El contagio de coronavirus de Carmen Barbieri, y su posterior internación en terapia intensiva, alteró los planes de la segunda temporada de Masterchef Celebrity, el certamen culinario que se emite por Telefé. Mientras todos desean la pronta recuperación de la Leona, quien ya recibió el alta y manifestó su deseo de empezar cuanto antes en el programa, en la producción determinaron que su lugar lo ocupe su hijo, Federico Bal, participante de la primera temporada y actual host digital.
El actor tuvo un desempeño irregular, oscilando entre grandes preparaciones y platos realmente olvidables, y marcado por su tensa relación con uno de los jurados, el temible Germán Martitegui. Sin embargo, el hijo de Carmen logró hacerse fuerte y estuvo a punto de acceder a las semifinales, pero fue eliminado en una gala accidentada y se quedó en la puerta. En esta improvisada revancha, el actor se propuso hacerlo lo mejor posible, aunque su primer paso estuvo lejos de lo soñado.
Este martes hizo su presentación la segunda tanda de participantes, entre ellos, Fede. La consigna del día era cocinar en base a un color predominante. Al actor le tocó el rojo y su cabeza hizo una asociación directa -”el rojo es picante”- y en base a eso organizó su preparación. Lo que parecía ser la llave para subir al balcón, terminó siendo una trampa de la que no pudo salir.
Seguro de su idea, Fede desandó a paso firme el camino hacia la degustación. “Cuando ustedes dicen ‘queremos un plato con alimentos rojos’, hablan también del gusto. Cuando uno dice rojo, dice picante, entonces agarré tabasco e hice una salsa de tomates... “, relató el participante, mientras la risa del jurado integrado por Martitegui, Damián Betular y Donato de Santis interrumpía su explicación. Sabían a lo que ese exponían, intuían que iban a padecer cada bocado de esa carne al horno con pickles de rabanito, salsa de tomates con ajo, albahaca y aceitunas negras que con tanto esmero había presentado Federico.
“No te pongas rojo, lo único que te pido”, le imploró a su archirrival Martitegui que hacía malabares para degustar su plato sin padecerlo. “¿Pica mucho?”, preguntó el conductor Santiago del Moro. “Sí, entre otras cosas”, avaló el jurado. “Está muy picante, está ácido”. “Le puse azúcar también a la salsa, para sacarle acidez”, intervino Federico pensando que con eso jugaba una buena carta, pero la mirada entre los jurados lo condenó: “Todo el 2020 Donato diciendo que con azúcar no se arregla una salsa de tomate”, sentenció Martitegui, que prefirió mantenerse en silencio durante la devolución. Ya había dicho demasiado.
A su turno, Betular eligió una figura para definir lo que estaba degustando: “Tengo que acostarme con un antiácido en la mano. Necesitaría uno cada diez minutos, es picante, ácido, estás seguro que lavaste las aceitunas antes de ponerlas? “Sí, claro”, respondió el participante no muy convincentemente. “¿Seguro?” insistió el chef, lo que obligó a Federico a confesar que no lo había hecho.
Finalmente fue el turno de Donato. Más habituado a las devoluciones generosas, el italiano esta vez no tuvo contemplaciones. “Voy a ser honesto, lograste algo realmente increíble: Tu peor plato de las dos temporadas”. La respuesta sorprendió a todos, incluído el propio participante, que reconoció haber hecho cosas incomibles. “¿Es peor que el Baby Yoda?”, preguntó del Moro evocando el insólito pionono que preparó el actor inspirado en el personaje de The Mandalorian. “Sí, por lo menos tenía gracia, tenía los colorcitos”, bromeó Donato, que luego se puso serio. “Dale, defendé el lugar de tu mamá”.
Naturalmente, al final del programa Federico tuvo que calzarse el delantal gris junto a los otros peores platos de la jornada, que correspondieron a la actriz Andrea Rincón, el cantante CAE y el ex futbolista Mariano “Loco” Dalla Líbera. Conocedor del reglamento y la lógica del programa, sabe que deberá revalidar su lugar en el jueves de última chance.
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