Fueron 112 días de encierro, desde aquel 10 de marzo de 2001 hasta la noche del 30 de junio, tras los que un profesor de educación física de Tigre, un tal Marcelo Corazza, se consagró como el gran ganador y se llevó 121.200 pesos. Pero hizo falta mucho menos que eso para que Gran hermano replicara en la Argentina el fenómeno televisivo que ya había registrado sus antecedentes en el exterior. Aquella noche del debut no llegó a los 15 puntos de rating, perdiendo por una décima contra el Sábado bus de Nico Repetto; en cambio, la gala final trepó a los 36,1 puntos.
“El secreto del formato del reality tiene tres patas: el aislamiento absoluto, el sistema de eliminación, y que no haya metro cuadrado sin que pueda ser visto por las cámaras –explica Marcos Gorbán, productor general de las primeras seis ediciones de GH, en diálogo con Teleshow–. El éxito comienza cuando se empieza a desdoblar la realidad: por un lado los que están adentro de la casa y por el otro los que están afuera (los televidentes). A partir de ese momento se empieza a generar una novela de la vida. Durante los primeros días todos están de fiesta, pero a medida que avanza el juego, los participantes comienzan a manifestar algunos síntomas, entre ellos, empiezan a soñar. Esos sueños tienen que ver con su infancia, y eso los sensibilizaba, los pone a flor de piel. Los participantes eran como una cebolla: cada día que pasaba tenían una capa menos, y se llegaba cada vez más profundo”.
“Este detalle del aislamiento es lo que nos está pasando a todos con la cuarentena –relaciona el productor–. Todo el mundo está contando que sueña más profundo, que sueña más vívido, y a mí me pasa también. Ocurre también cuando uno se va de vacaciones a un lugar remoto y te desconectás por completo del trajinar diario, de la locura… Cuando se desactiva todo ese bombardeo de semáforos, llamados, impuestos, timbres, idas y venidas, uno entra en una situación mayor, y empieza a soñar hacia adentro de la persona”.
“Muchas veces criticaron el formato porque los pibes estaban dentro de la casa todo el día al pedo, y justamente esa era la idea. Cuando vos los ocupabas, este efecto generaba menos artísticas. A veces los poníamos a hacer camas para donar y estaban todo el día martillando, y entonces no teníamos ese proceso interno que generaba tanta interacción social o tantas historias”, explica Marcos.
Solita conducción
“La idea fue de Claudio Villarruel y Bernanda Llorente, ex directores de Programación de Telefe. Uno de los antecedentes más claros que había como referencia era Mercedes Millá, la conductora de la versión española. Solita daba ese perfil y podía jugar ese papel muy bien. Además, traía un enorme prestigio y gran credibilidad. Tenía la responsabilidad de ser la única persona a las que los participantes verían a través de un televisor durante cuatro meses. La actriz se comprometió mucho con el programa, y más con los participantes. Se quedaba mirando la señal 24 horas hasta la madrugada, y nos dejaba mensajes en los contestadores pidiendo aclaraciones o exigiendo que les entregaran cigarrillos, postres o lo que los chicos estuvieran pidiendo en ese momento. Los sábados de gala, Solita llegaba al canal bien temprano, casi al mediodía, y con el equipo de producción se iba a ver las notas que saldrían a la noche para sentarse a analizar y entender la rutina. Se escribía cada una de las frases y de los textos que iba a decir al aire. Cuando dijo ‘¡Adelante mis valientes!’, frase que es de su autoría absoluta, lo sintió de verdad. No fue una pose ni un eslogan”.
Un debut con sinsabores
“El sábado 10 de marzo de 2001, Tamara Paganini, Natalia Fava, Eleonora González, Santiago Almeyda y Gastón Trezeguet fueron algunos de los 12 participantes que ingresaron a la Casa. El primer programa estuvo lleno de errores: Marcelo Peluffo quiso mostrar cómo era la Casa por dentro, pero se quedó sin audio porque los receptores de los micrófonos no llegaban hasta donde estaba ubicado. Y la entrada de cada protagonista fue sin sorpresa, sin curva dramática y aburrida. Gran hermano salió a competir contra Sábado bus, que era el rey absoluto en ese horario. El programa conducido por Nicolás Repetto había tenido un par de años exitosos en Telefe, y desde 2001 se había mudado al Trece. El final de la primera gala fue puro éxtasis, pero el lunes, al llegar la planilla de rating, los números decían que habíamos perdido por una décima 14,2 a 14,1. Fue la única noche que una gala perdió en todo ese año. El sábado siguiente, la derrota se convirtió en victoria: 16 a 12 puntos”.
¡Qué jugador!
“Gastón Trezeguet fue un personaje clave de la primera edición. Era el más joven de la casa, tremendamente inteligente, y con un manejo de la ironía muy aceitado. Llegó a la final: salió tercero, detrás de Marcelo Corazza. Cuando seis años después se puso en marcha la producción de la cuarta edición, que se llamó Gran Hermano 2007, nos dimos cuenta de que por más que supiéramos del formato, ninguno de nosotros había estado dentro de la Casa en situación de aislamiento y competencia. Se nos ocurrió contratarlo como miembro del grupo. Cuando empezó a trabajar con nosotros, nos enteramos de muchas de las estrategias que aplicaba. Como estaba prohibido hablar de las nominaciones, Gastón decía que iba a buscar hielo y escribía dentro del freezer el nombre de la persona a nominar, y con eso bastaba para que esa persona anotada se llevara unos cuantos votos y quedara expuesta a los teléfonos, gracias al seguimiento de sus aliados. En otra ocasión, al terminar una charla de todo el grupo en los sillones del living, salieron al jardín, pero antes, cuando todos se habían puesto de pie, Trezeguet dio vuelta un almohadón, como acomodándolo. La persona que estaba sentada en ese sitio quedó nominada”.
