Jorge Locomotora Castro se abrió como nunca antes en una entrevista con La Noche (El Nueve), el programa que conduce Leandro Rud. El boxeador sorprendió al revelar la dura infancia que transitó en Catamarca con su padre y su hermano. “Mi vieja y mi viejo se separaron, me voy con mi viejo y un hermano. Pasamos una vida de mierda porque él era alcohólico y nos re cag... a palos. Después de tres años, mi vieja nos fue a ver cómo estábamos, yo tenía 12 años, y me llevó al sur. Estuve ocho meses en el campo trabajando, era ovillador. Y cuando volví al pueblo, a Caleta Olivia, a los 14 años me puse a pelear”, comenzó relatando.
Y continuó: “Con tres días de entrenamiento, me dijeron: ´Roña, ¿querés pelear?’ y les dije que sí. Mi mamá tenía que firmar el permiso, pero en ese momento ella quería que estudie, pero una señora que vivía atrás me firmó. Mi vieja no sabía nada”.
En otro pasaje de la charla, habló sobre los hijos que aún no conoce. “Es el destino, la vida. Tengo uno en Italia y otro en Paraguay. Pasa que si no se acercan ellos...la madre no sé el consejo que les habrá dado. Fueron situaciones de la vida que anduve en otros países y pasó lo que tenía que pasar”.
Por otro lado, relató qué le pasó cuando dejó el boxeo. “Me la banqué. Venía de un accidente, me desperté a los 27 días. A los 10 días me fui del hospital porque yo me quería ir, estaba normal. Estaba quebrado de las piernas, el hombro, las costillas, se me explotó un pulmón. Estaba hecho mierda. Por un lado, pensé que a los siete meses mi cuerpo estaba bien, pero por afuera. Por dentro estaba lastimado. Me puso nocaut un colombiano. Después hice la revancha, me preparé, le gané en Mar del Plata y dije: ’hasta acá llegué, ya demostré todo´”.
En el plano amoroso, habló sobre su actual pareja, Gianinna, a la que define como ”una mina hecha y derecha”. “Es muy buena conmigo, la amo porque me hizo abrir la cabeza. Yo me junté con ella porque salíamos de joda todos los días. No tengo hijos con ella porque ya está, ya me hice una vasectomía”, reveló. Y agregó: “Es un pan de Dios, siempre está al lado mío y me aconseja”.
Por último, contó cómo surgió su proyecto solidario. “Lo pusimos en marzo del año pasado y de repente nos agarró la pandemia. Empezamos a hacer una olla para 50 personas y a la semana siguiente fueron más. un día se me ocurrió ir al Mercado Central para ver si me dan comida y llenamos la camioneta. Terminamos dándole de comer a 620 personas. Me ayuda un grupo que hicimos entre gente amiga”.
“Me veo reflejado en los pibitos que vienen a decirme ´gracias, Castro, por lo que hacés por nosotros´. Por ahí se terminaba la olla y quedaba gente afuera, pero les decía que iba a cocinar otra para darles. Uno pasó por ahí. Mi vieja era una laburante, era portera, y gracias a ella pudimos vivir.”
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