“Volvamos a escucharnos”, dice Luis Novaresio en los avances de Debo Decir, el ciclo con el que regresa este domingo a las 21 a la pantalla de América. “Mis programas se tratan de conversar”, ratifica el periodista en diálogo con Teleshow. El rosarino busca en el difícil arte del hablar y el escuchar el esqueleto de su manual de estilo y lo lleva adelante en diferentes escenarios En Dicho esto -lunes a viernes a las 20 por A24- el periodista rosarino propone una entrevista íntima en la que las palabras viajan de ida y de vuelta. La quinta temporada de Debo decir lo invita a un circuito más intrincado, a veces con caminos paralelos, otras con encrucijadas y quizás hasta laberínticos, que se propondrá desandar con su estilo clásico.
Después de un 2020 que lo tuvo ocupado en Animales sueltos, con una impronta más confrontativa que conversadora, Novaresio vuelve a su zona de confort en modo recargado. Lo hace con nueva productora, Kuarzo; y nueva escenografía, ambientada como si fuera su casa. Para el primer programa, el periodista le abrirá las puertas al político Aníbal Fernández, a la conductora Pamela David, a la mediática Charlotte Caniggia y al director técnico Ricardo Caruso Lombardi. Una reunión de consorcio varopinta que, según el anfitrión, resume a la perfección el espíritu del programa.
—¿Cuánto cambia el Luis de la entrevista mano a mano respecto al conversador grupal?
—Debo decir es un encuentro de cuatro personas bien distintas, mezcladas, heterogéneas, donde yo juego de anfitrión para facilitar la charla. Ese es el nudo del programa, al que ahora se le agregan algunas secciones y también un momento íntimo. Y en los dos casos, yo soy el mismo, que a veces entrevisto de manera dura y crítica, pero siempre con la idea de conversar.
—¿Cuanto te involucrás en los contenidos del programa?
—Mucho, mucho. Busco invitados, colaboro, propongo. Como vengo del palo de haber sido productor, me parece que no hay otro modo, porque cuando el conductor no se involucra se nota mucho.
—¿Cuál es tu mirada de la televisión como medio de comunicación? ¿Seguís apostando por el formato?
—Yo soy un gran televidente, me gusta la tele, veo todo lo que puedo y me parece interesante. Hoy hay una oferta gigante que no teníamos con la que yo crecí, y menos en el Interior, donde había tres canales con toda la furia. Pero me parece que la tele de la aproximación a la realidad, a los invitados cotidianos sigue siendo interesante, y Debo decir es un programa que, cómo está planteado, yo lo vería.
El avance de Debo decir muestra a un Novaresio de entrecasa. Sentado en su sillón, descorchando una botella de vino, entrando de a poco en clima, en un ritual relajado. “Aquí no hay reglas...mejor dicho, hay una: aquí se habla de todo”, dice el periodista en off antes de saborear un trago. “Volvamos a escucharnos”, concluye antes de la invitación formal.
—¿Cómo surgió la idea de ambientar el programa como tu casa?
-A partir de la idea de la conversación, se trató de responder a lo que significa recibir a un grupo de amigos. A mí me gusta recibir gente, creo que soy un buen anfitrión, y me pareció que estaba bueno que fuera mi living, mi cocina y mi biblioteca, que son los espacios que vamos a ver por ahora.
—¿Influyó la virtualidad que nos impuso la pandemia?
—Yo venía de un año de palo y palo con Animales Sueltos, y sigo haciendo el día a día en la señal A24. Cuando con el canal nos juntamos para ver qué hacer, pedí algo que me permitiera salir de la coyuntura y hablar de otra cosa. Para ello tomamos los recaudos, todos los técnicos, los invitados, por supuesto yo mismo, somos hisopados antes de entrar para quedarnos con la tranquilidad de poder hacer un cara a cara. Se trata de recuperar el diálogo que estuvo obturado por la pandemia aunque obviamente la coyuntura va a estar, de hecho el primer programa viene Aníbal Fernández y es inevitable que hablemos de actualidad. Pero quiero buscar por otro lado de los invitados que no sea el día a día.
—¿Van a usar barbijos durante el programa? La televisión abrió este debate los últimos días.
—Consultamos a los expertos que asesoran a la empresa y nos dijeron que no es necesario, más teniendo en cuenta que tanto en el canal como en la radio hay un convenio para hisoparnos. Nos parece que se sostiene el protocolo con el distanciamiento y no hace falta el uso de barbijos.
La charla con Luis Novaresio es en la tardecita de viernes, a minutos de que empiecen a regir las medidas restrictivas decretadas por el presidente de la nación, Alberto Fernández, y una sucesión de conferencias de prensa calientes tanto del primer mandatario como del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y del gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. Con el cierre de escuelas como foco de conflicto, la pandemia ofrece un nuevo escenario de debate y análisis político.
—¿Es posible realizar un análisis crítico global con tantos vaivenes?
—Hay un cambio día a día, pero también hay algunas cosas generales que podemos decir. Estamos atravesando la peor crisis epidemiológica desde que se fundó la Argentina. Otros países vivieron pandemias y tragedias, nosotros no. Los resultados de la política sanitaria que se empleó hasta ahora no fueron los mejores, faltaron un montón de cosas de las que podía gerenciar el estado -los controles, los tests, las vacunas- que no fue óptima. Ahora estamos atravesando en el peor momento porque es una moneda más de cambio de la grieta.
—¿Dónde se perciben esos síntomas?
—En los últimos dos discursos de un Alberto Fernández, muy pobre, confuso, incompleto. Y el discurso de ayer de Axel Kicillof, duro, por momentos petulante, en algunos casos de dinamitar puentes, muestra que hay una pelea más política que sanitaria. A mí me parece penoso que esto esté funcionando cuando hay 25 mil infectados diarios y casi 60 mil muertos en el país.
—¿En este panorama qué papel juega Horacio Rodríguez Larreta?
—Creo que Larreta primero ha sido impulsado por el gobierno nacional con estas críticas como el principal opositor. Hasta ahora había parecido un gestionador eficiente, ahora me parece que se ha subido a una discusión política aunque él no lo haga tan expresamente.
—¿Estás de acuerdo con las medidas restrictivas que tomó decretó el presidente?
—Toda decisión tomada unilateralmente de forma intempestiva e inconsulta por cualquier gobierno, no va a funcionar. Es posible que hagan falta una serie de medidas epidemiológicas severas y drásticas, no lo sé porque no soy epidemiólogo. Pero el único modo después de haber pasado lo que pasamos, de la cuarentena más larga, hacer ese tipo de anuncio teñido por la mezquindad política, no va a funcionar.
SEGUIR LEYENDO: