Dos mujeres arriba de un auto yendo a la última aventura de su vida. O tal vez a la primera. El desierto del oeste/centro de los Estados Unidos como escenario principal. Remeras musculosas, sombreros y botas tejanas, jeans gastados, ruedas que chillaban y levantaban polvo. Mujeres oprimidas, sin oportunidades, a las que solo les queda huir para encontrarse con ellas mismas. Mujeres sin vestidos ni maquillajes, sin hombres como compañeros de ruta que, sin mucha meditación, se aventuraban a buscar algo que creían que les pertenecía: su más preciada libertad. Todo esto y mucho más fue Thelma & Louise la película dirigida por Ridley Scott en 1991. De esto pasaron ya 30 años y esta historia sigue siendo referente dentro del cine y también de cualquier protesta por los derechos de las mujeres.
Susan Sarandon y Geena Davis, guionadas por una mujer, Callie Khouri, fueron el emblema de esta especie de revolución que implicó la película dentro de la industria. En un principio la historia iba a ser protagonizada por Jodie Foster y Michelle Pfeiffer, que renunciaron antes de que comenzara la filmación. Geena Davis encontró en este guión la posibilidad de su vida -a pesar de que ella ya era una estrella dentro de la industria-mientras que Susan Sarandon no dimensionó el poder su rol en Thelma & Louise. Años más tarde en una entrevista afirmó que aceptó ese papel porque la filmación fue durante el verano y le permitía combinar su trabajo con el tiempo libre de su hijo (fruto de la relación con el actor Tim Robbins), que la acompañó en el set. Lo cierto es que las actrices nunca imaginaron el impacto que iba a tener el film. Dos mujeres luchando contra un sistema opresor, machista que las ponía en plano de inferioridad. Una película acusada de romantizar el suicidio, que fue comparada con el film Butch Casidy y Sundance Kid con Paul Newman y Robert Redford.
A pesar de lo innovador de la historia, la industria del cine no se hizo cargo de este reclamo de guiones con mujeres protagonistas. No fue sino hasta muchos años después, luego de los reclamos del #MeToo y #TimeIsUp que las mujeres actrices lograron alzar su voz e ir logrando paulatinamente que se cumplieran sus derechos en plano de igualdad con los actores varones.
Un guión revolucionario
Si a alguien le debemos esta historia es a Callie, que comenzó a escribir el guión sobre estas dos mujeres cuando aún trabajaba en una productora que hacía videos de música y publicidades.
El inicio de la década del 90 venía con una sobrecarga de películas de Hollywood extremadamente masculinas en las cuales las actrices no eran más que bombas sexuales, amas de casa abnegadas o solteronas amargadas. Nadie podría imaginar en ese momento ver en pantalla a mujeres avezadas, profesionales, dueñas de sus elecciones o con independencia económica. Y mucho menos una guionista mujer.
Cuando Khouri se puso a escribir guion, solo existían como antecedente dos films que habían sido hechos por mujeres y, de las últimas 50 películas, tan sólo siete habían sido protagonizadas por actrices. Por lo tanto el panorama era bastante hostil y poco amigable para que esta historia pudiera prosperar. A pesar de que al inicio de Hollywood muchas mujeres contaron con poder delante y detrás de cámara, forjando ellas mismas su propio camino como el caso de Bette Davis o Joan Crawford, la llegada de las décadas del 50 y 60 -y todas las subsiguientes- implicaron el ascenso definitivo de los hombres heterosexuales blancos tomando todas las decisiones en la industria. Así el cine quedó para los musculosos Stallone, Swarzenegger, Bruce Willis, y las series, que hasta ese entonces era considerado un género menor, para las mujeres.
El debut de Brad Pitt
La participación corta de Brad Pitt en el film implicó para el actor el comienzo de su carrera, a pesar de que ya había tenido otros papeles menores en la industria. Cinco candidatos quedaron en la etapa final para interpretar a este joven que tenía una noche de amor con Thelma (Geena Davis) y fue justamente la actriz quien terminó convenciendo a los productores para que fuera él. Afirmó que sentía buena química entre ambos y así fue como Brad ganó la pulseada mostrándose como el chico sexy y sensual que enamoraba a esta mujer. George Clooney habría sido uno de los candidatos que quedó fuera de la contienda y Davis contó en una entrevista durante el homenaje de los 25 años del film, que en un encuentro fortuito con Clooney en un avión le dijo que se lamenta hasta el día de hoy no haber sido seleccionado.
La primera selfie y la escena más difícil
Las fotografías sirven para congelar momentos. Permiten en una revisión posterior revivir sensaciones, personas y lugares. Y eso lo tenía en claro Louise (Susan Sarandon) cuando con su polaroid se saca una foto con su compañera de viaje. Esa imagen, ya icónica en el cine, fue sacada con la cámara inversa allá por 1991. Claro, no existía el concepto de la “selfie” como manejamos en este siglo, pero estas chicas fueron precursoras hasta en la tecnología que se venía.
Las actrices vivieron a lo largo de las películas escenas muy comprometidas como lo es la decisión final al verse acorraladas por la policía que las busca intensamente. Durante una entrevista con la publicación Entretainment Weekly, Susan Sarandon recordó la escena de la violación como la más dura para filmar. Como si fuera parte de un mundo paralelo, el estreno de la película trajo muchas discrepancias en los ciudadanos conservadores que no veían con buenos ojos que asesinaran al violador
El fin de semana de su estreno Thelma & Louise logró recaudar el doble de lo que habitualmente sumaban las películas de la época. Lo que no pudo lograr el film es que cambiara la mirada de Hollywood con respecto a las mujeres.
Geena Davis y su lucha por las mujeres en el cine
La explosión que generó la película impactó muchísimo en la vida de Geena Davis a tal punto que fundó el Institute Gender on Media donde denuncia casos de discriminación hacia el género femenino en el cine y la televisión y a su vez, promulga la igualdad entre actrices y actores en materia salarial y participativa.
SEGUÍ LEYENDO