Edith Hermida: “Extrañé ver a Tinelli y Mirtha en la televisión, pero a Susana no tanto”

A días de su debut en “Está en tus manos” la conductora analiza la TV, habla de su vínculo con Beto Casella y cuenta cómo vivió la despedida con su hija mayor que se fue a vivir sola: “Cerró la puerta y me puse a llorar, no pude parar en toda la semana”

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Edith Hermida adelanta en exclusiva cómo será su nuevo programa en canal 9

“Lo que pasa en el aire, queda en el aire”, advierte Edith Hermida. Y remata: “Es como en Las Vegas”. La integrante de Bendita fue coconductora del programa durante la pandemia: ella desde el estudio y Beto Casella por videollamada, desde su hogar. Hoy, que el país atraviesa una etapa ya no de aislamiento social obligatorio sino de distanciamiento, Casella regresó al estudio y la presentadora volvió a su rol tradicional en el programa de El Nueve. “Me encanta ser panelista, no lo desprecio”, confiesa.

Sin embargo, la nueva normalidad le trajo a Edith nuevos desafíos. Estará al frente de uno de los del canal: Está en tus manos es un programa de juegos y entretenimiento que conducirá a partir del 15 de marzo. “Soy parte de una generación que no rechaza las oportunidades”, explica, y aclara que no tiene pensado dejar el clásico panel de Beto: “Yo no te largo nada”.

Filosa como pocas, la locutora se anima a decir que no extrañó ver a Susana Giménez en la pantalla el año pasado y que a Juana Viale pareciera que no le gustara la televisión. Además, aunque asume su frontalidad indiscutible y su sinceridad muchas veces “brutal”, se diferencia de algunos personajes que están en una constante pelea mediática, “como por ejemplo Yanina Latorre”, sentencia, en esta entrevista con Teleshow.

—En algún momento, estando tan próximos al día del estreno, decís: “¡Ay, Dios mío, cómo me metí en esto!”?

—¡Todos los días! (risas). Sobre todo porque tengo una hija que va al colegio y los horarios vienen bastante enloquecidos ahora. Estoy tratando de organizarme. Muchos padres están así. ¡Pero no puedo decir que no porque está buenísimo! La propuesta, el programa y la oportunidad. Me genera mucha adrenalina; también mucho nerviosismo y esperanza. Tengo muchas ganas de que le vaya bien.

—¿Va a aparecer algo del perfil de actriz de Edith en el programa?

—¡Ojalá! Me divierte mucho hacer que actúo.

—¡Te chapaste a Osvaldo Laport como actriz!

—Me chapé a Osvaldo Laport y a Beto Casella. Se ve que lo hice muy bien porque todo el mundo piensa que lo hice de verdad, pero fue parte de una ficción.

—¿Te pusiste nerviosa con Laport?

—¡Ay sí! Porque el tipo es Osvaldo Laport. Fue protagonista de un montón de series y telenovelas que vimos todos. Besó a un montón de actrices de verdad. ¡Me puse re nerviosa! Me chequeaba el aliento. Con Beto tenemos confianza, nos vemos todos los días, pero a Laport no lo conocía, era un: “Hola, ¿qué tal?”, y había que besar ahí en el momento. Para una, que no hace ese tipo de cosas, que trabaja de otra cosa, de otro palo, es raro.

—¿Hay algún momento en el que no se soporten más con Beto?

—Sí, siempre; sobre todo él. Hay un momento del año que lo fastidio groso. Después de tantos años me di cuenta cuándo tengo que cerrar el pico. Hay un momento todos los años, y puede haber un año que sean dos momentos, que no me aguanta más. Pasa con la familia también: hay días que no te aguantás a nadie. En Bendita pasa lo mismo: nos conocemos tanto...

—¿Cómo fue retomar el rol de panelista cuando Beto volvió al piso?

—Me encanta ser panelista, no lo desprecio. Estaba esperando ese momento, fue como una distensión.

—Desde ese lugar pueden salir intervenciones más ácidas, ¿no?

