El descanso fue breve: a dos meses de haberse despedido de Mamushka, Mariana Fabbiani regresa este lunes a las 11:30 hs. a la pantalla de ElTrece con un nuevo proyecto al que decidió llamar Lo de Mariana. ¿De qué se trata? “Es una propuesta que reúne muchas de las cosas que fui haciendo en otros momentos de mi vida. Va a tener mucha diversión, porque quiero pasarla bien y llevarle un poco de aire fresco a la gente. También vamos a cocinar y a jugar con el público. Y no van a faltar la actualidad y las entrevistas con los invitados. O sea que va a ser un mágazine de verdad”, asegura la conductora en diálogo exclusivo con Teleshow.
—Inevitablemente, pienso en Mariana de Casa, El diario de Mariana...
—Y Mamushka. ¡Todo junto! Creo que, en este punto de mi vida y de mi carrera, es hora de hacer algo que pueda mostrar todas mis facetas. Yo sé que se puede informar y, a la vez, pasarla bien. Y aprender a cocinar, como en mi caso que después de veinte años sigo sin saber nada.
—¿Te va a tener que enseñar Christophe Krywonis?
—¡Es que yo más que fideos con manteca no sé hacer! Pero a la fuerza voy a aprender. Aparte, estoy re contenta con el equipo que me acompaña, porque desde la primera vez que nos juntamos nos dimos cuenta de que fluía la energía. Y eso es algo que agradezco muchísimo, porque no se puede fabricar: o pasa o no. Va a estar también Federico Seeber con toda la actualidad y Martina Soto Pose, que es locutora y periodista. Así que estoy re contenta, porque estamos trabajando un montón y tenemos muchas ideas, además de contar con el apoyo del canal. Con la producción ya nos conocemos de hace años, sabemos lo que tenemos ganas de hacer y tenemos un gran entusiasmo. Y con el nombre lo que busco es que el programa se sienta como mi casa. Primero, porque paso muchas horas ahí. Y, segundo, porque quiero que el público sienta que viene a visitarme. Así que vamos a estar navegando los estados de ánimo que correspondan.
—¡Cómo la vida misma!
—Exacto. Porque yo también tengo la necesidad, desde lo personal, de hacer algo real y no impostado. A mí, lo auténtico es lo que más me funciona y es lo que me resulta más liviano de sobrellevar en un programa diario. Estuve haciendo un raconto de todo lo que hice y, en el 2021, se cumplen 25 años desde que empecé con la conducción. Y, realmente, siento que es un momento importante de mi carrera, en el sentido de que yo ya sé lo que puedo dar y el público me conoce también. A mí me han visto crecer en la tele, me vieron tener a mis hijos (Matilda y Máximo Chihade), me vieron perder a mis abuelos (Mariano Mores y Myrna)...La gente ha seguido mi vida muy de cerca y quiero que esto sea lo que se respire al aire.
—Decís que hiciste un raconto de tu carrera e imagino que hay trabajos de los que te arrepentís y otros de los que te enorgullecés, ¿no?
—Sí, claro. Uno va aprendiendo. Por ahí no me arrepiento, pero hay cosas que si hoy las tuviera que hacer las miraría desde otro punto de vista. Porque también el medio va cambiando. Pero todo te construye y hace que seas quién sos hoy. Y, en mi caso, siempre traté de dar pasos con mucha convicción.
—También tenés mucho humor como para mirar atrás y, quizá, reírte de vos misma...
—¡Pero obvio! Me miro y, a veces, no me aguanto. Cuando pasaron Mariana de casa por Volver decía: “¡Uy!”. Es que uno cambia. Y no puedo creer ni cómo era ni cómo hablaba en esa época...Porque yo también fui formándome al aire, de alguna manera. Así que fui mejorando en muchos aspectos. Pero siempre hay cuestiones que se mantienen y son las que tienen que ver con la esencia de cada uno. El humor y las ganas de llevar alegría a la gente siempre está. Y también el deseo de profundizar en la vida, porque no me considero una persona livianita y eso también está presente en lo que hago.
—Sé que sos una mujer muy leída: eso suma.
—Me encanta la lectura, pero es más para mí. Me preocupo por estar informada y estar al día con todo lo que pasa en el mundo. Pero también soy muy curiosa y me gusta mucho leer, sobre todo novelas. Y encuentro la felicidad en eso. Así que es un hábito que trato de no perder. Y que le inculco a mis hijos: “No importa qué lean, pero lean” .
—Imagino que debés haber aprovechado a full estas semanas libres con ellos...
—Sí: disfruté un montón de lo que es la previa del cole y del llevarlos y traerlos ahora, que es tan complicada para las madres la vuelta a clase por los horarios y las burbujas. Creo que la pandemia hizo que el año pasado fuera de muchísimo aprendizaje. Porque tuvimos que parar en un montón de aspectos y, en mi caso particular, me di cuenta de viejas prácticas en las que no quiero volver a caer. Como, por ejemplo, llenarme el día con veinte millones de actividades y vivir a mil. Por eso estoy tratando de llevar una vida más conectada, más a tierra y más a conciencia.
—Algo que parece tan simple y que en la práctica es tan difícil, porque uno enseguida se deja llevar por la vorágine.
—Es que somos animales de costumbre. Pero ojalá podamos incorporar a nuestra rutina desde los hábitos de cuidarnos y cuidar al otro, hasta esto que tiene que ver con el tiempo y con la empatía. Porque ninguno va a ser el mismo después de esto que nos está pasando. Hemos tenido pérdidas muy fuertes y no hemos podido acompañar físicamente a nuestros afectos. Así que tenemos que tratar de compensar eso de alguna manera. Y yo estoy muy concentrada en no desperdiciar nada de lo que aprendí el año pasado.
—¿Sos de meditar? Porque hace poco subiste una foto en esa postura...
—¡Era una falsa meditación! Estaba como muy relajada en pose, pero me cuesta meditar. No sé cómo es que te enseñan que te tenés que sentar y respirar. Yo soy bastante ansiosa. Y, además, no me resulta fácil encontrar el rato de silencio en casa. Pero trato de lograr esos momento de conexión conmigo misma, de mirar para adentro y hacer introspección. Es algo queme mantiene en eje, como también leer, ir a caminar o permitirme un tiempo de ocio. De todas formas, ahora estoy en pleno trabajo así que estoy enchufada a 220.
—¿Alguna cábala para este arranque?
—No, ya cábalas no. Sólo ir tranquila y con la convicción de que estamos haciendo algo que nos gusta. Después, los programas se van armando al aire. Uno puede tener un montón de planes, pero en el día a día se va construyendo algo con la gente en base a lo que va gustando y al contexto.
—Sobre todo en un año como este, que no se sabe qué nos va a deparar...
—Tal cual. Pero hay que salir, por más que sea difícil. Da miedo y hay que cuidarse. Sin embargo, es un momento en el que la gente también necesita distraerse, además de estar informada. Y a mí me parece que todo puede convivir.
—Es que, cuando uno está de buen ánimo, puede afrontar mejor las situaciones adversas.
—¡Totalmente! La actitud es súper importante. Y la verdad es que la tele es una compañía enorme para muchísima gente y yo nunca dejo de tener eso en cuenta.
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