A Natalia Verbeke la conocimos allá por 2001 cuando se estrenó El hijo de la novia, el film de Juan José Campanella. La película se centraba en el personaje de Ricardo Darín que tenía su madre con Alzheimer (Norma Aleandro) viviendo en un geriátrico y su padre, interpretado por Héctor Alterio, que le pide que lo ayude a volver a casarse con su madre. El personaje de Darín colapsa, por las presiones económicas, una relación fría con su hija, estrechez con su ex mujer y la aparición de un ex amigo de la infancia (Eduardo Blanco). Pero había una compañera de fierro que estaba siempre a su lado, para ayudarlo y entendenderlo, que era el de Naty (Verbeke).
La actriz nació en la Argentina pero emigró a España con su familia cuando tenía apenas 11 años. El acento castizo y argentino confluían en ese entonces en la jovencita que comenzaría una gran carrera artistica, principalmente en España.
Recientemente Natalia protagonizó la serie El Nudo, una producción de AtresSeries, que tomó como base al guión de Amar después de amar, la telenovela argentina con Eleonora Wexler, Mariano Martinez, Isabel Macedo, Federico Amador y gran elenco. En esta ficción Verbeke interpreta a Cristina, felizmente casada con un hombre que intelectualmente no tiene su formación. El matrimonio vive con el hijo adolescente que tuvieron y con una hija que él había tenido antes con otra mujer. La familia se muda de ciudad y ella vuelve vincularse con una ex compañera del colegio, que le consigue ingresar a una Universidad que dirige su esposo. Un accidente sucede y comienza la acción de este thriller.
En comunicación desde Madrid, Natalia dialogó con Teleshow acerca de esta serie y contó también cómo consiguió el papel en la película El hijo de la Novia.
—En la Argentina las series españolas tienen muy buen recibimiento, ¿A qué crees que se debe este auge??
—Estoy trabajando en series hace 18 años aquí en España. Ha cambiado mucho. La calidad es muy superior, antes estaban dirigidas a un público sobre todo familiar. Y al haber tantas opciones de plataformas, se hace un producto más cuidado, arriesgado, que no tiene que ser necesariamente para todos los públicos. Hay series que internacionalmente son hits, como ha ocurrido con La Casa de Papel o Elite.
—¿Qué nos puedes contar sobre el personaje de Cristina en El Nudo?
—A mi me gustó mucho Cristina porque me parecía una mujer en apariencia muy frágil, pero por otro lado con una valentía impresionante. Porque a veces uno se plantea: ¿Qué haría yo en esta situación, cuando ya tienes dos hijos? Es una mujer que ha hecho todo por su familia, pero evidentemente había una intelectualidad en ella y una formación que no tenía que ver con su marido. Yo la pensé como ese tipo de mujer que dice “Yo con este tipo de hombre nunca estaría” y de repente lo deja todo y se enamora. A lo largo del tiempo probablemente haya habido conflictos, dos hijos y el hecho de intentar salir adelante. Hay mucho amor también, muchísimo. Ella se habrá estancado y un día decide despertar y tomar las riendas de su vida.
—Acá en la Argentina todos te recordamos por tu Naty de ”El hijo de la novia”. ¿Qué recuerdos tenés de la filmación?
—Yo tengo un recuerdo maravilloso de esa película. Me enamoré absolutamente del guión. Conseguí el papel a través de una llamada telefónica a Campanella que luego vio mi filmografía, le gustó mucho y me dio el papel. Y fue la primera vez que viajaba a Buenos Aires para rodar. Lo cual fue una responsabilidad muy grande para mi. Quería no fallarle a mi familia de allí. Era una responsabilidad que me ponía. Era la primera vez que viajaba a la Argentina sin quedarme en la casa de mi prima. No podía ver a mi familia porque cuando trabajo me centro en lo que estoy haciendo, en mi papel. Tuve una relación magnífica con todos los actores con Norma (Aleandro), Ricardo (Darín), con Eduardo (Blanco), con Campanella maravilloso también. Con los que he mantenido más relación fue con Eduardo que trabaja mucho aquí y con Ricardo por supuesto.
—¿Cómo fue ese llamado por teléfono a Campanella?
—Teníamos una amiga en común, americana. Yo había hecho una película en los Estados Unidos, y me hice muy amiga de una maquilladora que es la de Sex and the city. Ella trabajaba con él (Campanella) en la serie que estaba rodando allá. Y entonces esta amiga me dice: “Sé que Juan está preparando una película y sería genial volver a trabajar juntas”. Y entonces le dije “Dame su teléfono que lo llamo”. Cuando me atendió le dije “Sé que estás preparando una película, y yo voy a ser la protagonista”. Ahí me preguntó cómo me llamaba, conocía a mi representante que era el mismo de Aitana Sanchez Gijón (que ya había trabajado con él) y pidió material de mis trabajos. Hubo algo que habrá visto y quedé.
—¿Cómo era Campanella filmando?
—Estuvimos mucho ensayando antes de grabar. A mi me parecía fascinante Campanella porque sabía exactamente lo que tenía que decir. Era un hombre rodando, de pocas palabras pero todas super acertadas. Y tampoco dirigía tanto, Me acuerdo que le pregunté si él había estudiado actuación, porque realmente sabía lo que decía, cuándo, cómo debía hacerlo, dónde y por qué. Y me dijo que no, que el secreto estaba estaba en elegir el casting correcto porque así ya cada uno sabe lo que tiene que hacer.
—Y así fueron al Oscar...
—Sí fue al Oscar. Cuando dieron la noticia yo estaba rodando en Argentina Apasionados.
—¿Qué cosas y costumbres todavía conservas de la Argentina?
—Tomo mate, hoy por ejemplo comí empanadas. Mi madre cocina todas comidas argentinas, mi chico también es argentino. La niña (Chiara) tiene su doble nacionalidad. Yo tengo mi grupo familiar con el que nos escribimos cada día, en la Argentina y en Los Ángeles. Todos los días estamos conectados.
—¿Te gustaría volver a trabajar en Argentina?
—¡Ojalá! ¡Es que no me llaman de Argentina!
—Leí en una entrevista que tenés una fascinación con los perfumes...
—Sí, me encantan, ¡tengo más de 100!. La otra vez conté los de mi chico y tiene como 40. Y la niña, no los he contado, pero 20 tiene seguro. ¡Ella los elige!
—¿Cómo están llevando el tema de la pandemia?
—En Madrid estamos haciendo vida normal. Con las mascarillas, la distancia social. Pero los restaurantes están abiertos, las tiendas abiertas. Cosa que no ocurre en otros países, ni incluso en otras ciudades. Hay barrios que están confinados, de pronto el mío no. Dentro de todo estamos haciendo una vida bastante normal. Deseando que vacunen a todo el mundo.
—¿Cuál es el rol que más te cuesta: el de madre, actriz, novia, hija….?
—¡El de madre! Mira, estuve rodando cuatro meses en Barcelona y viajaba a Madrid. Iba y venía casi cuatro veces en la semana, con un rodaje de noche, dormía poco. Y cuando terminó la filmación le dije a mi pareja “!Me quiero ir a trabajar afuera siempre, porque estoy menos agotada trabajando afuera que si estuviera en casa!”. Todo eso era menos agotador que estar con la niña (risas), el papel de madre es el más complicado.
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