Mis compañeros me dicen: “Como conductora sos más buena”. Como panelista soy más peleadora. Lo que pasa es que básicamente no opinaba mucho: trataba de que todos opinen. Fue difícil eso: que ninguno se sienta que no estaba participando, que Beto tenga su lugar, que todo el mundo participe sin pisarse. Volví a ser panelista cuando volvió Beto.

—Arrancás con tu programa. ¿Dejás Bendita?

—No, no me voy de Bendita. Yo no te largo nada, soy un desastre. No te largo nada.

—¿Esperaste mucho que llegara tu programa?

—La verdad, para ser sincera: no. Yo soy una persona que aprovecha las oportunidades y no soy muy de pensar adónde quiero ir o hacia dónde apunto. Cuando hay una oportunidad en ese momento, toda mi energía y mi adrenalina están puestas en esa oportunidad. Me puede salir bien como me puede salir mal, pero yo le pongo todo mi corazón y mi alma a cada oportunidad. Siempre fue así. Cuando surgió esta oportunidad, no me lo esperaba. Yo estaba tranquila así; estoy bien. Así te firmo, ¿viste? Pero una oportunidad no se rechaza. Yo soy parte de una generación que no rechaza las oportunidades. Entonces lo veo como una oportunidad y bueno, vamos a vivirla con todo.

Edith Hermida y su talento oculto

—Paloma, tu hija mayor, se fue a vivir sola. ¿Cómo lo llevás?

—Tiene 24 años y con su novio tienen un PH que reciclaron y finalmente se dio la mudanza. Venía contenta porque está buenísimo. Ves a tus hijos crecer, los vas acompañando, terminan el secundario... Me parecía copado que a los 24 se pueda ir. Colaboré mucho con todo ese proyecto y el día que vino el camión de mudanzas, se fue, cerró la puerta y me puse a llorar, y no pude parar en toda la semana (risas). Me agarró un sofocón y me emocionó mucho. Se había dejado algunas cosas, empecé a ordenar y fue muy fuerte. Entonces, decidí transitar esa tristeza, que no era una tristeza. Siempre me mata todo el tema del paso del tiempo. Cada instante de la vida de mi hija lo viví con mucha intensidad también, y esa pérdida, ese tiempo que se te va y que no lo podés recuperar, eso me mata, viste... Entonces me ponía una canción y la ponía, la ponía, la ponía, y lloraba, lloraba...

—¿Con qué canción musicalizaste?

—Con una de ABBA, que no me acuerdo cómo se llama, que es como que el tiempo se te va como agua entre las manos.

—¿Y Amparo está aprovechando los espacios que dejó la hermana?

—Sí, sí. Ese fue un tema también. Hubo una crisis. Porque la hermana tenía un cuarto más grande, entonces ella se pasó al cuarto de la hermana. Y yo quería un día que me esperen, viste, con el tema de la habitación. “Esperemos un día”. Entonces hubo como una escena de celos ahí, en el momento. Pero ya pasó.

—¿Quién fue el peor o la peor compañera de trabajo que tuviste en estos años?

—Huy... (risas). Soy sincera, y eso a veces a la gente no le gusta o no le cae tan bien. A veces no tengo filtro, pero con los que pasaron por Bendita no tuve muchos problemas. Alguna discusión con Teto Medina, pero por suerte se le pasó rápido, y con una psicóloga que trajo Beto. No me llevé muy bien y ella tampoco tuvo onda conmigo. Beto tiene esa cosa que te trae gente de la calle, agarra… (Risas). Y era muy... “¡Ay, Betito!”, le decía, y a él le encanta eso. Entonces, un día tuvimos una discusión, y yo puedo tener una discusión con vos al aire sin problemas. Termina el aire y me olvidé. ¡Imaginate que estoy pensando que tengo que comprar dos kilos de papa! Y ella lo siguió. Entonces, le dije: “Este es un programa de debate, es para debatir, ya está”. Y la siguió y se enredó con ese tema.

