Lía Crucet está pasando por un delicado estado de salud: esta semana se supo que perdió 60 kilos y que se le detectó una leve neumonía. Este cuadro, además, se extiende a las condiciones en la que está viviendo, según contó este jueves su hija Karina, quien apuntó al marido de la cantante, Tony Salatino.
“Tony tiene hace miles de años una depresión crónica y problemas con el alcohol. Entonces no está en condiciones de medicar a mi mamá, que tiene esquizofrenia desde que yo tengo 14 años”, aseguró Karina.
Además, contó que Salatino manipula a Lía: “Tony hace con mi mamá lo que quiere. Si le dice: ‘Vamos para acá', va. Si le dice: ‘Vamos para allá, también va’. Él hace lo que quiere. Mi mamá siempre tuvo un carácter importante, nunca fue una persona que se dejara llevar por delante. Pero cuando se enfermó, se empezó a achicar su personalidad y se dejó llevar”.
“Yo tengo más cosas para contar, aunque queda feo porque parece que estuviera contando algo que no debo contar. Pero lo cierto es que ellos, en la casa donde están, están viviendo en condiciones infrahumanas”, dijo Karina.
Desde el panel le preguntaron si estas condiciones se habían dado después de un robo que habrían sufrido, pero la hija de Crucet lo negó: “No es porque les robaron sino por la suciedad en la que viven, el estado de abandono en el que viven”. Y agregó que ese estado de dejadez se extiende también a la internación de su madre: “En el neuropsiquiátrico en el que está internada no tiene jabón para asearse ni ropa interior”.
Karina también contó cómo es el vínculo que lleva con Ezequiel, su hermano que es hijo tanto de Crucet como de Salatino. “Él tiene 23 años, la edad de mi hijo y yo muchas veces le dije: ‘Ezequiel, dejame a mamá a mí y vemos cómo hacemos, pero andate de esa casa’. Yo no quería que pase lo que yo pasé de chica. Me parecía que es un pibe de 20 años que se estaba haciendo cargo de cosas que no debía, le estaban comiendo la cabeza con un montón de cosas. Ayer lo llamé y le dije que lo quería mucho. Tiene una novia que le está haciendo entender algunas cosas, y me parece muy bien, porque a veces una persona de afuera que te quiere te hace abrir la cabeza de otra manera. Me dijo que quiere que lo escuche, que ya abrió la cabeza, que entendió un montón de cosas. Ezequiel hace lo que puede”.
Karina contó que la última vez que habló con su madre fue antes de la pandemia. Y también habló sobre cómo hizo para llevar adelante su vida junto con los problemas de su madre. “Tengo años y años de luchar contra la corriente, con todos mis problemas. Yo estuve 23 años con mi marido y no me separé de una buena manera. Así y todo, yo siempre le puse el pecho buscando sacar adelante a mi mamá y no pude, no tuve respuestas en ningún lado. No puedo conmigo y quise sacar adelante a ella”, se lamentó.
Por último, agregó: “No pude ayudar a mi mamá porque ella se negaba y más estando con esa enfermedad. Tony hace lo que quiere con ella, Ezequiel tampoco me podía ayudar porque era chico y esta psicologeado por la situación. En un momento llegué a bajar los brazos”.
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