En 2017 la vida de Martín Carrizo cambió para siempre. Primero debió anunciar que no podía acompañar desde arriba del escenario al Indio Solari en el show que el ex líder de Los Redonditos de Ricota brindaría en Olavarría, debido a una dolencia que le impedía tocar la batería, ese oficio que ama desde siempre. Luego se confirmó que el hermano de la conductora Cecilia Caramelito Carrizo sufría de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular que se origina cuando las células del sistema nervioso -llamadas motoneuronas- disminuyen gradualmente su funcionamiento y mueren, lo que provoca una parálisis muscular progresiva.
El baterista no se rindió. Se apoyó en los afectos familiares y profesionales y buscó la manera de salir adelante. A finales de 2019, Martín viajó con su hermana Cecilia y su acompañante Noelia rumbo a Miami para llevar adelante el tratamiento. Y fue la creadora de Caramelito en barra la que documentó cada paso en un emotivo video que compartió en las redes sociales. “Martín está muy bien de ánimo, muy contento, muy movilizado y muy agradecido”, señaló Cecilia, que se puso al hombro -en los medios y en la vida- la campaña para poder ayudar a su hermano.
“Él necesitaba viajar urgente, apenas se juntó el dinero para los tres meses, vinimos. El tratamiento será bastante más extenso. Y todo lo que se sigue juntando, hará posible que pueda continuarlo. Lo planteé en etapas, porque si no, se sentía que era inalcanzable”, explicó la conductora. Las ayudas llegaron desde aportes particulares hasta conciertos benéficos de sus amigos, como el que brindaron en el Malvinas Argentinas Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, la banda que acompaña al Indio en su etapa solista y la que Carrizo integró hasta que le diagnosticaron la enfermedad.
Además, para aportar a la causa, ella participó en el programa de preguntas y respuestas ¿Quién quiere ser millonario?, donde ganó 300 mil pesos que fueron destinados al viaje de su hermano. “La ayuda de sus compañeros, los músicos del Indio y muchos otros que están haciendo shows para juntar dinero para él, hará que su tratamiento pueda extenderse más que esos tres meses que planteamos inicialmente”, señaló por entonces Caramelito en diálogo Teleshow.
A mediados del año pasado, Martín había lanzado una campaña para conseguir fondos que le permitan solventar el tratamiento. Para realizar el costoso tratamiento, su hijo Benjamín diseñó una serie de remeras inspirada en el recorrido de Martín por algunos de los artistas más importantes de las últimas décadas de rock argentino: su paso por ANIMAL, Gustavo Cerati y el Indio Solari, un currículum que envidiaría cualquier músico.
A principios de 2021, ya de vuelta en Buenos Aires y poco después de su cumpleaños, el músico publicó una carta a modo de balance: “Llegué a Miami con destrucción total por esta cosa que tengo encima. A finales de 2019 no tenía más fuerza ni energía, literalmente me sentía un zombie las 24 horas”, reconoció en un texto que acompañaba una imagen del día del alta. “De repente un día mi cuerpo hizo click y volvió la energía y despacito entre las aplicaciones, la medicación y pilates empecé a ganar fuerza y control”, agregó.
En aquel entonces, el músico pensaba pasar unos meses en Buenos Aires, ponerse al día con sus afectos y conseguir el dinero suficiente para retomar su tratamiento en Estados Unidos. Sin embargo, este martes anunció que había cambiado de decisión: “Ya no voy a poder volver a Estados Unidos, es imposible poder pagar ese tratamiento”, sentenció el baterista, que sin embargo, y fiel a su estilo, se mostró optimista.
“Siento que debo ir por otro lado, aprovechar lo que aprendí y la experiencia vivida en esa clínica para seguir peleando desde mi casa. Todo es positivo, gracias a todos ustedes pude viajar, y lo más importante que me ayuda a seguir avanzando fue la experiencia vivida y sacarme de la cabeza qué hubiese pasado si no iba a Miami”, continuó el ex ANIMAL, que completó el texto agradeciendo al equipo médico y manifestando su deseo de curarse de una vez por todas: “Cada vez confío más en Dios y permanentemente me da señales de que está acompañándome”.
En octubre pasado, Martín había dialogado con Teleshow y contó algunos detalles de su tratamiento. “A la clínica voy cinco veces por semana, de las cuales tres de estas cinco me aplican eso que les conté en mis músculos: son un promedio de 120 inyecciones cada día. ¡Dios mío, soy un colador!”, señaló entre risas. “La verdad es que duelen mucho, ya que mis pobres músculos están consumidos, debiluchos y asustados. Pero son tantas las ganas que tengo de seguir vivo y de cumplir muchos más sueños que me aguanto lo que sea, agregó, y citó una frase que le dijo su “hermano” Andrés Giménez, su ex compañero en ANIMAL: “Para nosotros es mucho más doloroso no cumplir nuestros sueños que recibir un millón de inyecciones”.
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