Miguel Ángel Solá sufrió un accidente en una vereda de Madrid: “Los médicos son optimistas sobre una recuperación rápida”

Las funciones de Doble o nada, un thriller que cada fin de semana sale a escena en los Teatros Luchana, en Madrid, quedaron suspendidas debido a un problema de salud de su protagonista, Miguel Ángel Solá. Hasta aquí, la certeza. A partir de entonces, las informaciones erróneas y la oportuna aclaración sobre el estado del actor.

Este martes, desde la cuenta de Twitter de la sala se anunció la cancelación de la obra hasta abril, advirtiendo que efectuarán “el cambio o la devolución de las entradas” a quienes ya las habían adquirido. Y se explicó además que todo se debía a una “intervención quirúrgica traumatológica de urgencia”, sin aclarar que se trataba de Solá, de 70 años.

Ante la falta de precisiones los rumores dieron cuenta de un accidente doméstico y una fractura de cadera. Pero la esposa del actor, la española Paula Cancio, desestimó ambas circunstancias, al menos por el momento: todavía no pudo comprobarse la gravedad de la lesión y, en consecuencia, no fue realizada operación alguna. Tampoco se trató de un episodio ocurrido en su casa.

“Por suerte Miguel Ángel está muy bien –dijo Paula desde España, en comunicación con Teleshow y aportando tranquilidad–. Tuvo un resbalón en la calle y en este momento le están haciendo pruebas, como radiografías, para determinar dónde se encuentra exactamente la lesión. Pero los médicos son absolutamente optimistas de que la recuperación será rápida”.

“Ni lo están operando hoy, ni tenemos la certeza de que sea una fractura de cadera: lo están valorando –agregó la ex ATAV, quien comparte protagónico en Doble o nada con su marido–. Ahora mismo no tenemos idea de dónde ha sido la lesión, solo que está ubicada en la parte de arriba de la pierna. Los médicos no lo sabrán hasta que no tengan todas las pruebas. Recién después sabrán cómo proceder”.

Paula, nacida en Madrid hace 36 años y en pareja con el argentino desde 2012 (tienen una hija, Adriana, de siete años), aseguró que “todo está en orden”. “Ha sido aparatoso, como toda caída, pero bien. Calma total”, señaló, para concluir: “Nos hemos tomado unas semanas de cancelación de funciones (de la obra) para que la vuelta sea con todo. Por suerte todo se quedó en un susto. Poquito a poco la recuperación, y en abril estamos de vuelta”.

En agosto, en vísperas del estreno en Netflix de su película Crímenes de familia, Miguel Ángel Solá publicó en su Facebook una carta abierta en la que hablaba sobre las dificultades que enfrentaba en su profesión. “Miento si digo que no tengo ilusiones puestas en este estreno. Estoy sin trabajo y sin posibilidades de conseguirlo”, escribió, dando cuenta de la profunda crisis que enfrentaba la industria en general, pero también los artistas de su generación en particular. “(Solo hay) papeles para unos pocos adolescentes cuyas tramas escriben guionistas que han olvidado con creces la adolescencia”, sostenía.

“Mis representantes, aquí (en España) y allá (en Argentina), no me dejan mentir, ya que ofrecen mis servicios a todas horas, a todas las productoras, directores de casting, directores de series y cine, canales de aire y novedosas plataformas. No hay trabajo para mí”, lamentaba. Meses después llegaría el estreno de Doble o nada, que ya habían hecho en Buenos Aires, y este accidente a todas luces inoportuno, aunque no preocupante, en consideración de los médicos que lo asisten por estas horas.

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