Entre los tantas ventanas que abrió la primera temporada de Luis Miguel, la serie, uno de las más atractivas fue la relación comercial y afectiva entre el astro mexicano y su representante argentino, Hugo López. Este vínculo se profundizará en los nuevos capítulos de la serie, que abarcará dos etapas en la vida de el Sol de México y que se verán desde este domingo por Netflix. En diálogo con Catalina Dlugi para La Once Diez, César Bordón, el actor que interpreta a López, habló sobre el rumbo que tomará la segunda temporada, de su relación con el Luismi real y el de ficción, y de la fascinación de dar vida a un personaje del que sabía poco y nada.
Sin spoilear los detalles, Bordón anticipó que esta parte de la historia abarcará líneas de tiempo en la vida de la estrella mexicana, una ambientada en los ‘90 y otra después de los 2000. “Esa combinación nos permite ver a Luis Miguel joven pero ya adulto, que queda a cargo de su familia, y tiene decisiones muy difíciles entre las manos. Esto hace que la temporada se torne más oscura, más agria por momentos, un poco más severa”, señaló Bordón que alertó que por momentos el relato podrá adquirir connotaciones de thriller “con personajes que parecen gangsters resolviendo cuestiones a capa y espada, pero siempre con la sensibilidad y las canciones que la serie nos tiene acostumbrados”.
Sobre el personaje de Hugo López, el actor destacó la relación entrañable y fraternal que plantea la ficción: “Luis Miguel es el hijo que Hugo López nunca tuvo, y Hugo es el padre que Luis hubiera querido tener”, resume el argentino, y da más detalles: “A partir de que ya son familia, no necesitan ser políticamente correctos para decirse las cosas a la cara. Y esto no quiere decir que se haya dejado a un lado el negocio, porque su relación fue de las más prosperas en la historia del cantante”, apuntó. Al respecto, el actor de Relatos salvajes y La noche de los 12 años destacó que con su colega Diego Boneta, quien representa a Luismi, lo une “una excelente relación que traspasa la pantalla”.
Durante la charla, Bordón reveló la técnica que utilizó para transformarse en el manager, sin duda uno de los grandes atractivos de la serie. “No tengo tanto parecido físico, ni tenía muchas imágenes de él, ya que era un tipo muy discreto. Con los datos que me dio la producción, de un hombre derecho para los negocios, fraternal con Luis Miguel pero con mucha personalidad y en base a los recursos del actor, armé el puzzle y aparentemente se parece al real”, contó el actor con fascinación y agradeció las devoluciones de artistas que conocieron al manager, incluida su viuda, Lucía Miranda.
Bordón y Dlugi también reflexionaron acerca de la increíble vida del astro, por muchos momentos tortuosa, y con la crudeza que es reflejada en la serie. “Vi con el tiempo cómo se fue transformando en un ser misterioso, y esta miniserie es la verdad que cuenta lo que pasó. Es escalofriante y de una audacia increíble, que haya vertido la historia con tanta crudeza, hechos que no son sencillos de vivir ni de relatar”, reconoció el actor de Lobos.
Durante la charla, Bordón señaló que, por una serie de desencuentros fortuitos, no tuvo el gusto conocer en persona al astro mexicano: “En esta segunda temporada, pandemia mediante, no fue al set nunca. En la primera fue a las grabaciones de Acapulco, a las que yo no fui”, lamentó. También contó que fue invitado por el equipo del astro a sus conciertos en Ciudad de México y Buenos Aires “Tengo la fortuna de estar presente en lo que mejor hace que es cantar, y mantengo la esperanza viva de que nos conozcamos”, admitió.
La segunda temporada de Luis Miguel, la serie se estrenará este domingo a las 21 horas por la plataforma Netflix. El elenco participó de una avant premiere virtual, vía transmisión de YouTube, en la que además de Boneta y Bordón, incluidas dos de las principales novedades de la serie: Macarena Achaga, que interpretará a Michelle Salas, la hija del cantante, y Fernando Guallar uno quien caracterizará a Mauricio Ambrosi, uno de sus representantes y amigo cercano.
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