Dieguito Fernando apareció en televisión por primera vez desde la muerte de su papá, Diego Armando Maradona. Desde su casa en Ezeiza, el pequeño estaba acompañando a su mamá en el living, mientras ella daba un móvil en vivo para Los ángeles de la mañana.
“¡Está enorme!”, dijo Ángel de Brito apenas vio al nene que en febrero cumplió ocho años, y le preguntó: “¿Tenés ganas de ir al colegio o más o menos?” y él, muy decidido, dijo que sí, porque quería ver a sus compañeros. Es que entre la semana pasada y esta los chicos de las escuelas bonaerenses volvieron paulatinamente a las aulas para poder tomar clases de manera presencial, cosa que no se hacía desde hace un año.
El conductor, que ya tenía poco tiempo para seguir hablando con el nene, le preguntó para cerrar quién era su mejor amigo y cómo se llamaba, y Dieguito dijo que Facundo. “Le mandamos un beso grande a Facundo y uno grande Dieguito para vos”, cerró De Brito, y el nene le mandó otro beso.
Es la primera vez que aparece en televisión desde que su papá murió, el 25 de noviembre del año pasado. Tras los pasos del Diez, hace un par de semanas comenzó a jugar el fútbol en el club Tristán Suárez, donde alzó con sus amigos una copa y su mamá lo fotografió y lo grabó entrenando.
“Para él, Diego no era el astro de fútbol, sino que era simplemente su papá. Cuando vamos al campo, a la noche me saca y se pone a ver las estrellas para ver al papá. Mira al cielo y lo busca entre las estrellas, y cuando está nublado dice: ‘Está nublado, papá no me puede cuidar’”, dijo Mario Baudry, apoderado del nene y pareja de Verónica Ojeda desde hace un tiempo.
Dulce Granados, amiga de Verónica y madrina del nene, contó después del cumpleaños de él una charla que tuvieron. “Se sentó en un sillón, abrió los brazos y me dijo: ‘Me quedé solo. Mi papá ya no está más. No lo voy a poder ir a ver nunca más. Estoy muy triste’”, dijo, y destacó que la ex profesora de educación física está siempre presente al lado de su hijo para contenerlo.
El año pasado, Dieguito pasó la cuarentena en su casa de Ezeiza, donde cumplió con las actividades pautadas por su tratamiento por TEL (trastorno específico del lenguaje) y hace fonoaudiología, piscopedagogía y asiste a una terapista ocupacional. Recién hacia mitad de año se vio con su papá, después de algunos meses, y entonces siguieron frecuentándose hasta poco antes de la muerte del Diez, el 25 de noviembre último. Incluso fueron juntos a la cancha, a un partido de Gimnasia y Esgrima de La Plata.
En el móvil que dio para LAM, Verónica contó por qué su hijo empezó a jugar al fútbol: “Me lo pidió él, me dijo: ‘Quiero ser futbolista; como papá era el 1, yo quiero ser el 2′... Pero el otro día me preguntó por qué los médicos no salvaron a su papá, no sabía qué decirle”.
También recordó lo que ocurrió el día de la muerte de Maradona. Ojeda decidió entrar sola a la casa del ex futbolista, mientras el pequeño se quedó esperando en la camioneta, acompañado por su psicopedagoga. “Después de un rato quería entrar a la casa de su papá, pero no entró a verlo. Había una psicóloga que me dijo si quería que entre Dieguito para saludar a su papá. Decidí que no, no era prudente que lo viera. Yo entré, lo saludé, le dije gracias por darme el hijo maravilloso que me dio”.
SEGUÍ LEYENDO