Este sábado 27 de febrero a las 20 horas Infobae estrenará “La Muerte de Maradona”: un documental que indaga en la muerte y los días finales de Diego Armando Maradona. Será publicado en este sitio y distribuido en las redes sociales a través Arc Publishing, la herramienta de The Washington Post que permite gestionar videos a demanda y en vivo a gran escala.
Este trabajo está basado en evidencia extraída del expediente investigado por la Justicia de San Isidro que investiga su posible homicidio culposo cometido por la negligencia u omisión de los especialistas a cargo de su cuidado médico, como el neurocirujano Leopoldo Luque y Agustina Cosachov: un equipo especial de investigadores analizó con un software forense cerca de 7 mil audios de WhatsApp y cientos de miles de conversaciones que revelan la desidia e impericia del entorno de Diego, con voces como la de su abogado, Matías Morla.
A la vez, habrá testimonios de personas que conocieron de cerca al ídolo, como Verónica Ojeda -ex pareja de Maradona y madre de su hijo menor Dieguito Fernando- y Guillermo Coppola, quien fuera su manager en dos ciclos distintos.
Este viernes, Coppola habló de manera telefónica con la mesa de Polémica en el Bar (América) y adelantó su participación en el documental. “Me hicieron unas cuántas preguntas. Me llamó la señora Gaby Cociffi -directora editorial de Infobae-, con quien tengo una relación de más de 30 años e hicimos una... yo siento que fue una muy linda entrevista”, dijo.
El panel de Polémica... quiso saber qué opina “Guillote” -tal era el apodo con el que lo bautizó Maradona- sobre los últimos días del mejor jugador de fútbol de todos los tiempos y dio su parecer: “Ustedes me conocen”, preludió refiriéndose tanto al conductor del programa, Mariano Iúdica, como quienes estaban en la mesa -El Turco García, Chiche Gelblung, Flavio Azzaro, Matías Alé y Rocío Oliva, la última pareja del 10-. “Yo nunca me escondí de nada. Cuando dije que fui amigo, fui amigo. Si me preguntas sobre cuestiones de la salud, yo no sé, dependo de un médico, de un profesional. Pero de amigo, nadie me puede decir nada. Yo lo que no puedo bancar es que a mi mejor amigo, el amigo, lo hayan dejado así... porque al amigo no le soltás la mano”, enfatizó.
“Creo que lo dice por Matías Morla”, aventuró Azzaro. “Al que le quepa, que se lo ponga”, dijo Coppola, eludiendo el hecho de poner nombres propios. “Pero si yo me declaro amigo, estoy con el amigo. Con Diego me pelee mil veces, el Turco lo sabe”, dijo antes de recordar una anécdota en la Costa Atlántica que terminó con un ¿divertido? incendio. “Santa Teresita. Me fueron a buscar, yo estaba peleado con Diego cuando dirigía a Racing. Y fui igual, pero estaba enojado. Cortó el entrenamiento, hablamos... y después le terminamos quemando la casa en la que estaba. Con un fósforo prendió un papel, como yo le enseñé, para que no se sintiera el olor del baño... pero se prendió fuego la cortina de la ducha y se generó un fuego increíble”, recordó.
“¡Quemaste dos casas!”, le dijo Gelblung, recordando un sonado incendio ocurrido en enero de 2002: Diego y Coppola alquilaron una fastuosa mansión en Barrio Parque, que se prendió fuego por una falla en el sistema eléctrico. “¡La de Santa Teresita fue más leve!”, opinó el Turco García, en calidad de testigo.
Para cerrar la breve conversación, se le preguntó a Coppola qué se pudo haber hecho para evitar el triste desenlace del 10. “No sé si se pudo haber evitado. Eso lo van a definir aquellos que saben. Yo no señalo, no tengo elementos. Pero escucho, veo, entonces por eso me enerva.. ¿Qué me enerva? Cuando algunos hablan de él como ‘el mejor amigo’. ¿Vos decís ‘el mejor amigo’? ¿Dónde estabas, campeón?”, disparó.
Respecto al trato que tenía con Maradona, Coppola consideró que “Diego era difícil, imposible tratarlo, pero sabés cuántas veces la pasé. Yo me vine de Cuba porque no nos aguantábamos más, y a los tres meses yo era el que le afané la plata de las hijas. ¡Pero no teníamos un sope, qué le iba a afanar! En algún momento me dio un bife, por un celo, por que estaba en pareja. Pero esa era la relación de amigos. Nunca nos fuimos a las manos, pero discusiones... ¡un montón! Después nos abrazábamos y llorabamos. Él era eso”.
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