Cuando empezaron los rumores que vinculaban a Marcelo Tinelli con Guillermina Valdés, allá por el mes de junio del 2012, pocos le daban crédito a esta información. Un poco por prejuicios y otro por cierta teoría de la incompatibilidad. Al rato, el rumor se volvió noviazgo y al otro rato, separación, y los agoreros parecían haber dado en la tecla, hasta que en el verano de 2013, el conductor de ShowMatch y la actriz volvieron a mostrarse felices y juntos en las playas de Punta del Este.
¿Cuál había sido el motivo de la crisis? Para desentrañarlo, hay que remontarse a las historias previas de cada uno de ellos. Es que, para entonces, Marcelo se había convertido en uno de los “solteros más codiciados” de la Argentina, por lo que se le adjudicaban romances distintos cada semana. Y muchos tomaron como una “traición” el hecho de que se hubiera fijado, ni más ni menos, que en la ex esposa de Sebastián Ortega, uno de sus ex socios.
Invitada en el piso de Los Mammones, en América, Guillermina Valdés habló como pocas veces en televisión del comienzo de su relación con Marcelo Tinelli, ubicando con lujo de detalles situaciones y relaciones, tanto con la mirada de entonces como con la perspectiva que permite el paso del tiempo y todo proceso de deconstrucción.
La charla de trasnoche transcurría alrededor de la numerosa familia ensamblada Valdés-Tinelli. Los tres hijos de ella de su relación con Ortega -Dante, Paloma y Helena,-; los cuatro de él -Micaela y Candelaria con Soledad Aquino; Francisco y Juanita con Paula Robles- y Lorenzo, el hijo de ambos, nacido en 2014.
En este relato de semejanzas y diferencias, la pregunta del conductor viajó hacia mediados del 2012: “¿Cómo lo conociste a Marcelo? ¿Los presentó una amiga en común?”, indagó Jey Mammón. “Sí, nos presentó Paula, una amiga mía. Yo no lo conocía a Marcelo”, aclaró Guillermina, y pasó a contar su historia.
Se notó que la empresaria tenía ganas de decir su verdad. “A Marcelo lo había cruzado en dos o tres eventos. Estuvo siempre el tema de ‘la mujer del amigo’ como si la mujer fuera de alguien”, reflexionó la necochense. “Yo no era la mujer de nadie, quizás si lo decía hace ocho años, decían ‘¿qué dice? No entiendo’. Pero hoy las mujeres estamos con todos los radares prendidos”, analizó.
Respecto al vínculo Ortega-Tinelli, la actriz señaló: “Una relación de amistad no era. No habíamos compartido un bautismo, ni un cumpleaños. No había venido a mi casa. Habían trabajado juntos y eventos sociales que podés tener con tus productores, se veían, nos cruzábamos, pero no había una relación de amistad”, aclaró Valdés, que dio más precisiones de aquellos años. “Si había un cumpleaños de 150 personas, nos cruzábamos con un ‘hola’ y ‘chau’”, señaló, y admitió tener una relación divina con Paula Robles, la esposa de Tinelli entre 1997 y 2009: “Las dos sabemos perfectamente que no nos cruzábamos”, sentenció.
A continuación, Jey Mammón recordó que cuando iniciaron su relación ambos estaban separados: “Yo estaba divorciada, Sebastián en ese momento estaba en pareja con una chica divina, Ivana (Figueras) hacía meses. Fue todo muy raro para mí, al nivel de tener que apagar el televisor para que a mis hijos no le afecte”: reconoció la actriz, que vivió este sufrimiento como un aprendizaje. “Yo no estaba tan expuesta, y de golpe tuve que enfrentarme a situaciones injustas, pero uno aprende y te quedás con eso”.
A la hora de reflexionar a la distancia, la actriz profundizó sobre la sensación de injusticia que la persiguió durante tanto tiempo. “Fue difícil para todos, había una cosa de irrealidad y de un montón de gente hablando y yo soy como muy justiciera”, admitió y reveló el consejo que le brinca Marcelo al respecto: Él me dice ‘no respondas, porque los temas si los iluminás, crecen’”, cerró Guillermina Valdés.
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