“Para mí es ese sentimiento que se te viene al final de la noche, cuando todos se van y estás solo y necesitás relajarte, necesitás calmarte, pero no sabés qué necesitás, qué carajos se necesita para que se apague todo. ¿Es un cigarrillo? ¿Es un whisky? ¿Es un libro? ¿Es meditar? ¿Qué es?”, se pregunta Dave Grohl en diálogo con Teleshow, buscando por algún lugar una respuesta que explique Medicine At Midnight (Medicina a la medianoche) tal es el título del flamante y décimo disco de estudio de Foo Fighters, la gran bestia rock que lidera desde 1994.
Desde su casa en Los Ángeles, California, el cantante, guitarrista y compositor del grupo -que completan el baterista Taylor Hawkins, el bajista Nate Mendel, los guitarristas Pat Smear y Chris Shiflett y el tecladista Rami Jeffee- prendió su sesión de Zoom para reflexionar acerca del origen de esa frase: “Se me vino cuando estaba escribiendo las letras nuevas. Pienso que es una frase hermosa porque representa dos cosas: por un lado, ‘Medicine’ (‘medicina’) representa algún tipo de curación. Esto fue escrito antes de la pandemia, antes de cualquier mierda sobre el covid... ¡es de hace dos años! En tanto, ‘midnight’ (medianoche) representa la desesperación por el tiempo que se está yendo rápido. Y vos necesitas esta curación, sea cual sea, antes de que se vaya el tiempo. Entonces ahí pensé: ‘Oh, es un buen título para una canción’. Y después dije: ‘Oh, es un buen título para un disco’. Pero cuando lo terminamos y cayó todo lo de la pandemia, dije: ‘Uh, espero que la gente no piense que escribí sobre alguna vacuna o algo por el estilo’. Es más que eso”, aclaró.
Aunque el grupo no abandona ese nervio rockero que viene signando tanto a su obra como, sobre todo, sus shows en vivo –antes de la pandemia, las canciones de FF solían deformarse en zapadas casi interminables gracias al feedback total con su extasiado público–, se trata de un disco de nueve canciones con destellos de pop y funk que propician algunos momentos bailables, con Prince, los Rolling Stones, David Bowie, George Clinton y Sly & the Family Stone como faros estéticos, más allá del propio bagaje de estilo que arrastran.
En su núcleo hay tanto un veloz homenaje a un héroe del rock como Lemmy Kilmister (”No Son of Mine”) como una balada antibélica titulada “Waiting On a War”: “No entiendo por qué es necesario matar a alguien. Yo deseo que el mundo pueda resolver sus diferencias sin guerra. Me pone triste que todavía no se pueda lograr eso”, dice Grohl sobre esta canción influida tanto por los miedos que él sentía en su infancia como los que invaden ahora a una de sus hijas ante el fantasma del conflicto bélico. Y también hay de esos himnos de estadios marca registrada, como “Cloudspotter” y “Love Dies Young” (“Creo que es mi canción favorita del disco, me dan ganas de salir a tocarla”, se esperanza Dave).
El punto de partida para esta fase de Foo Fighters estuvo en la canción “Making a Fire”, la primera del disco y la primera que grabaron. Cuenta Grohl que cuando escuchó lo que habían registrado, pensó: “Nunca antes hicimos algo como esto”. ¿Le había pasado antes con otra canción, en otro disco? Sí y no. Así lo explica: “Es algo que pasa cada vez que hacemos un disco nuevo, en pequeños momentos. Y para mí, ese es el por qué seguimos siendo una banda: porque sigue siendo una fuente de experimentación, de progreso, de encontrar cosas que no hayamos hecho antes. Cuando escribo, tiendo a atraer sentimientos emocionales, oscuros o pesados, porque esto es en donde lo pongo. En mi vida, yo no voy dando vueltas por ahí estando preocupado, o torturándome, o deprimido. Pero porque tengo estas canciones que puedo escribir y usarlas como el lugar en donde pongo esos sentimientos”, explica.
“Pero ‘Making a Fire’ es la canción más alegre y edificante que creo haber escrito jamás. Si pienso en las canciones que la mayoría conoce, como ‘Everlong’ –que es sobre un desamor–, ‘My Hero’ –que es acerca de... no, esa es sobre otra cosa–, ‘Best of You’, ‘The Pretender’: todas esas son pesadas, oscuras, emocionales. Entonces, cuando hicimos ‘Making a Fire’, notamos que es la melodía más pop y edificante que compusimos jamás. Y para mí fue muy excitante. Tiene ese groove que nunca antes hicimos. Y esa fue la primera canción que grabamos. Entonces creímos que era un gran señal y que removía cualquier cosa que hayamos hecho antes. Realmente inspiró al resto del disco”.
