La noticia sobre la muerte del ex presidente Carlos Menem la sorprendió durante sus vacaciones en Claromecó. “Lo leí en Infobae, pero ya me lo veía venir porque hacía más de dos meses que estaba grave. ¿Qué te puedo decir? Fue un hombre que vivió como quiso. Fue un gran seductor. Y fue feliz, que es lo más importante”, dice Graciela Alfano en diálogo con Teleshow.
—¿Cómo lo conociste?
—Fue en la época de las patillas, cuando era el caudillo riojano...
—¿Ya era gobernador de La Rioja?
—Exactamente. Después, cuando fue presidente, él eligió para recibir a la prensa extranjera el campo Las Acacias que era de mi ex marido, Enrique Capózzolo. Ahí es dónde nos hicimos más cercanos, porque empezamos a compartir muchas charlas y encuentros para poder organizar todo eso...Entonces nos empezamos a ver mucho más. Y él tuvo un enamoramiento impresionante.
—¿No me digas?
—¡Sí! Él me decía: “Tengo la banda presidencial, así que soy alto, rubio y de ojos azules”. Y yo le respondía: “Vos sos presidente hace dos minutos, pero yo soy Graciela Alfano hace veinte años. El poder lo tengo yo”. Yo estaba casada con Quique, que era funcionario en la Secretaría de Turismo. Pero él se enamoró mucho de mí. A tal punto, que cuando se separó de Zulema Yoma me pidió que fuera a vivir a la Quinta de Olivos con él.
—¿Ustedes ya habían comenzado el romance?
—Sí, claro. Pero yo, en ese momento, le dije que no. Primero, porque quería mantener mi matrimonio y mi familia. Y, segundo, porque no me quise embarcar en esa.
—¿O sea que tu relación con él fue en simultáneo con la de Capózzolo?
—Yo he dicho, públicamente, que la fidelidad nunca fue mi fuerte. Y el de mi ex marido tampoco...Así que ese no era un tema.
—Pero eso impidió que fueras la Primera Dama de la Argentina...
—Menem lo que quería era que yo me fuera a vivir con él. Yo primero hablé con su secretario, que me dijo: “Carlos quiere que te mudes con él porque está muy enamorado de vos”. Y después hablé con él directamente...
—¿Y?
—Él era un hombre que te decía las cosas como eran. Era muy coherente consigo mismo. Y expresaba lo que quería con una claridad diáfana. Pero yo no quise dar ese paso.
—¿Por eso dejaron de verse?
—Nos veíamos en eventos, pero la relación se fue enfriando porque, al no haber querido yo aceptar su propuesta, la cosa no pudo prosperar... Y yo me enteré que él tenía relaciones con otras mujeres, también. Por eso, cuando caí en la cuenta de que había muerto justo el 14 de febrero, Día de los Enamorados, dije: “Justo”. Porque él era un gran seductor en todo sentido. Yo lo he visto salir de una comida y acercarse a la gente que lo estaba esperando, se sacaba fotos con todos... ¡Y todos quedaban enamorados!
—¿Cuál era su fórmula para lograr eso?
—Tenía que ver con su inteligencia y con el hecho de que era un hombre con un gran equilibrio. Él no se enojaba. Iba analizando cómo se iban manejando las cosas e iba pensando cómo armar su proyecto en base a lo que quería en cada momento. Y lograba, absolutamente, todo lo que se proponía.
—¿Cómo te pegó la noticia de su muerte?
—Mirá: Menem fue un hombre muy exitoso. Su gobierno será analizado por políticos y sociólogos, no me corresponde a mí hacer eso. Lo que sí puedo decir es que, mientras él era presidente, vivimos muy bien. Y eso era lo que él quería, que la Argentina funcionara. Yo lo escuché en muchas oportunidades decir que eso le daba una gran alegría. Así que logró su objetivo de ser un político reconocido, que además fue electo dos veces como primer mandatario. Y en lo personal, que es lo que más valoro en el momento de su fallecimiento, hay que decir que se fue rodeado de su familia, su hija Zulemita, sus nietos y su ex mujer, que estuvo en contacto con él hasta el final. ¿Qué más se puede pedir? Si su espíritu está viendo esto desde otro lado, creo que debe estar muy contento con lo que fue su vida y con la manera en que se terminó.
—También sufrió la pérdida de su hijo Carlitos Junior, estuvo detenido, tuvo varias causas en su contra y murió con una imputación (por las explosiones de la Fábrica Militar de Río Tercero)...
—En esta vida, ¿quién no tiene algo? La política es una arena que Dios y María Santísima...Bastante bien se movió. Yo creo que lo más valioso, es que hizo lo que quiso. ¿Vos sabés lo que es llegar al final de tu vida y decir: “Hice lo que quise”?. ¿Cuánta gente puede decir eso? Y, además, vivió hasta los 90 años.
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