Todo comenzó con un tuit publicado por Ángel de Brito, en el que se veía a Martín Redrado haciendo la cola para vacunarse contra el COVID-19 en North Miami, Estados Unidos. Inmediatamente, Luciana Salazar reparó en el detalle de que el economista estaba acompañado por una joven de cabellera rubia y no dudó en compartir el posteo y señalar: “¡Miralo vos jugando con las mujeres y apretándome otra vez!”.
Y enseguida agregó: “Lo mejor que me pudo haber pasado para sacarme de encima a semejante lacra de persona para siempre. Lo imperdonable es que manipuló a una menor. Juega con las mujeres de todas las edades. Este tipo no vale ni una lágrima. Hay testigos de todo”.
Frente a esta declaración, el conductor de Los ángeles de la mañana, por ElTrece, no dudó en señalar: “No entiendo lo de ‘apretándome’. Y Luciana respondió: “La palabra fue ‘arreglamos todo o no arreglamos nada’”. “Pensé que se habían arreglado cuando hablaste de ‘contacto estrecho estrecho’”, comentó entonces el periodista. “¡Yo jamás miento! Fue exactamente así. Las pruebas me avalan. El día domingo 10 de enero empezamos a salir y hay testigos. Desde ese lado yo estoy muy tranquila que siempre dije la verdad”, escribió entonces Salazar en su red social.
Cabe señalar que, desde el entorno de Redrado, aseguran que el economista no ve a la mamá de Matilda desde hace un mes y medio. Sin embargo, fue ella la que a través de sus historias de Instagram a principios de marzo confirmó que su ex había tenido contacto con ella y con su hija. ¿Cómo lo dijo? Se sumó a las clásicas preguntas y respuestas con sus seguidores entonces, y como no podía ser de otra manera, alguien le preguntó si había estado en La Florida con el economista. “Sí, él me invitó”, contestó. Y ¡sorpresa! Aunque no tanto, si tenemos en cuenta las múltiples idas y vueltas en la relación que los une.
Pronto otro seguidor le preguntó si se había contagiado el Covid-19 de él. Y la respuesta fue sugestiva: “Calculo que sí, porque con él fue con el que tuve contacto estrecho, estrecho”. Todo acompañado de una carita que guiña un ojo y saca la lengua. Y para que aquellos que siguen la historia entre ellos interpreten que habían vuelto a estar juntos.
Pero claro que la gente quiso saber más. Ante la pregunta lógica: “¿por qué seguís viéndote con Redrado después de todo el mal que te hizo?”, la modelo aseguró: “Creo que se dio cuenta de muchas cosas que hizo mal y no las quiere volver a repetir. Y más estando Matilda en el medio”. La siguiente pregunta decantaba: “Cómo es Matilda con Redrado?”. Orgullosa, Luciana apuntó en relación a la hija que tuvo gracias al método de subrogación de vientre a fines de 2017: “¡Divina! Ella es divina con todos. Es puro amor”. Y además agregó que Redrado estaba en Miami “y volvía en estos días porque ya hace mucho tiempo que no ve a Matilda”.
La relación de Redrado y Salazar comenzó hace más de una década, en marzo del 2010, cuando ella participaba de la tercera edición de Bailando por un Sueño. Duraron poco y en febrero del 2011 se separaron. En marzo del 2012 blanquearon su reconciliación durante un viaje a Ginebra, Suiza. Y dos años después, en 2014, volvieron a separarse y parecía ser definitivo. Él había comenzado un noviazgo con la hoy diputada Amalia Granata. El 2015 los volvió a unir, pero a partir de ese momento todo fue poco claro y confuso en las declaraciones de Salazar. “Disfrutamos el día a día”, aseguraba Luli sobre lo que no calificaba como un romance. Volvieron a separarse en 2016 y la modelo sorprendió poco después cuando contó que había subrogado un vientre y sería madre soltera, con un donante anónimo. Desde entonces, cada vez que pudo Luli habló apelando al misterio acerca de su vínculo de más de una década con el economista. Al parecer, esta es solo una más.
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