Encontrarse con el famoso, buscar un papel, una lapicera y acercarse. Entre la vergüenza y el entusiasmo, decirle: ¿Me firmaría esto? En medio de todo el bochorno provocado por uno mismo y dependiendo de la reacción del ídolo en cuestión, se suman otros inconvenientes como deletrear un nombre difícil, pelear con otros cholulos que aparecen oportunamente y, por último, entregar el autógrafo en cuestión. Que el receptor entienda la letra del personaje, que escuche toda la anécdota a pie juntillas y que finalmente valore lo que se ha hecho para lograr esa firma de escueta dedicatoria, eso ya es otro cantar.
La pandemia puso distancia y fortaleció un sistema que no es nuevo del todo, pero que sí encontró su auge en esta época: el de comprar saludos por internet. Aunque muchos critican a quienes lo hacen y otros tantos evalúan sus posibilidades, la oferta y la demanda encierran una única verdad y es que si alguien está dispuesto a comprar, otros estarán dispuestos a vender. Los precios son arbitrarios y aunque algunas agencias pueden sugerir cuánto cobrar de acuerdo a la cantidad de seguidores en redes sociales, por ejemplo, la mayoría de los valores publicados no responden a un criterio formal. El negocio sigue siendo nuevo y hay lugar para todos.
En Europa, los reality shows también marcan agenda y crean monstruos televisivos que por un poco más de 10 dólares estarán dispuestos a saludar a quien corresponda, diciendo el nombre del homenajeado y de quienes pusieron su tarjeta de crédito para que esto se haga efectivo. Tampoco faltan los jugadores de fútbol y viejas leyendas como el argentino Mario Alberto Kempes, gloria del mundial de 1978, que goza de un momentáneo suceso en la web española Cleb. “Kempes es considerado como uno de los grandes jugadores argentinos de la historia y entró dentro del Hall of Fame del Valencia CF siendo elegido por la IFFHS como el 6º mejor jugador argentino del siglo XX”, dice en su perfil, uno de los más exitosos en la plataforma con 170 comentarios de compradores súper agradecidos. Kempes no es barato, pero parece que lo vale, sus videos personalizados cuestan 200 dólares.
En la misma plataforma, una diseñadora de renombre mundial no goza de la misma suerte que el futbolista retirado. Se trata de Agatha Ruiz de la Prada que ofrece sus saludos, también personalizados y en video, a 100 dólares. No tiene comentarios, ni puntuación, y solo se puede ver un video en el que se la aprecia bastante incómoda saludando a “Carmen, de parte de tu hija Sara”. Su nombre es una marca que se imprime en todo tipo de productos, ya sea indumentaria prêt-à-porter, pijamas, blanquería o perfumes, pero Ruiz de la Prada apuesta igual a facturar con sus bucólicos saludos al precio de lo que vende una camiseta con su colorido sello personal.
No solo de viejas glorias viven estas webs, también se puede encontrar a Willy Bárcenas, el cantante de la banda española Taburete, que por 45 euros saluda a quien se lo pida. Bárcenas había sido repudiado después de dar un show multitudinario en agosto de 2020, en Marbella, y sin ningún protocolo sanitario. “¡Ni una puta mascarilla!”, arengó abiertamente durante su participación en el festival Starlite, lo que desató una oleada de críticas. “Las imprudencias se atribuyen a todo el gremio y pagan justos por pecadores. Se pueden hacer y se están haciendo conciertos seguros. Que un error no tire por la borda el esfuerzo de la mayoría”, tuiteó Ismael Serrano en ese momento. Willy, además, es conocido por ser hijo del extesorero del Partido Popular español, Luis Bárcenas, quien cumple una condena por blanqueo de capitales durante su época de funcionario público. No son buenos tiempos para el cantante y quizá vendiendo algunos saluditos pueda salir adelante hasta que acabe la crisis.
