“Anoche con mi amigo fuimos víctimas de dos viudas negras en Palermo. Nos durmieron y nos robaron todo en la casa de él. Gracias a Dios estamos bien, solo que estamos en shock, ya hicimos la denuncia policial”, tuiteó Ulises Jaitt durante la noche del domino. De esta manera, el hermano de Natacha contó lo que sufrió después de haber salido con un amigo.
“Mi amigo se había separado, y cuando un amigo se separa y está mal, uno como amigo dice: ‘Che, vamos a tomar algo así charlamos un poco’. Es un amigo de toda la vida, lo conozco desde la secundaria”, comenzó contándole Ulises a Teleshow sobre la noche en cuestión.
“Fuimos a un bar en la zona de los Arcos de Palermo y en un momento me escriben dos amigas y me dicen: ‘Estamos en Plaza Serrano, ¿quieren venir?’. Le pregunto a mi amigo si quiere, porque quería levantarle el ánimo, que conozca a alguien, más allá de que después pase algo. Vamos para allá y cuando nos encontramos con mis amigas nos dicen: ‘Vamos a tomar algo al bar Fuego y Sabor, en Thames y Gorriti’. Yo lo conozco al bar, conozco al dueño. No me metí en un lugar que no conocía. En ese bar, mis amigas conocían a otra gente y en un momento quedamos nosotros solos, sin nuestras amigas, tomando algo. Y ahí sucede”, relató Ulises de un tirón sobre cómo cambió el rumbo de la noche.
“Estas chicas estaban en este bar y en un momento, nos empiezan a mirar, a hacer caritas. Estaban las dos solas. Entonces le digo a mi amigo: ‘Che, nos están mirando, vamos a charlar un poco’. Nos acercamos, empezamos a hablar, todo muy amable, eran muy seductoras, tenían acento colombiano. Empezaron a decirnos: ‘Qué lindos que son’, nos empezaron a tirar onda. Pedimos algo para tomar, un trago para cada uno, y en un momento, yo empiezo a sentir algo... yo soy cero droga, lo único que hago es tomar alcohol. Te lo juro por mi hermana Natacha que está en el cielo y por mi sobrino que está en esta tierra. Soy cero droga, entonces no entiendo lo que es la droga cuando a mí me la ponen. Y como no me drogo, no entiendo lo que me genera. Pero empiezo a sentir como que todo está bien, todo es bienestar... como si me hubieran puesto un éxtasis. Ya no era yo, pero estaba todo bárbaro”, recordó Jaitt.
Pese a esa sensación de extrañeza, Jaitt dice que en un momento pensó: “¿Será que me pasé con el alcohol? Yo no había tomado tanto, era mi tercer trago de toda la noche. Había tomado dos en el bar anterior y uno en este. No es que me bajé tres botellas. Pero había perdido el poder de decisión. Miraba para todos lados y no entendía nada. Ahí estaba vulnerable, manipulable. A mi amigo le pasaba lo mismo. En un momento tomábamos del mismo vaso, se ve que agarraron mi vaso y una empezó a tomar el mío. Yo no sé si ellas le pusieron algo ahí. Fueron muy rápidas”.
Cuando el bar cerró, las chicas preguntaron dónde seguía la noche: “’¿Adónde vamos así seguimos pasándola bien?’, nos dijeron. Y entre que no tenés poder de decisión, estás manejado, estás vulnerable, cometimos el error de decirle de ir a la casa de mi amigo. Fue un grave error. Si no nos hubiesen drogado, no hubiésemos ido, por las restricciones del covid. Yo trabajo en los medios, no voy a dar un mal ejemplo. No era la intención, pero vulnerado y manejado, no éramos nosotros, entonces fuimos”, dijo y se dirigieron al departamento de su amigo, en Villa Urquiza.
“De forma fresca, no hubiese ido nunca al departamento con dos mujeres. La onda era tomar algo con mi amigo y después volverme a casa, por las restricciones. Más allá de que después en su casa cada uno hace lo que quiere y nadie es un santo. Y no es que hicimos una fiesta clandestina para 300 personas. ¿Nadie va a llevar chicas que no conoce mucho? Dale. Todos se ponen con el dedo acusador hasta que les pasa...”, enfatizó Jaitt, especialmente por las criticas que recibió en las redes sociales por haber tomado esa decisión.
De vuelta a la noche del sábado, Ulises contó que “llegamos, preparamos unos tragos. Una de las chicas se lo lleva a mi amigo a la habitación. Yo me quedo en el living con la otra chica. Y en un momento se me acerca, me viene a dar un beso, y cuando me besa, me tira un líquido de boca a boca. Yo pensé que era un jueguito sexual. Me senté en el sillón, ella empieza a bailar, se baja los pantalones y ahí se me apaga la computadora. Chau. Lo último que me acuerdo es de eso”.
“Nosotros llegamos más o menos a las 12 y algo, alrededor de las 12 y media. Creo que en una hora pasó todo. 1 y media nos durmieron. Al otro día nos levantamos a las 11 de la mañana. Estuvimos desmayados como 10 horas. Cuando me despierto y me quiero levantar como una persona normal, mi cuerpo se caía al colchón, no me reaccionaban los músculos. Tenía la cabeza dada vuelta. Me quedé dormido en el sillón y aparezco en el colchón acostado al lado de mi amigo. Alguien me acostó. Me desnudaron porque aparecí en boxer y yo estaba vestido”, cuenta sobre las primeras sensaciones al día siguiente.
Describió que la casa estaba “toda la casa dada vuelta. A él le robaron efectivo, unos dólares que tenía, la play 5, perfumes y relojes. A los dos nos sacaron los celulares. El la sacó peor porque era su casa”.
Acto seguido, radicaron la denuncia en la Comisaría Vecinal 12 C de la Policía de la Ciudad, en el barrio de Villa Urquiza y también fueron revisados por personal del SAME. “Nos dijeron que no estaba para llevarnos porque estaba todo colapsado por el covid y nos veían que estábamos conscientes, que caminábamos, no había ningún síntoma ni nada para hacernos un análisis. Y que nuestro organismo ya estaba rechazando lo que nos dieron”, dijo sobre el accionar de los médicos.
“Las chicas que nos robaron son profesionales, porque cuando vino la policía científica y no encontraron huellas, se ve que usaron guantes. Y las dos copas que ellas tocaron, se las llevaron. Nos dejaron los chips de los celulares en la mesa, para que no las podamos rastrear. Y aparte un detalle: tenés que salir con la agujita para abrir el iPhone, tenés que salir con el alfiler, ¿eh? Tenían todo preparado, saben lo que hacen”, analizó sobre las “vidas negras”.
“Recién hoy me siento como una persona normal. Todo el lunes y martes estuve tirado, cansado, como si me hubiera agarrado el pedo de mi vida. Y tomé cuatro tragos en toda la noche. Es imposible que yo termine de esa manera. Claramente fue esto que nos pusieron, que no sé si fue burundanga o qué”, creé Jaitt.
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