrás de un disfraz quién está cantando y le vamos a tocar la voz. Vamos a tener destreza de circo, stand up, riña de gallos, ritmos nuevos. Además, volvemos a algo que me gusta mucho que es estar los cinco días de la semana, y el quinto va a ser el día del humor. Volver a sentarme en el escritorio como hace muchísimos años y poder estar más distendido. No soy un conductor que me acartono estando parado, pero estar sentado te relaja. Como dicen los políticos, tenés un punto de apoyo y podés jugar otro tipo de cosas.

—¿Sos consciente de lo que implica para los participantes su paso por el programa? A muchos les has cambiado la vida.

—No lo era, pero hoy lo soy. Veo que se han abierto academias de baile, otros han sido conductores en otros programas, han crecido artísticamente. Hemos cumplido muchos sueños, también, y otras cosas que son invisibles que tienen que ver con un programa de entretenimientos, que es un género algunas veces denostado en la televisión. En cuanto a la crítica estoy hablando; no a la gente en la calle, que lo agradece. Es muy importante entretener, más en momentos de esta dificultad tan grande y la incertidumbre que es una pandemia como la que estamos viviendo. La gente que hoy te lo agradece.

Marcelo Tinelli junto al jurado y participantes de "La academia" (Jorge Luengo)
Marcelo Tinelli junto al jurado y participantes de "La academia" (Jorge Luengo)

—¿Cómo imaginás este lunes, a las nueve de la noche, ese arranque con nuevo horario?

—Diferente. Voy a tratar de acordarme para no llegar tarde (Risas). Ya veo que llego a las diez y me dicen: “Che, flaco, hace una hora tenías que empezar, era a las 9”. Estoy contento con el horario, todavía no hay un gran encendido en la televisión pero está bueno arrancar de ahí. Hoy el prime time se ha extendido un poco más para atrás. Cuando el canal me lo propuso no era una idea que estuviera contemplando, pero tengo un contrato firmado entre las 9 y las 24 y el canal lo puede poner en cualquier horario. Por supuesto, con mi consentimiento. Era atractivo lo que me planteó (Adrián) Suar para empezar nosotros y seguir él con la tira o Guido (Kaczka) hasta que venga la tira.

—Los protocolos también cambian todo. El horario, las distancias entre la gente.

Vamos a tener arriba de 130, 150 hisopados diarios. No estoy de acuerdo en trabajar en la televisión con barbijo. Todo el que entra al estudio va a estar hisopado. Respetando los protocolos, sanitizando bien el estudio y cuidándonos con un equipo médico, se pueden solucionar un montón de cosas. Por supuesto que hoy ya es una normalidad que te venga un contagiado. Ángel de Brito se fue a vacunar y quedó positivo en Miami. El lunes no vamos a poder tenerlo. Vamos a tener que convivir con esto.

—Vos llegás con una dosis de vacuna.

—En esta nueva normalidad tenemos que estar vacunados. Primero que se la den las personas que están en la primera fila, pero soy pro vacuna y me parece que el día de mañana va a terminar siendo como la gripe, un virus con el que nos vamos a tener que dar una vacuna por año porque va a mutar. Hoy vino el de Manaos y un día va a venir el de Garota de Ipanema. Vamos a necesitar vacuna anual.

—¿Te enojaste cuando dijeron que te vacunaste en Estados Unidos?

—No, no me enojé, solamente que... Sin dar nombres, porque después se hablaba de un periodista, del otro; yo no di ningún nombre. Lo que digo es que cuando María (Calatayud) me llama y me dice: “Marcelo, ¿vas a viajar a darte la vacuna?”, le digo: “No”, y María traslada que no. No entiendo por qué es “no, pero me parece que sí”. Si no me vas a creer, eliminá el llamado y decí lo que quieras, más ante un tema de salud pública. No tendría ningún problema, si me hubiera ido a dar la vacuna a Estados Unidos, en decir que fui: hay un argentino que va a tener una vacuna mía. Si no, ponemos en la grieta también en la vacuna: el que se la dio afuera, el que se la dio acá. Bienvenido el que se la puede dar. Estamos ante la vida y la muerte. ¡¿Qué estamos cuestionando cómo se la dio?!

—Por todo nos estamos peleando. Hoy todo hoy es blanco o negro en la Argentina.