Otras webs como Mocítox ofrecen, en su mayoría, contenido de celebridades locales, pero la diferencia está en que muchas donan el 100% de sus ganancias a organizaciones no gubernamentales, lo que sería como un sistema de donaciones con premio. Pero la reina de las plataformas de este estilo es, sin dudas, Cameo. Aunque está online desde 2017, esta empresa nacida en Chicago, Estados Unidos, explotó en 2020 y todo fue gracias a la pandemia por el coronavirus. Miles de artistas y mediáticos se suscribieron para vender su contenido personalizado por ahí y el sistema se terminó de popularizar al máximo. Todos querían sus videos y Cameo ofrecía personajes de lo más tentadores.
Un video personalizado de Tommy Lee, baterista de Mötley Crüe y ex de Pamela Anderson, cuesta unos 500 dólares en Cameo y aunque se aclara que por el momento no hay promos, se puede conseguir algo más, por menos plata. Por la módica suma de 20 dólares Tommy puede enviarte un mensaje directo, de modo que si se juntan unos cuantos verdes quizá hasta se pueda llegar a conversar algo con el rockero. Si se tiene en cuenta que el batero tuvo su momento de gloria mediática cuando se filtraron sus videos de porno casero con Pamela, podría decirse que con los años aprendió a monetizar su imagen, antes de que lo terminen haciendo otros en su nombre.
Gloria Gaynor, a sus 77 años, cobra más o menos lo mismo que Tommy Lee por el video, pero mucho menos por el mensaje directo, menos de 10 dólares. Los comentarios de sus fans son realmente entusiastas, satisfechos de haber conectado con una leyenda. La cantante inglesa Lily Allen pide casi 300 dólares por sus saludos personalizados y aunque se la ve muy relajada cuando se graba echada en su sillón o acodada en una mesa, sus seguidores están felices y abundan los comentarios positivos del estilo “¡vale cada centavo!”. Otro súper popular de la aplicación es el actor Don Johnson, a quien se lo ve muy bien física y anímicamente, sus calificaciones dicen que responde antes de las 24 horas y, lo más importante, dona todo lo que gana haciendo estos videos, a una ONG que ayuda a las personas sin hogar. En esa misma línea, Ziggy Marley, el hijo de la leyenda del reggae, también deriva todas las ganancias a una organización de caridad que ayuda a los niños de Jamaica.
Los solidarios son los menos y en plan “facturar a toda costa”, se encuentran personajes tan disímiles como Sebastian Bach (ex cantante de Skid Row) y Neil Sedaka. El primero, disruptivo, puede aparecer cantando el feliz cumpleaños mientras arrea unas cabras o juega con un perro al costado de la piscina. El segundo, más mayor, se muestra sentado al piano y dedicando una canción con un estilo más clásico, después de cobrar sus 400 dólares. Tampoco faltan el rapero vintage Vanilla Ice y el puertorriqueño José Feliciano que, como era de esperar, aprovechó con creces la temporada navideña sacándole lustre a su guitarra y a su popular hit bilingüe.
El sistema es fácil, se puede pedir el video a través de la web a la que pertenezca el personaje elegido, se sugiere el contenido del mensaje que se le enviará al destinatario (feliz cumpleaños, suerte en un examen, fuerza en un momento difícil) y se paga con tarjeta de crédito. Cuando la celebridad haya grabado el saludo, la empresa mandará un enlace vía mail para poder ver y descargar el video. Aunque los mensajes quedan alojados en la plataforma, no todos son públicos ya que se puede elegir la privacidad. Después de pagar, las empresas comercializadoras, se comprometen a enviar el material en un plazo determinado y si el famoso no cumple con lo pactado, el dinero que se haya pagado será devuelto.
Después de informarse, es probable que muchos terminen indignados con esta modalidad. Otros, en cambio, se sentirán tentados a probar el sistema y, en una de esas, habrán encontrado el regalo ideal para ese pariente al que nunca se sabe qué comprarle. Hay gente para todo.
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