Dave Grohl nació hace 52 años en una pequeña ciudad de Ohio, en la región medio oeste de los Estados Unidos. Además de estar al frente de Foo Fighters, de producir o dar testimonio en infinidad de documentales de rock, de formar proyectos como Them Crooked Vultures o de ser parte de alguna de las formaciones de grupos como Queens Of The Stone Age o Killing Joke, la marca más distintiva en su currículum vitae es haber sido el baterista más importante de Nirvana.
En los últimos meses y en muchas de las noticias que llegaron tanto de Grohl como de Foo Fighters, el tiempo –como concepto, como palabra o por su mero transcurso– se repetía una y otra vez en cada una de esas novedades. Es por eso que le propusimos a Dave hablar sobre el tiempo… pese a que solo disponíamos de 15 minutos con él. Aunque, vale decirlo, terminaron estirándose a 17 y medio gracias a su ya célebre amabilidad. “Estoy en casa. Las cosas están bien, con la banda estamos ensayando todos los días, grabando cosas aquí y allá. Estamos activos, lo que está bueno. Tenemos que testearnos cada fucking día, pero bajamos al estudio y seguimos siendo una banda”, dijo sobre su presente.
—Hagamos de cuenta de que soy una de tus hijas, tengo solo dos años y te pregunto: “Papi, ¿qué es el tiempo?”. ¿Qué me responderías?
—Bueno, el tiempo es una sucesión de momentos. Entonces, en tu vida vas recolectando momentos como recuerdos, ¿ok? Cada uno de ellos se convierte en una especie de paso que vas escalando en esta colina de la vida. Entonces, cada acción es una reacción de algo que te ha pasado antes. Y todas estas cosas que te pasaron, te convierten en la persona que sos. Pero vos tenés que celebrar los momentos cuando te ocurren. Tenés que tratar de vivir en estos momentos, porque pasan realmente demasiado rápido. Ya sea que te haya ocurrido una experiencia increíble o algo simple, tenés que tratar de conservarla, porque vos vas a usar esa referencia para el resto de tu vida. Yo tengo una hija de 15 años que puede recordar cosas que le pasaron cuando tenía un año, o dos. Ella puede recordar cosas de su pasado, lo cual es loco. Con otra de mis hijas me gusta hablar de su pasado, todo el tiempo, para que mantenga esa parte de su mente viva. Así cuando crezca puede recordar estas cosas que la hicieron quién es.
—¿Cómo es un día normal en la vida de Dave Grohl, cuando no tenés que responder a entrevistas o hacer cualquiera de esas actividades relacionadas al trabajo de ser una estrella de rock?
—Te voy a decir exactamente cómo es un día normal, como el de hoy, que es un buen ejemplo: siempre me levanto antes que todos. Me gusta despertarme antes que el sol y antes de las actividades de otras personas. Me levanto a eso de las 5 de la mañana cada día y me fijo en todas las cosas que tengo que hacer. Tomo café, miro las noticias. Después empiezo a despertar a los demás y preparo el desayuno. Como esta mañana: hice panqueques, corté algo de fruta, las ayudé con la ropa, las alisté para el colegio. Luego, voy al auto y llevo a cada una de ellas al colegio. Lo más importante para mí es empezar el día con una sonrisa en la cara. Entonces, cuando te levantas a la mañana necesitás música, comida, necesitás algo como esto (aplaude con energía) todos los fucking días. Después hago este tipo de cosas, entrevistas (se ríe y señala a cámara), por alrededor de dos o tres horas, algo así. Tomo más café, subo al auto y bajo al estudio. Y ahí miro la lista de cosas para hacer: “Hay que grabar esto, hay que filmar esto, pa, pa, pa”. Vuelvo a casa y desde la puerta le digo a las chicas: “Dale, vamos a jugar” (grita con energía). Hago eso, luego todos se van a dormir y yo pienso: “OK, tengo que tomar algo, una copa de vino, una cerveza”. Pero me siento muy fucking cansado para beber, entonces me quedo dormido. Y lo hago de nuevo, y lo hago de nuevo, y lo hago de nuevo. Es divertido. Es una increíble responsabilidad ser un músico de rock en una banda, pero de alguna manera es una linda responsabilidad. Yo soy la persona que dice: “OK, vamos, hagamos esto, hagamos lo otro”. Yo soy el general y los otros muchachos de la banda son como mi ejército. Y hacemos esto cada fucking día. Pero también está el otro lado de mi vida, que son fucking pijamas, panqueques... Voy balanceando entre ambas cosas.
