Sergio Lapegüe regresó a la televisión luego de haber estado internado tres semanas en terapia intensiva por una complicación en su cuadro tras haber contraído coronavirus. El periodista se mostró feliz de estar otra vez en la conducción de Noti Trece.
“Llegó el alivio y la nena está a salvo, con esta noticia queríamos arrancar el programa. Bienvenidos al Noticiero Trece. Amigos queridos, ¿cómo están?”, anunció el conductor la aparición de Maia apenas comenzó el noticiero y sus compañeros Paula García, Alejandra Peñalva e Ignacio González Prieto lo saludaron con una sonrisa: “Bienvenido vos, Sergio”.
La presentación la realizó parado al costado de la mesa central y luego continuó llevando adelante el programa sentado en su mostrador, con la computadora. Aunque estuvo varias semanas fuera del aire, no perdió el timing a la hora de darle paso a cada uno de sus compañeros y de dirigir desde el piso qué móvil tenía la palabra, en una emisión cargada de noticias de último momento tras la aparición de la nena que había desaparecido en Luján.
Recién antes de despedirse hasta el día siguiente Paula García le preguntó cómo estaba y él se explayó: “Bien, re debutando, un poco de tos que se va a mantener un tiempo y viviendo un estrés postraumático que le pasa a todos los que estuvieron en terapia intensiva y con la familia que son increíbles... te abrazan. El abrazo fue muy importante”.
Al ser consultado sobre la enseñanza que le dejó lo que le pasó, dijo: “Aprendiendo a respirar, empezando a caminar, estoy feliz. Creo que voy a disfrutar un poco más, soy enfermo del trabajo y tocar fondo hace que me de cuenta de lo importante. ‘El último aviso’ me dijo El Barba”.
Hace unos días había adelantado en las redes sociales su vuelta al trabajo: “Hace un mes estaba peleando por respirar. Agitado ayudado por un casco con oxígeno. Y ahora me estoy preparando para volver al noticiero. Todo es con fe. Y con perseverancia. Empiezo de a poco. Solo dos horas de aire para ver cómo responden los pulmones que aún están con neumonía pero en constante mejora. Aún siento mucho cansancio en el cuerpo y algo de tos. Es normal. El médico me dijo: ‘tu cuerpo ahora es un auto con motor nuevo, está en ablande....vamos despacio’, y así será”.
El periodista se contagió coronavirus en su regreso a la Argentina, tras haber pasado unos días de vacaciones en Punta Cana con su familia y unos amigos. Pasó 21 días internado, varios de los cuales estuvo en terapia intensiva. Al ser asmático, su cuadro de salud se complicó y tuvo una neumonía. El periodista debió usar un Helmet, un casco que funciona como un novedoso sistema para ayudarlo a respirar. Luego de recibir el alta médica, volvió a su casa de Banfield y estuvo realizando un tratamiento de rehabilitación para recuperarse al 100% y poder volver a trabajar.
En varios momentos durante su internación, había utilizado las redes sociales para contar cómo se sentía. Una de las cosas más difíciles, más allá de los dolores físicos, era estar aislado sin poder estar con su familia y apenas viendo a los enfermeros y médicos.
“Silencio. Solo siento los pasos de los tremendos servidores públicos que van de un lado a otro por el pasillo del COVID-19. Médicos, enfermeros, personal de limpieza, de servicio a la habitación, que se arriesgan cada minuto para que los pacientes puedan cursar esta enfermedad tan desconocida como rara, de la mejor manera sin secuelas. Cada vez que tienen que entrar a cada cuarto se visten con ropa nueva la que se quitan cuando se van. Y la descartan en un cesto para no llevar el virus. De pronto controlan el oxígeno en sangre y satura bajo, ahí te ponen oxígeno para respirar mejor. Y viene la experimentada enfermera y te inyecta antibióticos o cortocoide, o un anticoagulante, para evitar una posible trombosis. Y un mazazo cae sobre tu cabeza, que te desploma sobre la cama”, había relatado desde el sanatorio Juncal, en Temperley durante su internación-
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