Este viernes 19 de marzo será un día muy especial para el director teatral José María Muscari. “Voy a actuar por única vez, único día. Vení a verme. Nunca actuó. Y acepte este desafío”, anunció. Muscari será parte de una función de Conejo Blanco, Conejo Rojo en el Teatro Metropolitan, el viernes 19 a las 20 horas. “Es muy loco, es una obra de la que no sé nada. Me entero ahí, con los espectadores adelante y debo seguir indicaciones”, explicó sobre la dinámica de la pieza en cuestión. “La hizo gente re grosa, como Mercedes Morán, Jorge Marrale y un montón más... Ahora me toca a mí el desafío”, agregó.
Efectivamente, la obra creada por el dramaturgo iraní Nassim Soleimanpour, en cada función presenta de manera rotativa a un actor o una actriz quienes, sin ensayo y sin dirección, recibirán el libreto de la obra por primera vez recién al subir a escena. Esto provoca y genera una experiencia teatral que se revela tan inusual como misteriosa y atrapante. “Vení a verme”, rogó Muscari.
Además de los ya mencionados, por la versión argentina de Conejo Blanco... también pasaron Fede Bal, Carola Reyna, Agustin Aristarán –más conocido como Soy Rada–, Jorgelina Aruzzi, Peto Menahem, el cantante y performer Louta, Costa y Fernando Dente. Luego de Muscari, llegará la función protagonizada por la escritora y periodista Tamara Tenembaum.
Conejo Blanco... ya había tenido una primera temporada en Buenos Aires, en 2018. Fue en el teatro Timbre 4 y sorprendió con la participación de actores como Claudio Tolcachir, Daniel Hendler, Julieta Venegas, Verónica Llinás, Marco Antonio Caponi, Oski Guzmán, Pablo Fábregas, Julieta Cardinali, Dolores Fonzi, Rafael Ferro, Darío Sztajnszrajber, Hernán Casciari, Luisa Kuliok, Cecilia Roth, Dalia Gutmann, Marina Bellati, Sebastián Wainraich, Gastón Pauls, Dalma Maradona y muchos más.
Soleimanpour escribió esta obra en 2010, impulsado por una prohibición que el gobierno iraní le impuso al impedirle salir del país. Pero el dramaturgo se las ingenió para desobedecer esta orden con una manera artística: decidió escribir una obra nueva, enviada por correo electrónico al exterior, que pudiera ser representada en cualquier parte del mundo, pero con la peculiaridad de que quien recibe el texto debe leerlo por primera vez, en el escenario, delante del público, en vivo.
“Se trata más de facilidades que de obsesión. Un espectáculo no ensayado lo hace más similar a la vida. El resultado final puede ser predecible, pero los detalles pueden cambiar de forma muy orgánica según el nuevo actor, la audiencia, el idioma o la situación. Como resultado, todo se vuelve más similar al deporte, en este caso, un nuevo ejercicio para entrenar nuestros corazones y cerebros”, dijo Soleimanpour en una entrevista que le realizaron en Chile, sobre la invención de esta obra. “Un experimento es una prueba bajo condiciones controladas que se realiza para demostrar una verdad conocida, para examinar la validez de una hipótesis o para determinar la eficacia de algo que no se probó previamente. Sin ningún valor agregado especial a lo que hago, creo que mis obras son muy experimentales”, agregó
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