No hay edad para el amor. Puede ser de las frases más trilladas, pero pocas veces es tan válida como en la historia de Alberto Cormillot y Estefanía Pasquini. El 8 de diciembre de 2019, el prestigioso nutricionista y su colega se casaron en un hermetismo absoluto, acompañados por su círculo más íntimo de familiares y amigos. Según contó la novia a Teleshow, ellos aceptaron desde un principio la relación, a pesar de la diferencia de 48 años: en aquel momento, ella tenía 33 y él, 81.
“Para mí fue una boda normal, celebramos el amor”, opinó Cormillot, que hizo oídos sordos a los comentarios sobre la diferencia de edad con su mujer, y vivió una relación libre de prejuicios. “Uno no piensa en la cédula de identidad, se relaciona con la persona y punto”, destacó el profesional de la salud. En ese momento también habló de la posibilidad de tener un hijo juntos y aclaró que, aunque hubo versiones que así lo indicaron, no será a través de un tratamiento sino de manera natural. “Si viene será bienvenido. Eso sí, debería ser cuanto antes...”, resaltó.
Pasó un año y algunos meses, el hijo se hace desear, pero las ganas siguen intactas. De visita al piso de Es por ahí (América TV) el nutricionista ratificó aquellos dichos ante la pregunta del conductor Guillermo Andino, que lo abordó al finalizar el programa. “¿Te gustaría ser papá de vuelta?” y la respuesta del nutricionista se repitió: “Si viene, será bienvenido”. “Estás buscando”, interpretó el periodista, y las risas del médico hablaron por sí solas.
“Estefanía es joven, ella está muy entusiasmada con el que sería su primer hijo y yo también. Está hablado, no es una sorpresa”, continuó el nutricionista. Allí intervino el panelista Guido Zaffora que le preguntó cómo se estaba preparando para encarar la posible paternidad. “Ya criaste dos hijos, nietos, ¿cómo te ves ahora?”, lo interrogó el periodista.
“Hicimos varios acuerdos. Yo me despierto a las 3.45, así que de noche no puedo levantarme. Lo que estoy pensando es en qué lugar de la casa voy a poner un sofá cama”, reveló Cormillot, que también pidió algunas licencias. “También hicimos un acuerdo respecto a pañales y a tareas hogareñas y muy posiblemente no sea tan colaborador”, admitió el nutricionista.
Cormillot es padre de Adrián y Renée, fruto de su relación con Monika Arborgast, fallecida en 2017. La pareja llevaba un largo tiempo separada aunque sus vidas estuvieron ligadas no sólo desde lo profesional, en el gerenciamiento de su clínica, sino también desde lo afectivo.
Una historia de amor a prueba de edades
Estefanía es Licenciada en Nutrición y trabaja en la clínica del Dr. Cormillot desde 2012. En un principio la relación que lo unía a Alberto no era más que la de jefe-empleada. Sin embargo, de a poco empezaron a conocerse más hasta que nació el amor, a mediados de 2018. En ningún momento hubo un “blanqueo” público sobre el romance, sino que ella empezó a publicar ciertos mensajes en su cuenta en Instagram -que usa principalmente para compartir sus recetas y consejos en nutrición- que dejaban las puertas abiertas a la duda sobre qué era lo que estaba ocurriendo entre ellos.
A principios del 2019, año ella acompañó a Cormillot a Cuestión de Peso, programa en el que trabaja por entonces. Si bien la joven se quedó detrás de cámaras, en cierto sentido fue la manera que eligieron para hacer “oficial” su relación. Y el 23 de enero él subió a las redes sociales una foto del festejo de cumpleaños de sus nietas mellizas, Abril y Zoe. En la imagen se las ve a las pequeñas con la otra nieta del doctor, Ema, además de su hijo Adrián, y claro, su novia, Estefanía.
En octubre, dos meses antes de la boda, el prestigioso médico sorprendió con el anuncio de su casamiento en el programa Pamela a la tarde. “Es verdad que me caso. Mi hijo quiere que hagamos una gran fiesta pero yo voy a hacer algo para la familia y algunos amigos, algo muy íntimo”, señaló el médico, quien elige no ver demasiado lo que se dice de ellos en las redes sociales. “Nunca faltan las personas que dicen ‘ella lo quiere por plata’, ‘él es un viejo verde’. Ella no es de los medios, y por más que yo trabaje hace 50 años y tenga más experiencia, sabemos que hay cosas que nos hacen pelota”, admitió Cormillot, que a los 69 años empezó a bailar tap y a los 78 a realizar entrenamientos aéreos. “No permito el concepto del ‘viejísimo’. Pienso así desde antes de comenzar esta relación”, cerró.
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