El miércoles de beneficios de Masterchef Celebrity, el exitoso reality culinario de Telefé, se presentó bajo la forma de una cita a ciegas. Los cinco mejores participantes de la semana -Claudia Fontán, Georgina Barbarosa, Cande Vetrano, Dani La Chepi y Gastón Dalmau- además de enfrentarse con sus propios nervios, debieron hacerlo ante un enemigo silencioso y temerario que los perjudicó notoriamente a la hora de elaborar sus respectivos platos.
El jurado integrado por Germán Martitegui, Donato De Santis y Damián Betular anunció el desafío bajo el viejo truco de la noticia buena y la noticia mala. La buena, era que iban a disponer de cuatro minutos en el mercado, uno más de los que suelen contar. La mala, era que iban a tener que escoger los ingredientes a oscuras, con la única luz de una estrellita navideña para encender en el momento que desearan. El resto del tiempo iban a permanecer en la más absoluta oscuridad, algo que afectó principalmente a Fontán y Vetrano ya que se reconocieron extremadamente miedosas en este asunto.
Uno a uno los participantes fueron ingresando al mercado y a lidiar con la extrema dificultad del desafío, tanteando a ciegas los productos. Cuando llegó el turno de Candela, quedó claro que sus temores no eran infundados. “No creo poder hacer esto. Lo digo de verdad”, reconoció la actriz, que pasó sus cuatro minutos con los ojos cerrados y en estado de pánico, agarrando lo que pudiera y pasándola realmente mal cada vez que se topaba con una ristra de chichulines que colgaba del techo.
A todo esto, fuera del mercado todo era alegría. El conductor Santiago del Moro, los integrantes del jurado, y los participantes que ya habían ingresado disfrutaban del show como espectadores privilegiados. Las carcajadas se sucedían y algunos, como Betular, hacían lo que podían para secarse las lágrimas. “Es la peor pesadilla de mi vida en un programa de televisión”, sentenció la actriz que logró salir ilesa del desafío aunque sin los ingredientes que hubiera querido.
A la hora de cocinar, la consigna era clara y sencilla: cada uno podía elaborar el plato a su antojo, sin necesidad de utilizar todos los elementos y con la prohibición de intercambiar mercadería. “Tengo poco tiempo para pensar y lo que se me pasa por la cabeza son unos ravioles de chorizo”, concluyó la ex Casi ángeles, y se embarcó en esa misión. Se lo comentó a Martitegui se acercó a su estación y obtuvo el visto bueno del exigente chef: “Puede quedar rico”, aventuró el jurado luego de pensarlo un rato. Le aconsejó hacer los ravioles pequeños y saltear el chorizo con todos los ingredientes posibles. La actriz echó a mano lo poco que tenía -hongos, puerro, ciboulette y salsa de tomate- y se puso manos a la obra.
Cuando fue llamada por el jurado, Cande se acercó con toda la esperanza puesta en sus “Raviochori”. A la hora de las devoluciones, Donato reconoció que no tenía muchas expectativas, pero que había comido “una muy buena pasta”. Fue un gran elogio del especialista, lo que provocó la inmediata alegría de la participante. Por su parte, Martitegui celebró que la actriz haya seguido sus consejos y ponderó también la salsa. “Cierra por todos lados tu plato”, sentenció.
Los “Raviochori” de la actriz se llevaron la medalla de plata, detrás de la polenta grillada que preparó Georgina que mereció el oro. Ellas dos junto a Dani La Chepi subieron al balcón, asegurándose una semana más en la competencia. En una decisión salomónica, al advertir que ni Fontán ni Dalmau se sacaban ventajas, el jurado determinó que los dos pasen a la gala de eliminación: una noche negra para dos participantes que deberán ratificar su lugar en el certamen el próximo domingo.
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