Animaladas
“Una mañana, el equipo de producción que se ocupaba de la logística pidió una reunión. Las caras de todos denotaban gravedad. Gran hermano ya estaba en el tope, faltaba un mes para el final del programa, las cosas iban viento en popa, y el rating bendecía todas las ediciones. No calculamos qué podía haber pasado. Lo dijeron sin anestesia: ‘Vino el veterinario y nos dijo que tenemos que sacar a Margarita, porque lleva demasiado tiempo encerrada y se estresó’. No sabíamos que una vaca podía estresarse, pero entendíamos que había que atender lo que nos decía el veterinario. Además, Ernesto, el ternero, había crecido mucho y ya no había lugar para los dos. Ambos fueron retirados de la Casa durante la noche en vivo, en una emisión de El Debate”.
No se puede cambiar de pasión
“Una día encendí el celular y el contestador ardía: ‘Usted tiene treinta mensajes nuevos’. Todos eran de la misma persona: ‘Soy Claudio Vilarruel. Son las tres y media de la mañana. ¡Esto está buenísimo! En este momento hay una chica que está contando que es peluquera, ponelo en el programa del lunes’. Segundo mensaje nuevo: “Son las 3 con 46 minutos, te paso la hora para que lo encuentren más fácil. Uno está hablando con Santiago y le dice que le encanta el fútbol, y el otro le contestó que es primo de Matías Almeyda. Por favor, está buenísimo para el lunes…”. Mensaje número 30: ‘Hola, otra vez yo. Mirá, son las cinco y media y no doy más, así que te paso en limpio… Poné primero lo de la peluquería, después…’. Años más tarde Claudio me contó que no era el único desvelado. Esa misma noche, como a las dos y media, lo había llamado Guillermo Francella, una de las estrellas del canal, para decirle que estaba prendido de la señal 24 horas y que no se podía despegar. La desgrabación del celular llegó a las islas de edición el domingo, pero ya era tarde. Habían sucedido muchísimas cosas nuevas y las charlas de la madrugada eran viejas”.
El mito: Maradona y la droga a los participantes
“En muchísimas conferencias, charlas y debates sobre el programa, aparece esta pregunta. La respuesta suele, también, ser siempre la misma: ‘¿Viste el video?’. Ante la respuesta afirmativa, una segunda consulta: ‘¿Viste que sobre el vértice derecho de la pantalla están las tres pelotitas de Telefe? Eso salió en vivo en todo el país y en todo el mundo. Lo vieron millones de personas. Con tantos ojos y oídos sobre Gran hermano, con tanto programa que acusaba de manipulaciones, guiones y cosas extrañas… ¿No es raro que nadie lo haya denunciado en ese momento, sino mucho después?’. A veces se impone el sentido común. Otras, la desconfianza y la paranoia”.
Tras el parate, el suceso: pico de 50,3
“Después de las tres primeras ediciones, Telefe le dio un descanso al reality. En principio la idea era hacer uno de famosos, y la persona indicada para conducirlo era Jorge Rial, porque estaba al frente de un ciclo con personajes que eran habitués de Intrusos, su programa en América. Pero apenas comenzamos a conversar con algunos candidatos, notamos que el formato estaba frío. La gran mayoría dudaba de que Gran Hermano Vip pudiera funcionar, y por eso se armó otro casting para seleccionar a los nuevos participantes que tuvieran una historia de vida para contar.
“Rial había sido crítico de GH. Cuando empezamos las conversaciones, la relación era tensa pero cargada de entusiasmo. Tirante, respetuosa, de mirarnos con desconfianza. La mejor definición de ese momento la dio el propio conductor al presentarse en la primera gala: ‘Por fin estoy en el corazón del monstruo, ahora vamos a ver cómo es de verdad’. Con el correr de los días se fueron limando las asperezas. El programa fue un éxito, y la final que consagró a Marianela Mirra alcanzó un pico histórico en materia de rating: 50,3 puntos. Pero, tres semanas después, era la segunda o tercera gala de Gran hermano famosos, que pudimos concretarlo, y El Trece marcaba 42 puntos con un partido de Boca, y nosotros, 14. Exactamente eso es la televisión.”
Alcohol y sexo
“Este mito, en realidad, es una mentira. Si hay sexo, hay que pasarlo, porque el programa dice que ‘muestra todo’, y es preso de sus palabras. La gala de Gran hermano I, en la que se vio la escena entre Verónica y Gustavo, donde pareció que hubo sexo, aunque nunca se confirmó, no fue de las más vistas. Más tarde, en Gran hermano 5, cuando se emitió la escena de cama entre Alan y Soledad, el rating bajó cinco puntos en el minuto a minuto. Muchos después, ya en Gran hermano 2012, hubo sexo apenas empezado el ciclo. Fue la gala de menor rating hasta ese momento. Nadie dice que el sexo siempre resta rating, pero si se piensa que el público del programa son mujeres con sus hijos, es probable que así sea. Lo que es seguro es que no suma, por lo que no es algo que la producción desee particularmente. Uno de los problemas que tiene el reality es que quienes lo critican no lo ven, en consecuencia, sentencian desde suposiciones equivocadas. Si lo miraran, deberían buscar otras acusaciones.”
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