Transcurrían los últimos minutos al frente de su programa cuando Alejandro Fantino recibió una información en su celular. Se trataba de unas imágenes que lo remontaban a diferentes momentos de su vida y lo conectaban directamente con el pibe del interior que lleva adentro. También, con la muerte de su padre Jorge, ocurrido en junio del año pasado, a quien despidió con una carta emotiva en las redes sociales y a quien tiene presente a cada paso de su vida.
“Buen viaje papi, ojalá te toque un lugar con buenas cosechas. Ojalá haya ríos y arroyos de cauces mansos que permitan charlas mientras soñás con una ‘llevada de dorado’ como las que disfrutamos toda la vida juntos”, escribió el santafesino como parte de aquellas líneas, pintando una geografía que lo unió para siempre con su papá, y que se relaciona directamente con lo que ocurrió en Fantino a la tarde.
“Parece increíble, son esas cosas de la vida”, lamentó el conductor, que le mandaba las imágenes a la producción para compartirlas con el público antes de avanzar con el relato. “Mi papá vivia buena parte del año en esta casa, y siempre decía ‘cuando yo me muera, esta casa se la va a llevar el río’. Lo decía todo el tiempo”, compartió el animador a sus compañeros -Luis Ventura, Marcela Tauro, Fernanda Carbonell y Facundo Pastor- quienes escuchaban atentamente sin saber para donde iba a disparar la anécdota. Hasta que Alejandro reveló qué era lo que había recibido en su celular y tanto lo había conmovido. “Me llama por teléfono un íntimo amigo mío y de mi viejo, y me dice ‘se fue la mitad de la casa al agua’”, contó con estupor, conectando con aquellos dichos de su padre que acababan de convertirse en profecía.
A continuación, en la pantalla gigante del estudio empezaron a aparecer las fotos de la casa de Sauce Viejo con los daños acontecidos por la crecida del río. Lo primero que mostró el conductor fue cómo había cedido por completo el terreno sobre el cual había construido una pileta. “Ahí, en enero, yo había puesto una hamaca paraguaya para ver el atardecer”, recordó con algo de nostalgia.
Luego mostró diferentes ángulos para dar cuenta de la magnitud de los daños que había provocado la crecida. Primero mostró una “casita azul, donde dormía mi papá”; y a continuación el quincho, “donde comíamos asado, pescado frito, chupábamos, boludeábamos”. Más abajo quedó lo que en algún momento había sido una pileta. “El río te socava”, explicó Fantino y contó que tenía pensado construir una casa en el terreno de atrás para reparar de alguna manera lo que acababa de ocurrir.
Una vez que pasó la sorpresa por cómo el río había impactado su casa, el conductor pasó a relatar algunas de las anécdotas que vivió durante diferentes etapas de su vida. Mostró una escalera que había construido con su abuelo Juan, para bajar directamente al río. “Veníamos con la lancha, la dejábamos ahí abajo y pescábamos”, rememoró. En eso estaba cuando Carbonell propuso un salto temporal y lo llevó a su etapa de la juventud. “Me agarró soltero esta casa”, reconoció el conductor con picardía. Y cuando quisieron saber si había invitado a alguna famosa, se excusó en la distancia de espacio y tiempo con Buenos Aires: “Paparazzi no llegaba”, alegó
Siguiendo el tono irónico, y casi como si fuera un agente de turismo, empezó a venderle una escapadita sus compañeros. “Mirá lo lindo que está. Si quieren venir, la casa es de ustedes: son 400 kilómetros por autopista”, los animó. Todos alabaron el lugar y se comprometieron a ir, sea a pescar, a comer asado o a descansar en una hamaca paraguaya. Será cuestión de esperar que pase la pandemia a ver si alguno se anima a cumplir su promesa.
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