Desde su primer encuentro casi una década atrás, la historia de amor de Cinthia Fernández y Matías Defederico se caracterizó por sus vaivenes. Amores, infidelidades, peleas, celos, reconciliaciones, rumores, tres hijas en común, un matrimonio, viajes, más desencuentros y la separación definitiva. Casi siempre, cada uno de sus pasos tuvo su respectivo rebote mediático, pero nunca como en el último tiempo, cuando las acusaciones fueron cada vez más fuertes. En esa escalada, la bailarina denunció a su ex marido por no cumplir con la cuota alimentaria, por no ocuparse de sus hijas y por reclamarle el pago del alquiler de la casa donde vive y cría a las gemelas Charis y Bella (siete años) y a Francesca (seis).
Todo adquirió un tinte diferente este semana, cuando Cinthia rompió en llanto al aire y contó detalles hasta ahora inéditos de la pareja. Situaciones que deseaba reservar para siempre a su círculo más íntimo, hasta que explotó en el piso de Los ángeles de la mañana, donde se desempeña como panelista y apuntó contra su ex. “Todo el tiempo me dice que va a contar cosas y que mis hijas van a tener vergüenza de mí porque ‘su mamá es una trol...’. Y no fue la única violencia. Me tiene amenazada con que yo le había metido los cuernos. No lo hice, ojalá lo hubiera hecho”, señaló la bailarina. Un día más tarde, en un móvil de Intrusos, brindó más detalles. “Violencia verbal hubo, pero también hablo de física”, agregó, cada vez más animada a hacer la catarsis de una historia que día a día aporta nuevas revelaciones.
¿Por qué se llegó a este punto? ¿Cómo fue la historia de amor y desengaño de Cinthia Fernández y Matías Defederico? Se conocieron como tantas otras parejas: el viejo truco de los amigos en común. Una noche, Cinthia fue a comer con una amiga, la vedette Tamara Alves, y su pareja, el futbolista Patricio Toranzo, que había invitado a su colega Matías Defederico, ex compañero suyo en Huracán. No fue amor a primera vista ni mucho menos. Al menos eso manifestó la bailarina. No le había parecido atractivo, y tampoco le había caído demasiado bien, como reconoció tiempo después. Por ese motivo, casi no le dirigió la palabra.
El amor empezó a surgir desde la risa y la complicidad. En otro asado, un chiste de Matías, otra anécdota graciosa, llevaron a Cinthia a levantar la vista y empezar a mirar al futbolista con otros ojos. En la prehistoria de WhatsApp, él consiguió el pin del Blackberry y empezaron a chatear. Más encuentros, viajes en autos y una naciente amistad que se prestaba a los rumores en una incipiente red social llamada Twitter. A finales del 2011 se mostraron por primera vez en un móvil de Infama. Algo tímidos, acaso incómodos, la imagen los encontraba en la noche de Carlos Paz. Por aquel verano ella era parte de Stravanganza, el show de Flavio Mendoza, y él integraba el plantel de Independiente. ¿Pero quiénes eran en aquel entonces Cinthia Fernández y Matías Defederico?
La bailarina vivía un momento de gran exposición mediática, un camino que había empezado a transitar en 2007 en la casa de Gran Hermano Famosos. Desde entonces, se hizo habitué de la pista de ShowMatch, mostrando sus dotes para el baile, el patín y la gimnasia, y también una personalidad fuerte y a prueba de escándalos. En ese 2011 fue una de las participantes más destacadas de Bailando por un sueño, llegando hasta las instancias finales con su partenaire, Gabo Usandivaras. También había logrado instalar un personaje a partir del “hilo dental”, una diminuta prenda a la que llegó a hacerle una canción. Eran otros tiempos, cuando ni siquiera se estaba en los albores de una reivindicación feminista que en ese programa iniciaría Carla Conte al negarse al “corte de la pollerita”.
Por su parte, Defederico saltó a la consideración popular en el equipo de Huracán que fue subcampeón en el 2009, convirtiéndose en una de las promesas del fútbol argentino. Fue convocado por Diego Maradona para la Selección Nacional y luego transferido al Corinthians de Brasil, que armaba un equipo de súper estrellas: arribó en medio de comparaciones con Lionel Messi. Pero tuvo un paso en falso por el equipo paulista y regresó al país para jugar en Independiente, donde tampoco lograba asentarse como titular.
