El 4 de marzo se celebra en la Argentina el Día del Hermano. El motivo no está del todo claro y se contrapone con lo que ocurre en el resto del mundo, que se toma en cuenta el 5 de septiembre en homenaje a la Madre Teresa de Calcuta. En cualquier caso, la idea es festejar la hermandad más allá de lo sanguíneo y promover la solidaridad, pero no está exento de debate. Se sabe que, como ocurre con madres, padres, hijos y amigos, estos días son todos los días. Pero nunca está de más tomarse un rato para brindar, agradecer y emocionar por los seres queridos.
En Polémica en el Bar (América TV), ciclo producido por Gustavo Sofovich, se tomaron un buen rato para celebrar el día en cuestión. “Hoy es el día del hermano”, anunció el conductor Mariano Iúdica y dentro de la dinámica habitual del programa, dominada por el debate de los temas de actualidad matizados por el humor, significó un momento sensible. Un rato para correrse de la agenda cotidiana y sumergirse en el recuerdo de los afectos más profundas.
“Es muy importante la relación entre los hermanos, y más en esta época de separaciones...” continuó el conductor con su introducción, hasta que puso un freno cuando advirtió que María Fernanda Callejón no podía contener las lágrimas. “La tengo lejos, no la veo hace dos años. Sandra está en Carlos Paz”, contó la actriz y le mandó un mensaje a través de la cámara: “Hermana, te amo con toda mi alma y mi corazón, te extraño un montón”.
Con los ojos vidriosos y en un clima de silencio y atención, la actriz continuó su relato y lamentó que su hija, Giovanna, no pudiera vivir la experiencia de la hermandad que ella vivió con Sandra. “Tiene primos, tiene todo, pero esa cosa que yo tuve con mi hermana me hubiese gustado replicarla en la vida”, confesó la actriz: “Sandra es mi gran referente, una guerrera un fortaleza terrible. De hecho, está cuidando a mi viejo”, agregó.
A continuación, Horacio Cabak comparó la historia de Fernanda con la de un hermano suyo que también vive en el interior y al que no ve desde el principio de la cuarentena. Pero en una pausa de su relato, Samuel Chiche Gelblung soltó una frase que dejó helado al resto del panel. “A mí no me queda ninguno. Se me murieron todos”, afirmó el periodista que aguantó las lágrimas hasta que pudo, mientras su compañeros de mesa lo intentaban consolar.
“¿Los extrañás mucho?” preguntó Iúdica y Gelblung contestó con una anécdota conmovedora: “El otro día marqué su teléfono. Lo tengo en el listado y dije ‘la voy a llamar’ pensando que estaba viva. Murió hace tres meses mi hermana”, relató el periodista con la voz entrecortada. “Como un acto reflejo, para ver cómo está”, interpretó Cabak. “Claro, al segundo llamado me dije, ‘no, no está’” agregó Chiche, y reveló que tuvo una relación muy especial con su hermana menor: “Prácticamente la crié yo”.
En medio de un clima de profunda emoción, siguió la recorrida por el resto de los panelistas. Flavio Azzaro, se presentó como hijo único y se mostró conmovido por los relatos de sus compañeros. “Es muy fuerte esto, porque es algo que ignorás. Nunca vas a saber lo que se siente”, reconoció el periodista deportivo, que confesó que le hubiera gustado tener hermanos “Sobre todo cuando viene la mala en tu casa, se separan tus viejos y te la tenés que aguantar solo”.
El conductor se tomó de estas palabras para recordar su historia personal. “Tenés razón en lo que decís, mis hermanos me salvaron la vida”, reconoció Iúdica, en relación al fallecimiento de su hermano mayor, Eduardo, que murió en un accidente de tren. “Si no hubiera sido por ellos te juro hubiera sido un delincuente, un desastre. Estaba tan rebelado con Dios, tan bravo”, agregó Iúdica, que al momento del hecho tenía 13 años y Eduardo, 21.
A su turno, Matías Alé habló de su hermano Elías, “Gracias a él estoy acá. Yo pasé por momentos difíciles, que fueron bisagra, y él agarraba la mochilita y se iba caminando a Luján”. El actor se refería a sus comienzos en el medio, “cuando no sabía para donde rumbear”, y particularmente, a la infección intrahospitalaria que tuvo en 2011 luego de una operación en la rodilla. Y así, entre recuerdos y anécdotas, entre tristezas y alegrías fraternales, continuó la charla en la mesa de Polémica según las máximas del Martín Fierro. Los hermanos sean unidos, y los de afuera, que se queden con las ganas.
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