En el ciclo de entretenimientos Bienvenidos a bordo, Hernán Drago y Celeste Muriega se encontraron cara a cara para competir en uno de los juegos. Guido Kaczka aprovechó para hacerles algunas preguntas a la bailarina y el modelo que fueron vinculados sentimentalmente, pero hasta el momento nunca confirmaron el romance.
“Escuché a Celeste decir ‘estoy soltera’”, afirmó el conductor de El Trece. Muriega le respondió que no tenía pareja en este momento: “Es verdad, yo no miento”. Luego Guido señaló: “Y escuché que Hernán Drago va a tres psicólogos, es increíble, pero ¿los tres están juntos cuando te atienden?”. El modelo le contestó: “No, por ahí pasan dos meses, no voy a uno y después frecuento durante 15 días a otro y después vuelvo al primero. Consulto a tres, los tres saben de la existencia de los otros”.
Además Drago explicó cómo son las diferentes terapias que realiza: “Yo voy, con cada uno toco temáticas distintas. Alguno es más de libro, el otro es más espiritual y más terrenal si se quiere, y el otro me conoce desde hace más tiempo... No estoy bien. Son muy buenos, pero esto es a largo plazo, no se soluciona en un día”.
La semana pasada, el modelo fue invitado a Es por ahí, el programa que conduce Guillermo Andino y Soledad Fandiño en las mañanas de América. Ante la consulta del conductor sobre si alguna vez recibió una propuesta indecente, la figura de Bienvenidos a Bordo relató dos experiencias que lo marcaron.
“Una fue apenas comencé a trabajar como modelo, hace mucho, yo tenía 17 años. Fue con un booker, que es la persona que se encarga de manejar la agenda del modelo y de relacionarte con el cliente. Yo había hecho uno de los primeros castings internacionales desde Argentina y, a la semana, me llamó el booker para decirme que había quedado elegido. Y para mí era un gran logro en todo sentido: laboral, económico, tenía que viajar a Nueva York y no conocía. Me podía abrir un gran camino”, comenzó relatando.
Y Hernán detalló: “Me vino a decir que había quedado seleccionado en un casting internacional, que se había hecho en un montón de países. Pero que no era así nomás. ´Si querés tener ese trabajo, te tenés que acostar conmigo´, me dijo. Mi booker me lo dijo abiertamente, era un hombre. Yo le contesté que me pasara los castings para los que creyera que tenía condiciones, a los que no, no me los pase. Y que no me vuelva a mencionar más nada”.
Finalmente, contó cómo resolvió la situación. “A los diez días, me llama nuevamente, se ve que presionado por el cliente que necesitaba llevarme y él quería que yo pague cierto precio. Y, justo a los dos días, entra un muchacho nuevo en la agencia, se nos presenta y nos dice que si alguno tiene alguna incomodidad, que le avisemos. Entonces yo le dije que sí, que tenía una incomodidad, le dije lo que me pasaba con el chico y el me dijo: ‘Uh, qué bárbaro, mirá que éste está hace rato’. Le dije que le creyera a él o a mí. Pasaron veinte días, quedó en la nada la situación, agarré mi book, me fui y nunca más volví a trabajar para esa agencia. Por supuesto que al cliente lo perdí y no hice más nada”, cerró Drago.
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