La Semana de Súper Revancha mantiene en vilo a los fanáticos de la segunda temporada de Masterchef Celebrity. Mientras los mejores cocineros del certamen descansan y recargan energías, los ocho eliminados se debaten por un lugar en la gala del domingo, que devolverá a uno de ellos a las cocinas más famosas del mundo. Después del ascenso de Flavia Palmiero al balcón boleto en mano, Mariano Dalla Libera, Cae, Juanse, Sol Pérez, Fernando Carlos, Daniel Aráoz y Hernán el Loco Montenegro buscaron el suyo este martes.
El protagonista de la jornada debió ser el atún, ya que era el elemento sobre el cual cada cocinero debía elaborar su plato, aunque por momentos el rol principal fue tomado por los huevos. El responsable no fue otro que Juanse, que se propuso cocinar un exótico menú y mostró un enojo desmedido por la temperatura de los huevos que lo obligó a dar marcha atrás.
Durante la habitual charla post recorrida, Germán Martitegui le comentó a sus compañeros del jurado paso por paso lo que tramaba el líder de los Ratones Paranoicos: “Un huevo duro, partido por la mitad, vaciado, ahí lo rellenás, lo pasás por huevo, lo apanás y lo freís: Juanse”, comentó el exigente chef a sus colegas. “Ojo, creativo es. No me lo imagino”, apuntó Damián Betular, mientras Donato De Santis no encontraba las palabras para reaccionar ante lo que estaba escuchando. Mientras tanto, el protagonista principal de esta historia estaba en problemas. “No va, no va”, rumiaba el músico cada vez que el back lo ponchaba con su dificultad para manipular los huevos. “No tengo chances con esto. Que quede entre nosotros, son huevos muy frescos. Mi idea no dio resultado”, confesó y optó por la elaboración de un peceto.
Luego de dejar su plato en la mesada, el líder paranoico planteó una objeción al tribunal: “Tiene que haber huevos tanto fríos como a temperatura natural”, reclamó el músico más como una cuestión reglamentaria que como el divismo propio de rock star. “Desafortunadamente estaban muy fríos los huevos entonces eso fue arruinando mi plan inicial”, afirmó y pasó a explicar: “Si vos tenés los huevos fríos y los tenés que hervir y tiene que quedar bien al dente, eso retrasó todo. Pero este es un gran plato igual”; señaló en relación a su peceto con ensalada en base a atún.
Algo desilusionado por quedarse con las ganas de comer un plato inédito, Martitegui volvió sobre los fallidos huevos apanados y fritos. Y lo hizo con el objetivo de desestimar la teoría de la temperatura esbozada por el músico. “El 98 por ciento de la gente que hace huevos duros en esta tierra , saca los huevos de la heladera”, señaló el chef. “Sí, pero no de esta. Te apuesto lo que quieras”, respondió Juanse, sin dar el brazo a torcer: “La temperatura que tiene esto, parecen hielos los huevos”, se quejó el cantante.
Por un instante, la tensión propia de las devoluciones se volvió un cuadro desopilante. Las risas se apoderaron del estudio y Daniel Aráoz ofreció un termómetro para zanjar la discusión. El conductor Santiago del Moro acercó un huevo para la prueba de la temperatura, y Juanse, al tacto, se mantuvo firme. “Está helado”.
Lo que parecía una broma se volvió una necesidad y finalmente la propuesta de Aráoz fue aceptada. Lo que siguió entonces fue una escena digna de Gerardo Sofovich en La noche del domingo. “Una heladera está a trece grados”, afirmó Martitegui, mientras tomaba la temperatura de los huevos. “Es baja, es baja”, dijo De Santis, “Es la primera vez en la historia de la televisión que se pincha un huevo para saber la temperatura. Es un logro muy importante de este programa”, reflexionó el músico, antes de escuchar el veredicto: Es la temperatura perfecta para hacer un huevo duro. Todo tu argumento acaba de ser descalificado”, determinó el jurado, con el número clavado en 13.2 grados.
Pero ese no fue el único intercambio entre el chef y el participante, siempre con la temperatura como protagonista. Martitegui apuntó que el peceto estaba frío y Juanse se excusó diciendo que se había enfriado durante la charla. “Pero vos tenías que servir un plato frío”, le objetó el jurado apelando a la consigna inicial. “Sí, la ensalada”, replicó el músico en lo que se convertía inevitablemente en un callejón sin salida. “Eso no es un plato frío”, sentenció Martitegui para terminar con el asunto.
Pese a lo que se podía presagiar, la devolución no fue tan lapidaria. “Es digno”, dijo De Santis, y Juanse lo tomó como un impulso para seguir. “Es como que tenés las pistas por separado que podrían ser un gran tema pero no sabemos que fue porque nunca las uniste”, opinó Martitegui, conectando con su oficio de músico. En resumen, Juanse tiene buenas ideas pero le hace falta un productor que se las ordene. ¿Alguno de los se animará al desafío?
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