Hubo un mail -en el que expresaba su oposición a un libreto con “chistes que atrasan”- que la propia Érica Rivas reconoce como “agresivo”, pero que era de carácter “privado”. Por eso no se explica que lo allí escrito llegara a los medios. También hubo varias reuniones suyas con el director, Guillermo Francella, los guionistas Axel Kuschevatzky y Diego Alarcón, y los productores, los mismos destinatarios de aquel correo electrónico que generó tanto revuelo.
Y entonces, ahora es Érica quien brinda detalles de lo conversado en esos encuentros a puertas cerradas, porque desea “que quede claro”: “Yo no me fui, a mí me echaron”, dice la actriz sobre la esperada versión teatral de Casados con hijos, que de haberse realizado -lo impidió la pandemia- no habría contado con su brillante María Elena Fuseneco. “Me echaron por ser feminista, que para ellos era ser hinchapelotas. De hecho me decían: ‘No seas pan amargo’. Porque era la hinchapelotas que les marcaba cosas”.
“Me sacaron de las fotos de promoción, de la marquesina del teatro que ya estaba lista. Y lo hicieron por WhatsApp, a la vez que hacían público un mail privado”, sostuvo Rivas en diálogo con Página 12. Y haciendo referencia al humor, el foco de conflicto con su personaje en particular y con la trama de Casados... en general, afirmó: “Yo pedía que buscáramos opiniones, una asesoría. Ese mail lo mandé después de que me llegaran unos mini guiones para hacer avances por radio y la verdad es que no entiendo cómo a esta altura de la historia vamos a seguir riéndonos de los bigotes de una mujer”.
Preocupada por el supuesto tono machista de los chistes de los Argento, Rivas propuso en esas charlas la incorporación de una guionista: habló, por ejemplo, de Malena Pichot y Charo López. “Eran todos hombres: los productores, los guionistas, la dirección… Entonces, ¿cómo no buscar otra mirada? ¿No podían poner a una mina? No, no -remarcó-. Yo me sentía como en esas reuniones donde decís: ‘Che, a ver si un día lavan los platos ustedes’. Y te dicen: ‘¡Uhhh, qué hinchapelotas!’. Así me sentía. Porque, chicos, estaba diciendo una boludez, algo lógico, que se cae de maduro; no estaba rompiendo todo. Tal vez hubiera tenido que hacerlo”.
Érica lamentó que el director de la obra no fuera Claudio Ferrari, el mismo que hiciera la exitosa versión televisiva, con Florencia Peña, Luisana y Darío Lopilato, además del propio Francella, quien había tomado la responsabilidad de dirigir la pieza teatral. A Ferrari, la actriz lo enalteció: “Me ayudó muchísimo a montar el personaje, a decir lo que quería decir…”. A Francella, en cambio, lo repudió por un entredicho que se dio en una de esas reuniones.
“Me comí que el director (por Francella) me dijera feminazi, que estaba demasiado alterada. Y mi transpiración llegaba desde el cuello a los pies”, confesó Érica sobre el actor, quien con su Pepe Argento lograba los momentos más efectivos de la serie en su contrapunto con María Elena. “Lo que me salió fue decir: ‘Mirá, estás equivocado. Yo te aconsejo que no lo digas nunca más. Esta palabra no la digas nunca más’ -respondió Rivas-. Eran reuniones con peces gordos. Producción, dirección, algunos diciéndome ‘sí, tenés razón, claro’. Y después me llega ese guión donde el único chiste es que una mujer no se depila. Te digo que el mail que mandé era más largo y no se animaron a leerlo (se ríe). Es agresivo, es verdad, pero porque venía muy cansada, de muchas conversaciones”.
“Yo no me fui. A veces me felicitan por haberme ido. Y no, no me fui. ¡Me echaron! Intenté hasta último momento y me dijeron que no”, concluyó.
Además, Érica -ganadora de un Cóndor de Plata por su papel en Los sonámbulos- hizo hincapié en un señalamiento que recibió a lo largo de su carrera: “Siempre tuve fama de loca, de problemática. Porque tengo problemas para desnudarme en cámara ¿y soy yo la problemática? O porque no quiero quedarme callada”. Y agregó: “Lo mismo que pasó con Ricardo”. La referencia es sobre la vez que habló de su malestar con Ricardo Darín porque, según su testimonio, sufrió “maltratos personales y laborales” cuando eran compañeros en la obra Escenas de la vida conyugal.
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