Todas las semanas se estrena una serie y siempre es difícil elegir. A la hora de hacer una recomendación rápida y efectiva yo no lo pienso dos veces, siempre contesto Atlanta. Una comedia que también tiene drama, algún crimen y siempre es entretenida. Son dos temporadas, la primera de 10 episodios y la segunda de 11, y de una duración aproximada de 25 minutos. Y vale la pena ver uno tras otro por el simple hecho de que la serie jamás se repite y nunca se sabe qué ocurrirá en el capítulo siguiente. No hablo de suspenso, sino que realmente no hay manera de saber el tono, los personajes, ni la estructura del siguiente episodio.
Las acciones se desarrollan en un barrio en las afuera de Atlanta. El protagonista es Earn (Donald Glover) un joven que ha dejado sus estudios universitarios en Princeton y que apenas tiene para vivir y dónde vivir. Sobrevive con algún trabajo que no funciona y busca abrirse camino de forma improvisada. Tiene una pequeña hija e intenta recuperar la relación con su ex Vanessa (Zazie Beetz), la madre de la niña. No tiene un buen vínculo con sus padres tampoco, quienes le recriminan su falta de orden en la vida. Pero su primo Alfred, Paper Boi (Brian Tyree Henry) comienza a ascender en el mundo del rap y Earn se ofrece como manager. Juntos van buscando la manera de triunfar a duras penas en el ambiente. Termina de conformar el trío de atorrantes Darius (Keith Stanfield) el mejor amigo de Paper Boi, otro gran personaje que le suma bastante humor a la trama. Entre algunos delitos -en los que Earn no participa-, el consumo de drogas y la música, los personajes van construyendo el conflicto de cada episodio. Vanessa intenta llevar a Earn a un mundo más formal y civilizado, lo que también es el pie para conflictos de varios episodios.
Atlanta es, por encima de todo, graciosa. No es una sitcom, sino que se trata de un humor inteligente y sofisticado, capaz de cambiar de tono con mucha velocidad y sorpresa. El propio Donald Glover, creador, protagonista, guionista y a veces director, dijo que era una especie de Curb Your Enthusiasm de la cultura rap. Para quienes no conocen esa serie, es importante saber que es del mismo creador de Seinfeld, con quien guarda también cierto parecido. En resumen: Los episodios parecen no tratar de nada en particular, pero dicen mucho sobre el comportamiento humano y la sociedad. Como en esas series, un acto pequeño lleva a una serie de eventos que van creciendo y poniendo a los protagonistas en un lugar inesperado. Siempre con mucho humor, aunque algunos episodios sean más dramáticos que otros. La característica sobresaliente de Atlanta es su talento para no dejarse encasillar en ningún momento.
Donald Glover, el polifacético responsable de la serie, es también un exitoso cantante cuyo nombre artístico en el mundo de la música de Childish Gambino. Ha ganado premios tanto por su trabajo en televisión como en la música. De hecho fue la música lo que postergó la temporada 3 de la serie. No le ha faltado reconocimiento en nada de lo que emprendió. Glover es una de las personalidades más destacadas del mundo del espectáculo actual.
Atlanta es sofisticada pero fácil de ver. Sus episodios son cortos y están muy bien filmados. Aunque Glover dirige cuatro de ellos, la mayoría son responsabilidad de Hiro Murai, director también de los videoclips de Childish Gambino. La narración es fluida pero no rutinaria, hay escenas que deslumbran por su notable sentido estético. Hay episodios de un tremendo humor negro y otros que exploran el humor surrealista sin problemas. Además de los cuatro roles principales, aparecen personajes nuevos en cada episodio, la mayoría retratos ácidos de los comportamientos de la sociedad actual. Apuntando a la cultura afroamericana en particular, pero a todo el mundo contemporáneo en general.
Un episodio gira exclusivamente alrededor de Paper Boi que intenta que su peluquero le corte el pelo pero se convierte en una misión imposible. Otro habla de un matrimonio mixto de clase alta donde él, blanco, es un fanático absoluto e insufrible de la cultura afroamericana. En un episodio alguien puede morir acribillado a balazos y en otro en conflicto gira en torno a sacarse fotos con una estrella de fútbol. El episodio 7 de la temporada 1 incluye a un personaje de un joven negro que se autopercibe como un hombre blanco de 35 años. Glover está por encima de las modas ideológicas que reinan el mundo de la corrección política. En la temporada 2 el propio Earn se vuelve secundario y varios episodios están protagonizados por los otros actores. Uno de ellos es un pequeño cuento de terror. Aunque allí Glover sí está, pero tapado por el maquillaje.
Atlanta tiene lo más importante que puede tener una pieza clásica: es brillante sin jactarse de eso. Los pequeños apuntes de la vida cotidiana son solo la excusa para mostrar una mirada del mundo. El tono que no se aferra a ningún cliché es casi un milagro en un mundo llenos de series repetitivas. Los diálogos son inteligentes pero no buscan destacarse, simplemente funcionan. Uno podría pensar que tanta inteligencia no sería exitosa, sin embargo Atlanta es la prueba de que hacer la mejor serie posible sin caer en demagogias también puede funcionar. Ganan todos, la serie y los espectadores. Si me preguntan qué serie recomiendo, repito: Vean Atlanta.
La serie está disponible en Netflix y en Flow.
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