Hasta al Papa lo metimos en la grieta. En vez de estar felices y orgullosos de que tenemos un Papa argentino que expande el amor en el mundo, lo queremos meter en la grieta. ¡Por Dios, es insoportable! Discutimos cualquier cosa, y las redes sociales amplifican todo. En la Argentina, estás de este lado o estás del otro lado. Tratemos de ordenarnos como país para tener una línea más allá de quién esté gobernando.

—Se especuló mucho el fin de semana pasado porque no participaste del encuentro de la Mesa del Hambre y te mostraste conRodríguez Larreta.

­—Tiene que ver con lo que te estoy diciendo. Las lecturas políticas son necesarias hacerlas. Yo concurrí a la Mesa del Hambre invitado por el Presidente en una convocatoria amplia, interdisciplinaria, entre un montón de profesionales, de referentes de diferentes partidos políticos y organizaciones sociales. Hablé, y dije lo que estaba haciendo la Fundación MIA, que viene trabajando hace 25 años ayudando a un montón de gente. Después participé de una más. No pude ir a dos reuniones que se hicieron virtuales y fue la directora de la Fundación. Esa actividad del viernes ya todos sabían y había avisado yo que no podía ir. La lectura política que hagan, no soy de andar aclarando, pero la verdad que ya había avisado que no podía estar. Con Horacio ya había quedado antes de esa reunión que iba el sábado. Soy el presidente de San Lorenzo: estamos trabajando en la ley de rezonificación. Tengo una relación personal con Horacio, también. Si alguno se enojó, doble problema: enojarse y desenojarse. Muchas veces me sorprende porque por ahí me dicen algunos: “Che, la gente dice: ‘¿Y qué hacés vos por la Mesa del Hambre?’”, “Este que no hace nada por el hambre y el hambre está en el 42%”. Yo creo que es muy sesgado ese pensamiento. Primero, no soy un funcionario de este Gobierno, no establezco las políticas alimentarias, las políticas sociales, las políticas de ayuda, las políticas de los planes que se dan. Solamente colaboro en la Mesa del Hambre. Y me quedé con dos cosas puntuales para hacer. ¿Hay que ponerle a las comunidades del norte los pozos wichis, en Salta? Me quedé con ese trabajo. Y logramos, con cinco empresarios amigos, hacer siete pozos en Salta: dos los doné yo de mi propio bolsillo. Estoy intentando hacer más pozos de agua allá, con paneles solares. Me quedé trabajando en eso, puntual. Después de eso agarramos seis comedores, que eso no salió en ningún lado. Ahora, yo en lo macro desconozco. Yo me ocupé de eso y me sigo ocupando de eso y me voy a seguir ocupando de eso ¿entendés? Entonces cuando veo que alguno genera esto, son lecturas políticas que hace cada uno. A Horacio lo puedo ver tomando un café también porque no es que nos vemos ahí solamente. Alberto puedo ir un día a tomar un café a Olivos o a la Casa Rosada, no sale en ningún lado. Pero no es uno u otro. Siempre estoy de un lado y del otro. Yo ya llevo 31 años haciendo el programa y, la verdad, Menem, De la Rúa, seis presidentes después, Néstor Kirchner, Cristina Kirchner, Mauricio Macri, Alberto Fernández. Sí, un programa, qué sé yo; alguno le gustó más. En el 90 decían: “No, porque sos muy fanático de Menem y vino a tu programa”. Y después Los Reporteros lo asesinaban a Menem: “Huy, le está pegando a Menem, está en contra de Menem”. Si hacés una cosa, si hacés… No sé ahora qué va a pasar con PolitiChef, porque cuando hagamos la política y los imitadores no sé quién se va a molestar, a quién le va a gustar. Pero bueno, nosotros somos así. Yo ya estoy acostumbrado a esto, eh.

—Se viene PolitiChef. ¿Ya estuvieron llamando?

—(Risas) Algunos llamados siempre hay. A ver cómo se va a hacer cada imitación.

—¿Algún político pide estar?

—Sí, totalmente: “¿Cómo? ¿A mí no me vas a poner?”. Tampoco se pueden enojar. Cuando Jorge Guinzburg hacía su programa, me jodía con los bloopers, me imitaba creo que con Dady Brieva. Hacían los bloopers y a un flaco le cortaban un dedo y todos se reían. Me daba una bronca, porque decía: “¿Tan cínico soy?” Era una pintura amplificada de algo. Si no, no podés hacer humor.

—Es una época difícil para hacer humor, cada vez podemos reírnos de menos cosas.

