La pared de la fortuna es el juego que otorga el mayor premio en Bienvenidos a Bordo (El Trece), ya que los participantes tienen la posibilidad de llevarse medio millón de pesos. Y este martes, ocurrió el milagro con la participación de Marina, una acompañante terapéutica.
Pero el momento de mayor emoción ocurrió antes de eso, cuando la participante se quebró al leer una carta que le dedicaron sus hijas y que leyó al aire.
“Marina, te voy a decir algo, te mandaron una carta. Vos podes leer la carta o te la podes guardar para vos. Ahora, ¿vos queres leer la carta en voz alta?”, le preguntó el conductor del programa, Guido Kaczka. “A mí me agarra que cuando me hacen una pequeña dedicatoria, yo no puedo hablar... ¿pero vos qué querés hacer?”, indagó.
“Y sí... La leo”, eligió Marina. “Agarrá la carta y leela en voz alta. A ver, ¿de quién es la carta?”, insistió Guido.
Marina la abrió lentamente, le echó una mirada al trazo escrito y, con emoción y la voz quebrada, dijo: “Mis hijas, me parece”. Y comenzó con la lectura de la misma, en voz alta.
“Mamá, quiero decirte que sos una loca de atar, sos alegre y divertida, para todos nosotros sos un personaje. Siempre vas para adelante, luchadora, trabajadora como pocas personas en este mundo. No puedo creer cómo te esforzas para salir adelante, a pesar de las adversidades que nos toca vivir. Sos un alma solidaria por sobre todo, siempre preocupándote por los demás y dándonos a nosotros una mano en lo que puedas”, leyó, muy cargada de emoción.
“Te quiero decir que sos una mamá única, siempre estás al pie del cañón, sos una verdadera madraza. Nos enseñaste valores y respeto, a estar siempre unidas, a luchar por nuestros sueños y ser cada día mejores personas”, continuó con la lectura de la misiva y más lágrimas en los ojos.
“Te queremos. Recordá: siempre vamos a estar unidos. Y, sobre todo, quiero agradecerte por cuidarnos y amarnos incondicionalmente. ¡Te amo, madraza!”, concluyó Marina con la lectura.
Mientras Marina ocultaba su rostro y se secaba las lágrimas, Guido enfatizó: “Qué lindas nenas tenes eh, lo que te quieren”. Ahí, la participante reveló el motivo de su emoción, más allá del saludo de sus hijas: “Sí Guido, fue un año muy duro, porque me agarró Covid, estuve mal, mal, mal, y salí adelante”, declaró sin poder contener la emoción.
“Vos sabes que te quisieron escribir una carta, ¿estás contenta con ellas?”, le preguntó Guido. “Orgullosa de mis hijas”, dijo Marina.
“Me sale pedir un aplauso grande, grande para vos”, la reconoció Guido tanto a la participante como a su familia. “Gracias, gracias a todos”, dijo Marina antes de continuar su participación.
Y para el cierre del programa, a Marina se le dio el premio mayor: adivinó el valor del último casillero y embolsó 500 mil pesos. Antes de dar vuelta el último panel, la participante tenía que decidir si era mayor o menor a 96, el casillero anterior. Y ella eligió mayor. Al darlo vuelta, vio que había ganado pero la emoción la dejó en silencio.
“¡Sí!”, gritó Guido, traduciendo la felicidad tanto de la participante como de la audiencia, al notar que el número era apenas mayor: salió el 97. “No, lo que lloramos hoy... pero acá a todos nos emociona. Entre la carta y esto...”, dijo el conductor.
“Gracias a vos, un beso grande a mis hijas y a mis pacientes, lo hago de corazón”, cerró Marina con más lágrimas y en un hilo de voz.
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