Este sábado, Pablo Echarri habló de cómo los celos pueden interferir en las relaciones que tienen actores y actrices. Fue a raíz de un comentario que le hizo Catalina Dlugi, en su programa de La Once Diez, cuando le trajo a colación que Nancy Dupláa había dicho que cuando él trabajaba en Resistiré, ella se moría de celos por Celeste Cid y “que no lo podía soportar”.
“La verdad es que pasó tanto tiempo... Esa anécdota tiene casi la edad de mi hija, que está por cumplir 18 años”, dijo Echarri. Y luego sí se puso a desarrollar su punto: “La novela estaba basada en ciertas características, entre comillas, sensuales, sexuales, insinuaba muchísimo. Y bueno, yo puedo entender que nosotros recién empezábamos, que ella estaba embarazada, en una situación particular. A veces el trabajo nuestro colisiona con los estados de ánimo que podemos tener unos y otros. Pero yo creo que lo importante es que podamos conservar la libertad artística, la libertad de creación y poner todas esas dudas para mirarlas a través del cristal de la confianza, que es lo que fuimos haciendo con el tiempo”, contó el actor en una entrevista emitida en el programa radial Agarrate Catalina (La Once Diez)
¿Y Echarri alguna vez estuvo celoso? “A mí me pasó también, debo confesar”, dijo. Y dio sus razones: “Me pasó cuando Nancy compartía con algún actor más joven que yo. Porque ahí ya me parece desigual la pelea. Porque si es un viejo como yo, me la banco, pero si es un pendejo, te imaginarás tenemos otras herramientas. Y ahí me sentía un poco inseguro, pero fueron chispazos”.
Acto seguido, reveló en qué momento y con qué actor: “Fue cuando Nancy hacía Socias. Me sentía un poco inseguro cuando estaba con el amigo Gonzalo Heredia. Pero son chispazos, ¿viste? Son sentimientos irracionales que no están atravesados por la razón ni por la lógica. Es algo que uno tiene, que no sabe cómo explicarlo pero que le molesta. Y entonces muchas veces te avergüenza ese sentimiento”, confesó Echarri con toda sinceridad.
“¿Por qué te peleás con el Dipy, que sabés que no lo vas a convencer?”, quiso saber Dlugi sobre el enfrentamiento verbal que Echarri, afín al peronismo, tiene con el cumbiero alineado al macrismo. “Debe ser porque yo también soy un poco peleador... o bastante peleador. Y si bien el tiempo me fue puliendo, tengo cierta característica confrontativa. Me voy deconstruyendo, pero hay algo ahí, un germen interno que muchas veces sale a la luz”, confesó Echarri.
Luego, agregó: “Después, si quiero ser más preciso o más profundo, lo reconozco a él como un emergente de los sectores más populares de la Argentina. Entonces, muchas veces escucho un discurso, en boca de él, de mérito absoluto. Como si de golpe, el esquema de gobierno, o de medidas o de leyes que se establecen en una sociedad, no fueran importantes para que la gente, vengan de la clase social que vengan, pueda desarrollarse. El tuvo la posibilidad de desarrollar un talento, que fue la música, la escritura. Ahora, ese talento que él logró desarrollar, no es traspolable a todo el resto de la población. El resto de la población necesita reglas concretas para poder evolucionar, crecer, para poder pretender escalar socialmente”.
“Y lo que le pasó a él, es lo mismo que me pasó a mí: yo también pude explotar un talento determinado, caí en el momento justo, en el lugar indicado, y tuve la posibilidad de desarrollarme, no solo personalmente, sino también económicamente”, describió Echarri. “Ahora, si yo traspolara mi realidad a los que están alrededor mío, hubiese cometido un error. Entonces, ese discurso de que cada uno es artífice de su propio destino, si bien en un punto puede ser así, en otro punto es absolutamente falso. Nosotros necesitamos que el lugar, que el espacio, que el medio en el que nos movemos, tenga las reglas suficientes y estemos suficientemente cubiertos para poder concretar ese crecimiento”, consideró.
“Mirando un poco hacia atrás y en proyección, me parece que nuestro enfrentamiento no tiene ningún tipo de sentido, porque es muy difícil cambiar la cabeza o la convicción o la gente que tiene una postura tan férrea”, cerró Echarri.
Echarri, además, habló de El silencio del cazador película que protagoniza y que se estrenó este jueves: “Tiene un guion poderoso, con una historia simple y con espesor, sin ambiciones desmedidas. Es un thriller, casi un western argentino, con ingredientes particulares como pueden ser la lucha de clases, entendiendo que hay entre los protagonistas un triángulo amoroso que complica y complejiza la historia”, describió.
“La terminamos de filmar a fines de 2018. El 2019 fue todo el período de montaje y demás. Y creíamos que arrancábamos el 2020, que quedó en suspenso para todos. Sí pudimos presentarla en algunos festivales y se pudo estrenar en Córdoba hace tres semanas”, contó Echarri sobre la suerte del film.
Además, hablo sobre su trabajo en ART, la clásica pieza teatral que lo tendrá como uno de los protagonistas y volverá a estrenarse este año, si la pandemia lo permite. “Tengo cuatro compañeros de lujo: arriba de las tablas a Fernan Mirás y Mike Amigorena. Y debajo, a Ricardo Darín y Germán Palacios. Eso nos hace poder proyectar para adelante y llevar el proceso creativo a muy buen puerto. El día del estreno vamos a estar en muy buena forma para que la gente pueda disfrutar de una hermosa comedia. Arrancamos a ensayar hace dos semanas y tenemos puesto como objetivo hacia finales de mayo, principios de junio. Estamos siendo realistas con el tema del coronavirus y no nos queremos ilusionar mucho con el estreno, porque es posible que se puede llegar a postergar”, afirmó Echarri.
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