El desafío en Corte y Confección Famosos (El Trece) consistía en copiar looks de reinas y princesas. Miriam Lanzoni, una de las participantes, optó por emular un diseño de Oscar de la Renta que utilizó Máxima Zorreguieta.
Una vez que desfiló su modelo y antes de la devolución del jurado, Miriam explicó: “¿Qué me pasó con este vestido? Requería de probárselo una y otra vez a la modelo, lo cual yo no pude hacer. Solamente tiene una pinza adelante y me resistía a hacerle pinzas atrás, para que no entorpezca al diseño, lo cual hizo que no me quede tan entallado como el de Máxima. Y me faltó un poquito del largo. Me costó muchísimo que me salga igual. La morfología creo que es la misma, pero no logré el entalle”, se justificó.
Y llegó el turno de las devoluciones. Primero, Fabián Zitta, con un lapidario 3: “Me gusta que sos sincera y que sabés cuáles son los errores del vestido. Si tenían dos metros y medios, les sobraba para cortar la pollera en un cuarto de campana. No me gusta tampoco el sombrerito que le pusiste, que da más azafata que casquete”.
Luego, Verónica de la Canal, fue un poco más conciliadora: “Valoro todas las incrustaciones, se las ve muy prolijas. Las pinzas son necesarias. Si no querés hacer pinzas, le podés hacer un recorte. Tiene que tener entalle por algún lado para que quede igual que el original. El cierre está desprolijo, porque casi no se tiene que ver y se ve. Está mal terminado. La manga está ancha, el largo no alcanza... es un 5 para hoy”.
Por último Benito Fernández, con voto secreto, dio sus fundamentos: “Es un no. El trabajo de hoy era una copia y el detalle del top no está, la espalda tiene el tiro más largo, la pollera no tiene el mismo vuelo, la manga no tiene el chupín que tiene que ser, es lo que hace al vestido. El trabajo que tenía esto es muy simple...”, estaba diciendo el diseñador, cuando Miriam lo interrumpió con un llanto: “Sí, es que es re difícil... te juro que es re difícil. Estoy en todos los detalles y que me salga tan para el traste es como...”, dijo la participante y no pudo seguir, por la angustia.
“Rescato que Miriam pensó en cómo acercarse con los materiales que tenía, a un resultado similar. Creo que ese es el trabajo de un participante. Para llegar a ese Oscar de la Renta necesitás el mismo textil, no teníamos el mismo cierre invisible...“, justificó Javier, coach de Lanzoni. “No me quejo del puntaje”, dijo ella entre lágrimas. “Es que digo: ‘Pucha, traté de interpretar esto’. Trato de aportar lo que voy aprendiendo, porque tampoco a golpe de ojo puedo darme cuenta de algunas cosas”, agregó Lanzoni.
“Son ejercicios, no pasa nada, no es que esto te descalifica del certámen”, le dijo Benito Fernández para tranquilizarla y ponerle paños fríos a la escena. “Pasa que no sé por dónde ir, porque siento que me cuesta. Cuando tomo la decisión, no sé por dónde ir”, lo interrumpió Lanzoni. “Tranquilizate, Miriam. Los defectos los dijiste primero vos y después los dijimos nosotros. Eso es lo importante. Lo peor sería que no puedas verlo y me digas que la manga está exacta, que la pollera está exacta”, insistió Fernández para cortar con el desconsuelo de Miriam, que de todas maneras volvió a su banca con la cabeza gacha: “Es duro que a esta altura del certamen me califiquen un vestido con un 3 y un 5″, dijo.
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