Tenemos que estar un poco más relajados. Si con cada cosa nos vamos a poner (a decir): “¡No, esto es una barbaridad...!”. Todos tenemos un sentido común, hemos cambiado en un montón de pensamientos. Hay cosas que pasaron anteriormente y que, las he dicho al aire, hoy no las haría. Hasta he pedido disculpas. Pero ya está... Sin defenestrar ni violentar ni hacerle bullying a nadie, el humor es el humor. Si no, no podés reírte de nada. En eso soy más relajado. A alguno no le va a gustar. El humor es así.

Guillermina Valdez lo acompaña en la apertura del programa y también reemplazará a Angel de Brito en el jurado por su positivo de Covid (Jorge Luengo)
Guillermina Valdez lo acompaña en la apertura del programa y también reemplazará a Angel de Brito en el jurado por su positivo de Covid (Jorge Luengo)

—¿Tenés preferidos en las parejas de La Academia?

—Hay algunos que me gustan más cómo bailan, otros cómo hacen la previa, otros en lo que dan para el show. Pero no tengo un preferido. Este año el voto final no lo va a tener la gente, lo va a tener el jurado, entonces no sé cómo va a votar: el show, la calidad... Nuestro programa, en este caso La Academia, siempre tiene novedades y sorpresas en cuanto a que vos decís: “Va a ser este”, y termina siendo absolutamente otro.

—Siempre hay algo que sorprende. ¿Ustedes también se van sorprendiendo al aire, van encontrando el programa?

—Sí, totalmente. Tengo una manera de encarar la televisión y el laburo que es que no me gusta que se vea que estoy trabajando. No miro a cámara, muy pocas veces, saludando de entrada y después ya chau, que la cámara me siga. La gente tiene que sentir que entraron unas cámaras ahí y hacer algo que identifique a la gente. Son personajes simples que los podés tener en tu casa. Quiero un producto que sea fácil. Hace más de 20 años les decía a los productores: “Tenemos que hacer milanesas con papas fritas”. A algunos puede no gustarle, pero en general les va a gustar a todos. Estamos haciendo un programa popular.

—¿La pasás bien al aire o estás muy pendiente del número?

—Me van diciendo el número pero la paso muy bien, me divierto mucho. En general, lo que vamos haciendo es lo que le va gustando a la gente, pero si tengo que hacer el programa grabado no tengo ningún problema. No tendría el número y lo haría tranquilo. Por supuesto que termina el programa y quiero saber cómo nos ha ido, pero no estoy en el momento... Lo he hecho: seis, siete años atrás, estaba todo el tiempo pensando a ver qué iba, qué no iba. Pero si en esta nueva modalidad tenemos que grabarlo algunos días, no hay ningún problema.

—¿Qué número querés?

Dos dígitos: de 10 para arriba. Desde ya que quiero ganar, pero sabemos en la situación que estamos y la competencia que tenemos. Uno tiene que saber hasta dónde puede llegar. Entre 10, 11 y 12 es un numerazo para nosotros.

Marcelo Tinelli en la grabación de la apertura de Showmatch 2021 (Jorge Luengo)
Marcelo Tinelli en la grabación de la apertura de Showmatch 2021 (Jorge Luengo)

—Hace poquito fueron a visitar al bebé de Paula Kohan y te vi en unas historias de Instagram pidiéndole un nuevo bebé a Guillermina Valdés. ¿Era un chiste o se puede venir un descendiente más?

—Opción 1: es un chiste. A Guille le encantan los bebés y a mí también, pero no. Ya tengo una de 32, otro de siete: Mica, que no digo que se esté por casar, pero ya está para el casamiento, y con Lolo estamos viendo Peppa Pig y Among us. Ya está.

—¿Te gusta la familia?

—Mucho. Es un pilar importante para cualquier persona. Es clave tener una familia estable, sólida, una mujer que me acompañe, con su independencia y, a su vez, esa cercanía y unión que tenemos. Que nuestros hijos, los míos y los de ella, puedan compartir el hogar aún viviendo en lugares diferentes. Transitar las dificultades, porque una familia ensamblada no es un mar de rosas: tiene un montón de dificultades. Aprendo mucho de los chicos. Me gusta mucho la familia y me da una base muy sólida.

—¿La familia acompaña el lunes?

—Sí, quiero que vengan todos. Vamos a ver cuántos vienen, pero sí, quiero que vengan. Como adelanto: mis hijas van a estar cantando en un sketch. Las tres. No sé cómo hizo la producción para convencerlas, pero van a estar.

—¿Estás contento?

—Sí, muy contento.

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