Una de las personas más solidarias en el ambiente artístico es, sin dudas, Lizy Tagliani. La popular conductora, que nunca ocultó su origen humilde, sabe perfectamente lo que es pasar carencias y es por ello que siempre se muestra dispuesta a ayudar a los que más lo necesitan. Tal es así, que decidió organizar una colecta entre sus vecinos para repartir útiles, ropa y golosinas entre los niños más vulnerables.
“Estoy súper contenta porque mis vecinos del barrio me han traído algunas cosas, ahí hay algunas que estoy seleccionando como útiles, golosinas y ropa, para mandar a un comedor donde colabora mi amigo Pablo Gali. Y ni bien lo llamé, me dijo: ´Ya voy para allá´. Me encanta su compromiso. Cuando yo era chica, siempre iba a buscar cosas. Y ahora, poder devolver un poco del amor que me han dado, me da mucha emoción. Les mando un beso y gracias a todos”, contó en un video que publicó en su Instagram, donde también mostraba todo lo que había logrado recolectar.
Esa misma publicación la acompañó también con un breve texto, en el que había agregado: “Acá acomodando y seleccionando cositas para colaborar...Gracias a mis vecinos y a @tigreariano por tu compromiso y por no dejar nunca el ayudar para mañana, te quiero... Cuando yo era chica esperaba con tanta alegría el día de ir a buscar ropa que estrenaría para ir al cole o para presumir en mi barrio. Es tan lindo poder hoy entender y ayudar a otros por poco que sea”.
El año pasado, Lizy reveló a Teleshow el costado más humilde de su infancia en Burzaco y luego en Adrogué. “Doña Julia, yo le doy clases particulares todos los días a sus hijos y usted me paga con alfajores”, le propuso a su vecina, la madre de los niños y dueña del almacén de la esquina de su casa en aquél entonces. “Entonces, al final de la semana la madre me daba una caja que traía seis. Hasta que repitieron y me dijo: ´No vengas más a darle clases a mis hijos’. Yo siempre fui muy limitada para estudiar”, recordó entre risas.
En noviembre, cuando se compró un auto clásico, la ex conductora de El Precio Justo, también le contó a este medio otra anécdota de sus primeros años de vida. “Yo vivía haciendo que manejaba: estaba en la silla y aceleraba y frenaba. Incluso cuando viajaba en el colectivo, imitaba en el aire el gesto del volante”. Y recordó que una vez encontró piezas de un Peugeot 403 ”que habían desmantelado cerca de mi casa, en Camino de Cintura”, se las llevó a su casa y creó su propio auto. “Me traje las luces, le puse unos cajones de manzanas y jugaba a que era mi auto. Así, todo el tiempo”.
Los años pasaron, Lizy progresó en su carrera como humorista y como peluquera, logró abrir un local en Recoleta y a los 44 años se compró su propia casa, en la que vive hoy. Con el carisma que la caracteriza, la conductora no pierde la humildad a la hora de hablar de sus orígenes y los valores que aprendió junto a su madre, a quien le agradece por todo lo que le brindó durante su infancia. Y que hoy le permiten valorar las cosas más simples y empatizar con aquellos que pasaron situaciones difíciles como ella.
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