Cuando el rumor de romance entre Cinthia y Matías empezó a correr, cada uno venía con experiencia en el tema. Ella había tenido una relación con Jonathan Ferrari, por entonces futbolista de San Lorenzo, y él había estado -o estaba, según quien cuente la noticia- con la recordada Rocío Gancedo, quien fuera participante de Gran Hermano.
Amores, celos y embarazos
Desde el minuto cero la pareja tuvo sus vaivenes, y donde primero se puso el ojo fue en los celos del novio. Era la época furor de las botineras y un ambiente machista como el mundo del fútbol le pasaba factura a Defederico, quien, sin embargo, no se definía como celoso. “Lo normal que puede tener un hombre”, solía declarar, sin precisar a qué entendía por normalidad. Lo que había trascendido es que le molestaba la exposición física de su pareja -el mencionado “hilo dental”-, algo que la modelo con el tiempo se encargó de confirmar. “Él no me decía nada, pero yo lo hacía por miedo: estaba tan enamorada que no enganchaba laburos, por hacer todo bien. Si estaba sola, los hubiera agarrado. Tenía lógica: hoy lo entiendo”, reconoció en una entrevista años después.
En medio de estas idas y venidas, llegó el primer embarazo. En abril del 2013 el futbolista, ya de regreso en Huracán, convirtió un gol y lo festejó como lo hacen los jugadores cuando saben que van a ser padres: con la pelota en la panza, debajo de la camiseta, y con dedicatoria para Cinthia. Ella lo confirmó y la pareja pareció florecer. Con casi un mes de adelanto, el 15 de octubre nacieron las gemelas Charis y Bella. La presentación oficial fue en diciembre, en el programa de Susana Giménez. Todo era química y amor en la pareja, que concursó en Mi hombre puede: Cinthia y Matías volvieron a casa manejando un auto 0 kilómetro.
A seis meses del nacimiento de las gemelas, y mientras planeaban armar las valijas y mudarse a Dubái por un traspaso del futbolista, se enteraron que iban a ser padres nuevamente. La familia se instaló en el mundo árabe, donde vivieron un verdadero calvario. Al no estar casados legalmente, sentían tanto la mirada inquisidora de la sociedad como las dificultades para que la obra social pudiera cubrir el embarazo. En ese contexto, Matías no se adaptó al futbol de los Emiratos y Cinthia experimentó en carne propia el machismo en cada uno de sus actos cotidianos. “Tienen un país hermoso pero ellos son una basura. Tratan mal a las mujeres, no sé cómo aguantan ellas viviendo allá”, criticó.
En noviembre al futbolista le rescindieron el contrato y el 24 de ese mismo mes, ya de regreso en la Argentina, nació Francesca. El jugador de fútbol dio la noticia en su cuenta oficial de Twitter: “Nació Fran, ¡bienvenida hija, papá te ama!”. Pero ese mismo día, la bailarina anunciaba por medio de una carta en Instagram la separación: “Hoy tuve la tercer llegada más importante de mi vida y también tengo una despedida al ser que después de mis hijas le entregué el corazón, y él, el suyo. Sé que es una noticia hermosa y una muy triste. Solo quiero dar la cara y decir que con Maty estamos separados”. El futbolista lo corroboró en su Twitter. Pero a esta historia le faltaban unos cuantos capítulos.
Distancia, casamiento y una vida nómade
Para fin de año empezó el camino de la reconciliación. Pasaron las Fiestas juntos y decidieron darse una nueva oportunidad, que incluía la firma de papeles. Ante una oferta de Turquía que recibió el futbolista, la pareja aceleró los trámites de casamiento y en ese contexto, unieron fuerzas en una pelea contra Analía, la madre de Matías, que nunca vio con buenos ojos a su nuera. “No la quiero ahora ni nunca”, señaló en un audio difundido por Intrusos. “Todo es por plata. Más interesada que mi mamá no hay nada”, escribió el futbolista, mientras que Cinthia aseguró que Matías no tenía relación con su mamá. “Esto es una vergüenza terrible. Es un papelón. Son problemas familiares como pueden tener todos, que se pueden arreglar como personas grandes, tomando un café”, manifestó con sensatez el futbolista, que por esos días se desempeñaba en Nueva Chicago.
