Jueves de última chance más prueba de pastelería da como resultado un desafío complicado. Una de las reglas no escritas de Masterchef Celebrity se cumplió en la gala de esta noche, en la que Carmen Barbieri, Dani La Chepi, Gastón Dalmau, Alex Caniggia y María O’Donnell se batieron a duelo para evitar competir el domingo. Para ello, tuvieron que preparar una torta de chocolate de tres pisos, rellena con crema, café y dulce de leche. Los participantes no la pasaron bien y el jurado integrado por Germán Martitegui, Damián Betular y Donato De Santis tomó una decisión drástica en el certamen gastronómico de Telefé.
Pero antes de la sentencia, Carmen tuvo una jornada agitada. En su primera semana en la competencia, luego de superar un grave cuadro de coronavirus, la Leona padeció como el resto de sus compañeros la tensión por la elaboración de la torta y sufrió un incidente puntual con Alex Caniggia. En plena adrenalina, entre bizcochos partidos y falta de tiempo, la actriz y el mediático se enfrentaron por la propiedad de una crema chantilly. Ella juraba y perjuraba que le habían cambiado la preparación, pero tragó saliva y siguió adelante hasta que llegara el momento de descargarse.
Con una torta de dudosa apariencia y mucha bronca acumulada, Carmen enfrentó al jurado con unos cuantos reproches para repartir. El que ligó primero fue Betular, especialista en pastelería, y quien como tal llevó la voz cantante de las directivas: “El maestro nos dio un consejo equivocado. Dijo que al final teníamos que hacer el bizcochuelo y está mal. Primero tendríamos que hacer el bizcochuelo para darle frío y después el relleno era más fácil de enfriar”; argumentó la Leona ante la atónita mirada del especialista.
La madre de Fede Bal, respiró, tomó carrera y apuntó en dirección a uno de sus compañeros. “Alex Caniggia me robó la crema”, denunció, mientras el emperador realizó un gesto desafiante asumiendo su culpa. “Es de barat: los barats roban cremas”, redobló Carmen, apelando al código del joven. “La mía estaba bárbara, el metió el dedo, probó y se la llevó”, siguió su alegato la actriz mientras el mediático realizaba todo tipo de morisquetas para evitar responder las preguntas del conductor Santiago del Moro.
Aliviada por haber dicho todo lo que tenía que decir, Carmen aguardó paciente la ronda de degustaciones y se dispuso a escuchar la devolución del jurado. El primero en hablar naturalmente fue Betular, que no iba a dejar pasar el cuestionamiento de la participante: “La receta está testeada y probada de esa manera para que después la ganache esté cristalizada y tenga la consistencia para que ustedes después puedan untar”, explicó con seriedad.
A continuación, el chef señaló que la clave del éxito de la receta era aprovechar cada segundo de trabajo. “Si me quedo frente a la hornalla esperando que la crema se caliente, y no hago otra cosa en simultáneo, son esos minutos los que le faltan de frío a la torta”, detalló. Como si esto fuera poco, acaso herido en su orgullo de pastelero, Betular siguió castigando la preparación de Carmen: “Hay una sobre cocción de un par minutos del bizcocho, porque se te desgrana. Abrir todo el tiempo el horno hace que pierda grados y retrase”.
Una vez que terminó su devolución, el pastelero retomó el hilo del reproche inicial. “Jamás aconsejaría a ninguno de ustedes para que le vaya mal”, sentenció. “No lo tomé así, pero el orden no me ayudó”, reconoció la participante. “Vos sos buena cocinera, hacerte amiga de la isla lleva un tiempo”, cerró Betular. Carmen acató cada una de sus palabras y lanzó una pregunta final para sellar las paces. “Es mejor esta torta que el pionono de mi hijo?”. “Sí. Lo de Federico era goma eva, acá por lo menos tengo un bizcocho”, admitió ante las risas de todos.
La referencia de Carmen fue al Baby Yoda que preparó Fede Bal y que marcó uno de los momentos más recordados de la primera temporada. En aquella oportunidad, el actor debía preparar un postre infantil sobre la base de un pionono bicolor, que transformó en un delirio confitado y colorinche que le valió el reproche unilateral del jurado. “Imagino que debe ser la misma textura que comer goma eva”, dijo Betular. “Sos un poco infantil, toda tu actitud lo es, y eso está montado en tu decoración. Pero alguien que quiere competir en serio, no tira la toalla a los diez minutos”, advirtió Martitegui, enojado con el desgano del participante.
De vuelta al jueves de última chance, el jurado debía una sentencia. “Tomamos con humor el desastre que fue hoy”, evaluó Betular en la última deliberación sobre cinco platos cuya mayor virtud eran el entusiasmo y la voluntad. En ese panorama, el jurado optó por la decisión salomónica: los cinco a la final, que en este caso se traduce en el domingo de eliminación. Un sitio que Carmen tendrá el gusto de conocer. Afortunadamente, tiene a mano a su hijo para pedirle consejos, un habitué de la gala más temida de Masterchef Celebrity.
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