“Nos íbamos a ir bailando...”, dijo Sandra Borghi este viernes al terminar la emisión de Nosotros a la mañana, el ciclo que conduce junto al Pollo Álvarez por la pantalla de El Trece. Sin embargo, la realidad superó lo escrito en la rutina y el final del programa fue otro mucho más emotivo. ¿Por qué la intención era despedirse bailando? Para rendirle homenaje a Gladys La Bomba Tucumana, que esta semana estuvo como panelista invitada.
Y justamente fue ella quien terminó emocionando a todos los presentes en el estudio al hablar de su conmovedora historia de vida durante su infancia. Todo comenzó cuando la popular cantante contó que su madre está en su Tucumán natal, que tiene EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y que está postrada. “Es el amor de mi vida”, dijo sobre la mujer a quien ve a diario a través de videollamadas ya que ella se encuentra en Buenos Aires cumpliendo con compromisos laborales.
“Gracias a Dios tengo trabajo acá, porque estamos en una época espantosa de pandemia y no se puede hacer gran cosa con la música”, indicó y agradeció a los productores que la contratan para realizar otro tipo de trabajos. “Tengo que mantener una casa, a mi padre, su enfermedad, la obra social. Todo lo que ven ustedes de mi vida por ahí no es lindo”, dijo entre lágrimas.
Karina Iavícoli, una de las primeras en conmoverse con el relato de La Bomba, le destacó que no tenía por qué considerar que su vida no era “linda”. “(Lo que estás contando) es la realidad”, aseveró la panelista. “Estoy acá para llevar alegría a la gente, pero a veces mi vida tampoco es linda”, agregó la cantante y describió su historia de vida como “muy fea”: “Hace bien contarlo, es liberador”, siguió.
Dándole espacio para hablar y contar lo que ella quisiera sobre su infancia, la cantante continuó: “Hasta elijo tratar de perdonar a mi padre. Él era policía, murió en la época de la subversión, en 1975, en un enfrentamiento con la guerrilla en Tucumán. Para la gente fue un héroe, para mí... no sé, también, en lo laboral -aclaró- En lo personal, los únicos recuerdos que tengo de mi padre son muy feos. Si yo les contara...”, advirtió.
“Con tres años me arrodillaban en el maíz mirando a la pared, andaba descalza, tenía el pelo cortito, caminábamos por la vía juntando cosas, comiendo...”, relató y describió como “espantosos” dichos recuerdos.
Luego contó que atravesó su infancia pensando que su madre los había abandonado a ella y a sus cinco hermanos en la casa con su padre. “Después me di cuenta que se había ido porque él la mataba. La ensangrentaba”, dijo entre lágrimas y recordó un violento episodio que sufrió su mamá en el baño. “Nosotros éramos chiquitos, no podíamos abrir la puerta porque ella estaba tirada”.
Su madre se había ido de su casa porque era víctima de violencia de género y luego de que conseguir un trabajo como empleada doméstica y pudo recaudar dinero y buscar a sus hijos. “Esa señora hermosa apareció con bolsos. Vino una noche y nos robó de ese hombre malo. Nos desmugró, yo tenía los pies lastimados, nos puso agua caliente”, recodó Gladys, la menos de sus hermanos.
En tanto, sostuvo que todavía recuerda “el olor” de su madre en aquel abrazo que le dio cuando subieron al taxi luego de abandonar la casa de su padre. Y no pudo evitar sentirse identificada con la historia de Maia, la nena de siete años que fue encontrada ayer después de tres días de intensa búsqueda: “Sentí el olor de mi mami en su pecho. Nunca voy a olvidar esa imagen”.
Entre lágrimas y visiblemente conmovida, Gladys pidió perdón al equipo de Nosotros a la mañana, cuyos compañeros la escucharon atentamente y no pudieron contener el llanto. “Les tomé tanto cariño esta semana que estuve con ustedes y me abrí. Nunca me pasó”, dijo la cantante y agradeció el apoyo que recibió durante estos días de trabajo.
Si sufrís violencia de género o conocés a alguna víctima, llamá al 144: es gratis y atiende las 24 horas
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