Finalmente, el 26 de junio pasaron por el Registro Civil de la calle Uruguay. “Creo que fui la anti novia porque no me puse nerviosa, organicé un casamiento en siete días y salió todo bien. Las nenas se portaron re bien, estaba asustada porque la bebé se asusta con los ruidos y ya era su hora de comer”, contó la bailarina a la salida de dar el sí. “Estamos felices. Está toda la gente que amamos”, agregó Cinthia, que aseguró que a pesar de la tensión familiar, había invitado a la madre del futbolista. “Correspondía dejar de lado todo lo que pasó y disfrutar este momento. Tu hijo no se casa todos los días”, dijo Matías. Del otro lado lo negaron, y su hermana Melanie aseguró que no fueron invitadas.
La experiencia en otro destino lejano, esta vez Turquía, no trajo buenas nuevas para los recién casados. Por sus profesiones -ella participaba de Bailando por un sueño- estuvieron seis meses cada uno por su lado, hasta que se reencontraron hacia fin de año, cuando él regresó para pasar las Fiestas. La errática carrera del futbolista iba a ser un tema de discusión y de pase de facturas en un futuro no muy lejano.
Durante el 2016 su carrera se repartió entre Chile e India. En el país trasandino fue acompañado por Cinthia y las nenas, y en este contexto habrían ocurrido los hechos de violencia que conmovieron a la panelista en televisión. A India, ella no quiso acompañarlo, y él no se lo iba a perdonar. La trastienda se hizo pública luego de la separación. En el medio, las pruebas de una presunta infidelidad de parte de Defederico, que en 2017 se incorporó a la Universidad Católica de Ecuador. Fernández puso en pausa su carrera y lo acompañó en esta aventura. Fue la última que vivieron juntos.
La separación y el comienzo de los escándalos
Durante enero la pareja hizo público que afrontaba una crisis. “Yo lo amo y él me ama, y la voy a pelear a muerte, pero yo paso un montón de tiempo sola como él. Tenemos ganas de quedarnos en un lugar y no nos pasa, somos una familia nómade”, explicó la panelista, que en ese momento hacía temporada en Carlos Paz. “Él no se mandó ninguna cagada como otras veces, los motivos son personales”, aclaró Cinthia.
Dos semanas después, durante un móvil para Involucrados, ella dio una pista al emocionarse cuando hablaban de los rumores de separación de Wanda Nara y Mauro Icardi. “No. Justo no es el momento…”, atinó a responder al mismo tiempo que le cambió la cara y se le borró la sonrisa que tenía. “No estoy bien. Entonces no quiero hablar de esto. Por favor...”, agregó, en medio de un ataque de llanto y ante el estupor de sus compañeros, que no estaban al tanto del tema.
La ratificación llegó a los pocos días de parte del futbolista, que hizo un repaso de los vaivenes que habían tenido en más de siete años juntos. “El amor no se termina de un día para el otro. Nos han pasado un montón de cosas en el medio que no fueron fáciles: tener gemelas de entrada, al año a Fran en medio de una crisis… Hoy estamos separados, no sé si es definitivo o no”, contó el futbolista a Infama Recargado.
En la entrevista, Defederico se negó a contar si hubo terceros en discordia en su relación y dijo que los motivos de la crisis estaban vinculados a “cosas de la casa y la convivencia” que surgieron durante el año compartido en Ecuador. “La decisión de separarnos fue mía. El problema es de la pareja, no soy yo solo la pareja. Hoy por hoy es así, soy yo el que no quiere volver. No sé mañana, es una separación, no se de cuánto tiempo”, confesó el futbolista. “Siento y creo que se terminó el amor de parte de los dos y cuando la veo decir las cosas que ella dice, que dice que no es así, la entiendo; tal vez es un poco mas difícil asimilarlo para ella”, agregó.