—Es un aprendizaje entender el código de la tele: lo que pasa al aire es aire, no es la vida real.

Lo que pasa en el aire, queda en el aire. Es como en Las Vegas. Ya lo tengo tan aceitado... Quizás no a todo el mundo le causa mucha gracia algo que pueda decir, porque lo digo y chau, ya me olvidé, y vos te quedaste enganchada. Ahora, si digo algo que te hirió, no tengo ningún problema en pedir disculpas. No me gusta la pelea. Algunos personajes de la tele están en una constante pelea mediática. Yo no puedo, te pido disculpas. Yanina Latorre me sale ahora de ejemplo; Moria Casán en su momento. Gente que está todo el tiempo discutiendo, peleando. No sé cómo hacen.

—¿La tele extrañó el año pasado a Susana, a Mirtha y a Tinelli?

—Yo los extrañé. A Susana no tanto, pero a Mirtha la veo y la extraño. Tinelli también me gusta que esté en la tele.

—¿Susana no es un personaje de la tele que te haya faltado?

—No. La gente la ama, le encanta. A mí, en lo personal, no. A Mirtha la veo y me dan ganas siempre de verla, me encanta. Lo que hizo, lo que logró. Es una mujer que cumplió 94 años, se reinventó. Me gusta cómo pregunta, me gusta todo lo que hizo.

—¿Te sorprendió cómo Juana ocupó el lugar?

—No. Es un programa bárbaro, con una gran producción. Es Juana… No la entendí mucho, tampoco su final, cuando se despidió como… Me parece que no le gusta hacerlo. Entonces, si no le gusta que no lo haga. Hay un montón de gente que valora una oportunidad. No sé si le gusta la tele, si no le gusta, si está por obligación...

—¿Y Tinelli sí te gusta?

Tinelli es un bicho de tele. El tipo, más allá de las adversidades, siempre está tratando de buscar. Le encontrará o no la vuelta, te gusta o no te gusta, pero está siempre buscando. Me encanta eso. Está viendo de qué manera logra el producto. La tele y los números de hoy... La propuesta se ha diversificado mucho, no es la guita que se manejaba antes. Al tipo le gusta, se le ve. Por eso hago la diferencia con Juana: parece que no le gusta, y si no le gusta, hay miles de trabajos para hacer. Es como un favor que le está haciendo a su abuela.

Si le pregunto a Batata, tu pareja, ¿en qué momento sos insoportable?

—¡Ay, soy divina, no soy tan insoportable! (Risas). En general tengo buen humor eh. No soy una persona muy enojona, malhumorada. La última vez que me enojé, me enojé con mi hija y con Batata porque no me respetaron mi dolor, mi duelo con Paloma. Me enojé con mis amigas cuando volvíamos también porque se pusieron todas nerviosas en el auto, volviendo en la ruta. Pero no, no me enojo tanto.

—Me gustó esto que me contabas: musicalizar los momentos.

—Ay, sí. Pero a mí me gusta musicalizar toda la vida, todos los momentos, no solamente los de llorar. Yo me conecto mucho con la música.

—¿Y hay temas puntuales para cada situación?

—Sí, re. Me encanta buscarlos. Por ejemplo, si vos me contás algo que te está pasando, me gusta buscar a ver qué canción habla de eso, qué canción va con ese momento. Me encanta, me encanta.

—Es como un talento oculto de Edith Hermida.

—Sí. Me gusta buscar. Cuando fue el 15 de mi hija Paloma me encantaba buscar el tema cuando entraba, el momento del cronológico. Yo te ayudo a eso. Si vos estás haciendo una fiesta, yo te voy a ayudar a buscar esa canción que va con tu personalidad, porque en los lugares de fiesta siempre te dan las mismas opciones... No. Tenés que buscar algo que va con tu personalidad, no va cualquier canción.

—Ojo que sale una veta comercial con este asesoramiento musical para la vida.

—¡Un montón! Me estás dando una idea para monetizar algo, te digo (risas). Es un muy buen servicio.

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