En las redes sociales comenzó a circular que Sofía Alberto, médica y novia del influencer Julián Serrano, ofrecía recetas médicas desde su cuenta de Instagram. En su perfil, Sofía tenía la leyenda: “Recetas médicas al DM (direct message, inglés de ‘mensaje directo’)”, lo que generó las sospechas.
A partir del revuelo, Serrano salió a defender a su novia. “(No puede perder su título) en realidad. Siempre y cuando esté registrado uno como médico a nivel provincial o nacional. Y siempre y cuando sea comprobada la patología crónica. Y también depende con la obra social que el profesional trabaje”, le contestó Julián a la cuenta de Instagram “Chusmeteando”, quien destapó el conflicto.
“Si es legal y el paciente tiene una condición médica probada, solo necesita una receta. Depende qué problema pero no anda recetando cualquier cosa. Yo mismo compro recetas así”, admitió Serrano. Para justificar su accionar, agregó: “Es legal porque yo lo consulté. Y lo hice varias veces. Obvio no te van a recetar algo que te pueda hacer mal”.
Con la polémica sobre la mesa, Sofía decidió borrar el ofrecimiento de recetas médicas de su perfil de Instagram y se descargó en Twitter ante quienes continuaron con la acusación. “Yo no vendo recetas médicas! Estaría bueno que primero preguntes antes de publicar algo con mi nombre”, le contestó a un seguidor. Y se explayó sobre su accionar: “Por emergencia covid, para todos aquellos pacientes que no han conseguido turno con su médico de cabecera, estoy ofreciendo hacer sus recetas de ‘enfermedades crónicas’ en Paraná de manera gratuita, acercándolas a familiares o a domicilio”. “Pero es más fácil difundir algo para armar quilombo que consultar al privado, ¿no cierto? (sic). No pasa nada, la gente es así”, cerró.
“Lo aclaro que hubo una confusión. De todas formas, retomando con la emergencia covid, se realizan consultas online para evitar la exposición y las recetas se mandan por WhatsApp. Son nuevas formas de trabajo, y legal”, le respondió a otro seguidor, un rato después.
Mientras tanto, Julián continuó con la ¿defensa? al accionar de Sofía: “Yo compro a veces a mis propios médicos que me atienden, porque a mi personalmente me da paja ir a una consulta por algo que ya sé que necesito. Ellos ganan, yo gano, todos ganamos sin tanta pérdida de tiempo”, le respondió a un seguidor de Twitter que compartió las capturas de su chat.
“Quiero aclarar en principio que soy médica y trabajo sobre todo en ambulancias yendo a domicilios. Allí, me solicitaban si podía prescribir sus recetas de enfermedades crónicas -que ya habían sido evaluadas por médicos especialistas, eligiendo la mejor opción para su caso en particular-. Entonces me vi en la necesidad de brindar mi ayuda de manera desinteresada, gratuitamente, realizando una breve historia clínica, consultando que medicaciones se venían realizando hasta el momento”, remarcó Sofía unas horas más tarde. “La mayoría son antihipertensivos, antidiabéticos o de esta característica que generalmente son de uso crónico, por lo que no suelen variar de mes a mes”, agregó.
Sin embargo, Sofía dijo que no tuvo acceso a las historias clínicas de las personas en cuestión ni que se comunicó con sus médicos de cabecera. “Según la medicación que se venía realizando, prescribía una nueva receta para que puedan adquirir el medicamento en la farmacia con los descuentos de las obras sociales”, agregó.
“Recetar sin conocer el historial clínico de un paciente es una locura. En la medicina clínica, tenemos atención virtual y presencial. En general, los pacientes están obligados a tener una consulta presencial, al principio, para hacerle un examen físico, para tener una idea de sus antecedentes de salud. Siempre tiene que haber un contacto físico con el paciente, al menos. Y después, una vez que conocés la historia clínica del paciente, ahí expedís recetas virtuales”, explicó Adrián Cormillot -médico clínico con orientación en enfermedades crónicas, M. N. 100.237- por pedido de Teleshow.
“Lo que pasó con la pandemia, y esto es real, es que no habían médicos para hacer recetas. Entonces, muchos pacientes sufrieron por los médicos que no atendían”, dijo Cormillot para poner en contexto. “De todos modos, yo jamás daría prescripción de una medicación nueva a un paciente, que conozca o no, sin saber las razones por las cuales por qué motivo es, sea por un motivo médico o informal. Solo puedo recetarte si vos sos una persona que ya viniste a verme, te conozco, tomás una medicación crónica... Tenés que saber exactamente a quién le estás dando la medicación, sea por historia clínica o por sus antecedentes”, cerró.
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