En medio del fuego cruzado, surgió la incompatibilidad de los dos universos laborales. “Tal vez no estábamos acostumbrados a estar juntos”, disparó Matías, haciendo referencia a la decisión de Cinthia de priorizar su trabajo y no acompañarlo a India ni a Turquía. Su ex no se quedó callada y respondió con su habitual estilo. “No ir a Turquía fue una decisión mía. Yo estaba trabajando en el Bailando y fue un tema de discusión en la pareja que me trajo un montón de problemas”, señaló, y lo diferenció de la situación de la India, cuya decisión fue consensuada: “No era un lugar para vivir con criaturas, en un hotel. No hay ni agua potable”, señaló. “Me parece un golpe bajo lo que dijo. Si eso era una causante de divorcio, me hubiera separado en ese momento porque no hay nada más importante que mis hijas. Siempre lo acompañé. Yo me subí a un avión con la panza y dos criaturas. De esa parte se olvidó”, agregó.
Este cruce fue una muestra de lo que iba a venir. Acusaciones y pases de facturas, mientras los caminos profesionales iban en sentido inverso. Ella fue ganando un perfil cada vez más alto y se consolidó en su rol de actriz y panelista, al tiempo que él vio cómo su llama futbolística se apagaba y no lograba destacarse ni estar a la altura de lo que prometía al comenzar su carrera. En noviembre de 2018 Cinthia le realizó un juicio por alimentos a su ex marido, que por entonces jugaba en Grecia. “No llego a fin de mes”, había explicado en ese momento la bailarina. Fue la primera batalla judicial de tantas otras por venir.
A finales del 2019, la pareja hizo un alto en la pelea mediática y se reunió para compartir el fin de ciclo escolar de las mellizas, y se encargaron de publicarlo en las redes sociales. Más allá de algún chispazo por el pago de la cuota alimentaria, la tregua se mantuvo durante buena parte de la cuarentena, y hasta se animaron a un encuentro virtual y televisado en El show del problema, el ciclo que conduce Nicolás Magaldi en El Nueve y en el que Cinthia se desempeñaba como panelista.
La charla fue amena hasta que el conductor le preguntó a Matías qué lo había enamorado de Cinthia y el futbolista revivió una vieja batalla. “Me va a odiar un poco más de lo que ya me odia por lo que voy a decir, pero de Cinthia enamoró que tiene muchas cosas que yo vi de mi mamá, aunque no lo crea. Te querés morir, pero es verdad”. Tras escuchar el comentario, la panelista soltó una risa nerviosa y amagó con abandonar el estudio: “No, bueno, chicos me voy... ¿Es joda? ¡Me odia! Es el peor día de mi vida”, señaló Cinthia, que redobló la apuesta. “Nunca me insultaron tanto en mi vida, por favor... Escuchame, querido, te está pegando mal quedarte con la Play hasta las cuatro de la mañana”.
Como si este comentario hubiera activado el chip de la pelea, desde entonces los cruces entre Cinthia y Matías recrudecieron y el tenor de las acusaciones fue en aumento. Ella le cuestionó el escaso aporte económico para la manutención de sus hijas y él se burló cuando perdió su trabajo en El show del problema. Pero a principios de este año, la bailarina explotó cuando su ex, por entonces sin trabajo, le exigió vía carta documento el pago del alquiler de la casa en la que vive con las tres niñas.
“No lo entiendo, así como él pide el alquiler, yo le pido que por favor cumpla con la cuota alimentaria, con pagar la educación de las hijas, con vestirlas, con darles de comer y pagarles el entretenimiento”, señaló la panelista, indignada. Desde entonces, todo fue mediatizado: las repercusiones por la carta documento, el regreso de las nenas al ciclo lectivo, la filtración de chats privados. Generalmente, ella hablaba desde su lugar en LAM y él lo hacía vía en las redes sociales.
Hasta que el futbolista se sentó en el piso de Intrusos y deslizó que Cinthia podía seguir enamorada de él: “Por ahí quedó esa chispa que tal vez a mí se me pasó, porque yo procesé la separación antes de concretarla y ella no, y quedó esa espina”, declaró el futbolista, quien aseguró que no iba a hablar mal de su ex esposa. Al día siguiente, la bailarina contó las situaciones de maltrato y violencia física y emocional que sufrió durante la relación.
Si sufrís violencia de género o conocés a alguna víctima, llamá al 144: es gratis y atiende las 24 horas.
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