Gerardo Romano siempre suele ser polémico a la hora de dar notas en televisión, especialmente por sus dichos. Sin embargo, en esta oportunidad no fueron sus palabras las que llamaron la atención sino su look. El actor fue invitado a brindar un móvil a Intrusos, el programa de América que hoy conducen Adrián Pallares y Rodrigo Lussich, y todo el estudio quedó perplejo cuando lo vio con el torso desnudo, anteojos de sol y sombrero.
Desde el piso del canal de Palermo, se escucharon en off algunas de las frases que marcaron la sorpresa por el look del actor. “¡No! ¡Ah, bueno! ¡Me muero!”,”¿Ese es él?”, fueron algunas de las expresiones que dijeron.
Lo cierto es que el actor había sido llamado a hablar por la polémica que lo tuvo enfrentado a Carolina Pampita Ardohain. Cuando la producción del programa de la modelo lo convocó, el actor puso una sola condición. Y no lo hizo en carácter de figura sino que buscó cuidar su salud y evitar una posible propagación del coronavirus. En tiempos en los que la televisión argentina debió adaptarse a los protocolos sanitarios por la pandemia, el intérprete pidió que en el estudio hubiera la menor cantidad de personas posible. La explicación del actor fue clara: mantener la distancia social y no estar en contacto con tanta cantidad de personas en un ambiente cerrado.
Sin embargo, cuando Gerardo ingresó al estudio, ubicado en Cabrera y Ravignani, en el barrio porteño de Palermo, no se quedó conforme con lo que vio y decidió retirarse antes de salir al aire y realizar la entrevista pautada. “Abrí la puerta y había mucha gente. Me pareció riesgoso”, dijo a Teleshow el actor de 74 años. “Aunque la gente se hubiera ido, los bichos iban a quedar en el aire...”, continuó quien, por su edad, integra el grupo de pacientes de riesgo que deben tener mayores cuidados. “No me fui enojado ni molesto. Me dio aprehensión, tuve miedo de contagiarme en un ambiente riesgoso”, agregó, y aclaró la versión de que había abandonado el ciclo en medio de un escándalo.
En ese contexto, Romano amplió y detalló su visión sobre lo sucedido en el programa de espectáculos. “Había hablado con Gastón Trezeguet, que es el productor, que desde que empezó la pandemia no hice ninguna nota presencial por un tema de seguridad, para prevenir, y entonces como quiero volver a hacer Un judío común y corriente, la obra de teatro, tengo que comunicarlo y promocionarlo, entonces ante la insistencia de Gastón y la necesidad de promocionar el espectáculo, acepté con la condición de que fuera con poca gente en el piso”, señaló. Y agregó: “El aire del estudio estaba viciado cuando abrí la puerta y me asomé, lo sentí caldo, y había un montón de personas. Cerré la puerta y me fui. Pasaron por alto lo que habíamos arreglado. Después salió una chica de producción cuando me estaba por subir a mi bicicleta, y le expliqué por qué, ella no tuvo argumentos y me tuvo que dejar ir”.
En el plano laboral, además de la obra de teatro que está por estrenar, el actor forma parte de El Marginal 4. El plan de Underground -con Sebastián Ortega y Pablo Culell a la cabeza- es que se pueda ver antes de fin de año por la pantalla de la TV Pública. Y en 2022 se emitirá El Marginal 5.
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