Radicado en Madrid, Sergio Maravilla Martínez divide su tiempo entre su carrera pugilística y su faceta actoral. El año pasado, el boxeador volvió a subirse a un ring después de seis años para pelear contra José Miguel Fandiño, a quien venció por nocaut. Y, en ese mismo momento, empezó a planear su regreso a los escenarios con Bengala, un unipersonal basado en la obra de Alfredo Megna y con dirección de Adrián Navarro, con el que se está presentando en el Teatro Nueve Norte de la capital española.
“El personaje es muy profundo y muy intenso, muy duro. Hago llorar hasta a Dios. La vez pasada estuvieron llorando mucho las señoras que estaban en primera fila y los muchachos también. Tiene unos tintes bastante dramáticos y duros, donde mucha gente no es que se siente identificada, sino que se siente golpeada por ciertas realidades que dice y por las que transita”, contó Maravilla en diálogo con Gabriel Fresta y Eddie Albert para Son dos butacas, por Radio Zónica.
Aunque interpreta a un boxeador, Martínez explicó que el rol al que le pone el cuerpo no tiene nada que ver con su realidad. “Es difícil la verdad, porque estoy encarnando la vida de una persona adicta al alcohol, a las drogas y al juego, que golpea a la mujer. Todas las cosas negativas que puede tener el ser humano, las tiene Bengala. No tiene proyectos de vida. Él ve como una luz una posibilidad de un combate contra un joven invicto y dice: ‘Esta es la mía’. Pero la verdad es que yo soy abstemio total, nunca una gota de alcohol, nunca una droga, nunca un problema nunca nada turbio. Y encarnar eso es bastante complejo para mi, me tuve que sumergir mucho y se hace pesado a veces”, explicó.
¿Cómo le llegó esta propuesta? “Fue gracias a Adrián Navarro. Hace unos años habíamos quedado para hacer una película, que no pasó más que un par de diálogos. Se tejió bonita amistad, la verdad que es un tipo extraordinario como persona, un ser humano maravilloso. Un día estando él en Madrid, me contactó por teléfono y me dijo: ‘Te voy a enviar una obra de teatro, decime si te gustaría interpretarla’. Cuando la vi me volví loco, me pareció una historia fantástica. A los poquitos días hablamos con él y con Pablo Silva (el productor). Y así nació el proyecto hace un año y medio”, señaló el boxeador.
Por entonces, todavía no había comenzado la pandemia del coronavirus. Sin embargo, la adversidad no lo hizo desistir de sus planes. “Fue un sueño que nunca abandonamos. Después empezamos a ver poco a poco como las posibilidades se iban dando, de poder comenzar con los ensayos. Comenzamos en el 24 de agosto del año pasado, el 22 de agosto fue mi primer combate después de seis años de retirado. Adrián fue a ver el combate, era domingo y le dije: ‘Mañana lunes comenzamos. Y empezamos al otro día con muchísima energía y, por suerte, aún con las limitaciones que tenemos pudimos llevarla a cabo”, relató.
Claro que, así como en la Argentina, en España los espectáculos tuvieron que adaptarse a los nuevos protocolos. “Quieras o no, están funcionando cada vez más teatros. Se había venido abajo la economía, como en el resto del mundo o, por lo menos, en los países que tuvieron confinamiento. Y funcionan al 50% de su capacidad. Lo que sí vemos que cuando una persona compra por ejemplo 10 tickets juntos, los separan en dos grupos de 5, con una butaca vacía de por medio. Igual se ve bastante gente, la verdad yo pensé que iba a haber mucho menos público pero no. Se respeta mucho, porque aquí es dura la sanción, pero se ven las salas con una cantidad, un aforo tremendo”, explicó Maravilla.
Por último, el boxeador contó cómo era dividirse entre la rutina deportiva y la actuación. “La verdad es que mi vida es súper intensa, descanso muy poco tengo muy poco tiempo libre durante el día. Para boxear entreno doble turno: en la mañana de 10 a 12 y luego, en la tarde, más o menos desde las 6 hasta las 8 de la noche. Y entre medias tengo los ensayos, que suelen ser de tres horas de duración más o menos. Esa es la parte más dura de todas, porque entre una actividad física y otra necesito una siesta, necesito dormir como todo el mundo. Y no tengo ese descanso. Ahí viene la parte pesada. Pero bueno, lo hago con tanto cariño, con tanto amor y con tanta pasión, que me siento muy bien”, concluyó.
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