—Recientemente, contaste que el riff de la canción “Cloudspotting” ya lo tenías desde hacía algunos años. Cuando estás creando música nueva, ¿sos de dejar esas ideas madurando por un tiempo hasta que las grabás?
—Depende, a veces pasa lo contrario a eso y las cosas se dan demasiado rápido: a veces, las canciones se empiezan y se terminan en un día. Por ejemplo, “Waiting on a War” la hicimos en un día. Otra más vieja, como “The Pretender”, también se hizo súper rápido. Algunas canciones se hacen demasiado rápido y hay otras que no tanto. Yo escribo y grabo algunos riffs y los conservo en un archivo. Cuando llega el momento de hacer un disco, voy a ese archivo a escuchar lo que tengo. Y dependiendo de lo que sienta yo o la banda en ese momento, digo: “Ok, vamos con este, este y este”. Es como abrir un armario y elegir ropa: “A ver, hoy quiero usar esto (se abrocha hasta arriba su camisa grunge)”. Luego, volvés al armario y decís: “Uh, me olvidé de que tenía esa remera”. Y la usás. Tenemos cientos de riffs que nunca usamos. Y esa canción, “Cloudspotter”, es una de ellas. Hay dos riffs en esa canción: uno que tiene tres o cuatro años y otro que tiene 25 años. Así que fue cuestión de agarrar esas piezas raras y ponerlas juntas.
—En los últimos meses, un viejo hit como “Times Like These” volvió a estar en agenda, tanto por su versión durante la pandemia como por haber sido parte de la asunción de Joe Biden. ¿Qué te acordás del momento en que la escribiste? ¿Te imaginabas que se volvería un clásico?
—No, de la mayoría de las canciones que escribo, nunca imagino nada sobre su futuro. Es más sobre el momento en que la estás escribiendo. Si es algo real, se convierte en algo que perdura en el tiempo. Cuando escribí esa canción, estaba en una encrucijada en mi vida, me estaba cuestionando todo. Y en ese momento, uno empieza a imaginar que tiene que aprender a vivir de nuevo, a empezar de nuevo, a sentir como un renacimiento, o atravesar un renacer. Tiene que ver con algo personal, no con nada político. Es sobre algo muy personal que me pasó cuando tenía casi 20 años. Pero porque esa emoción es tan universal, es que también aplica a lo que estaba pasando en Estados Unidos cuando se eligió a Joe Biden como presidente. Yo voté por Biden y fue un honor para mí haber sido incluido en su asunción.
—Este año, en septiembre, se van a cumplir 30 años de la salida de Nevermind, el disco más icónico de Nirvana. Mientras lo grababan, ¿sabían que estaban haciendo historia?
—Nadie se imaginaba que iba a pasar eso. Pasamos 12 días grabándolo, fue realmente rápido. Éramos muy jóvenes, teníamos 20, 21 años. Estábamos muy emocionados de tener la oportunidad de estar en un estudio de grabación decente y pasar 12 días grabando esas canciones. Habíamos ensayado un montón, queríamos que saliera genial. Pero cuando escucho el disco y me acuerdo de esos días, solo pienso que éramos jóvenes. Pienso en ese verano, en Los Ángeles, en la remera que tenía puesta, la bermuda que tenía puesta, la moto que me iba a comprar... cosas tontas y muy personales. Pero mi versión de ese disco es muy diferente de la de otra gente, porque fue solamente una experiencia excitante y divertida, que pasó realmente muy rápido.
Se consumió el tiempo y quedaron unas cuantas preguntas afuera. Pero antes de despedir a su interlocutor, y a cuento de nada, Grohl aprovechó para hacer extensivo el saludo a sus fans argentinos. “¡Vamos a estar ahí pronto! ¡Son la gente más fucking loca! Ayer, en una entrevista con unos fans, alguien preguntó: ‘Queremos ir a verlos a algún lado, ¿dónde está el público más loco?’. Y todos los de la banda dijimos: ‘¡Argentina!’. ¡Buenos Aires es el lugar más loco!”, dijo. Y se desconectó.
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